La administración de Cambiemos comenzó a exteriorizar la desorientación que atraviesa el entorno del presidente Mauricio Macri desde que el empresario Donald Trump resultó electo como el próximo presidente de los Estados Unidos. Ahora el blanqueo de la sensación corrió por cuenta del jefe de Gabinete Marcos Peña, que caracterizó la llegada de Trump como "un cambio que tiene mucha incertidumbre" porque "todo el planeta está esperando" dilucidar si Trump "va a ser el de la campaña o uno más moderado". Pero eso no le impidió garantizar que "lo que se alcanzó en fortalecer las relaciones con Estados Unidos" durante la actual gestión, "seguirá estando", más allá de que "algunas cosas por ahí nos ayuden y otras nos perjudiquen".
El reconocimiento de Peña grafica parte de las tensiones dentro del oficialismo sobre las formas elegidas por Macri y su canciller Susana Malcorra para apoyar a la candidata Demócrata Hillary Clinton, en desmedro de Trump. Un sector del gobierno, y especialmente dentro de la cancillería, consideran que “era innecesario”, mientras que otras fuentes consideraron que “las palabras de Macri y Malcorra fueron una gota dentro del mar de espanto que dijeron muchos presidentes del mundo, salvo (el mandatario ruso Vladimir) Putin”. Pero la base material de las diferencias pasan por un elemento determinante: ningún funcionario de primer nivel de la Casa Rosada se esperaba una victoria de Trump y las redes desarrolladas por el gobierno para prever tal escenario fueron “muy pocas, aunque hubo”, reconocieron en Balcarce 50.
Detrás de los cuestionamientos sobre el discurso público, los interrogantes más íntimos giran en torno al impacto que puede tener en América Latina un giro drástico en la política exterior de Washington y cómo puede repercutir en la Argentina, en un momento donde la apuesta de Macri fue “normalizar” la relación, un cambio que este año implicó la visita de más de 60 funcionarios de segundo y tercer nivel para avanzar en la hoja de ruta de un Diálogo de Alto Nivel entre los dos países que fue lanzado en marzo por el mandatario saliente Barack Obama y Macri y rubricado luego por el secretario de Estado John Kerry y su par Malcorra. Parte de ese proceso podría sufrir cambios drásticos, confiaron en el Palacio San Martín a Letra P.
Las valoraciones de la Rosada fueron acompañadas desde Washington por el embajador argentino en los Estados Unidos, Martín Lousteau. "Argentina parte de niveles tan bajos de relación con el mundo a nivel nacional, que la reducción del resto del mundo hacia mayor proteccionismo es compatible con la expansión de la Argentina”, dijo en declaraciones radiales antes de confesar que la red de contactos hasta el martes era reducida: "Lo que habíamos conseguido son los teléfonos para llamar a cada uno de los ganadores la noche de la elección, pero esto tiene muchos carriles y la verdad es que a mí me gusta que exista mucha comunicación", cintureó el hombre que pretende dejar el cargo para disputar las elecciones de medio término del año que viene en la Ciudad de Buenos Aires. Según Lousteau, ambos mandatarios “seguramente” se comunicarán, porque “existen vínculos directos” y no aportó mas precisiones.