Luego de la estupefacción producida por el ajustado triunfo de Horacio Rodríguez Larreta en el ballotage porteño del domingo pasado, los militantes del PRO tuvieron que soportar otra pastilla difícil de tragar: su líder y precandidato presidencial, Mauricio Macri, se cambió de carril ideológico de un volantazo y respaldó medidas que el kirchnerismo enarbola como sus banderas.
La Asignación Universal por Hijo, la estatización de Aerolíneas Argentinas y de las AFJP siempre fueron temas en los que el macrismo confrontó históricamente con el gobierno Nacional. Quizás con la intención de dar un golpe de efecto que contrarrestara un poco la pobre performance electoral de Larreta, Macri dijo en su discurso que “YPF seguirá en manos del Estado” y que “Aerolíneas seguirá siendo estatal pero bien administrada”.
Las figuras de gran parte del arco político no perdieron el tiempo para criticar al hombre fuerte dentro de la General Paz. Máximo Kirchner lo comparó con Mariano Recalde y llamó a la sociedad a estar atenta a las “muestras de hipocresía”. Aníbal Fernández dijo que el dirigente porteño “se dio vuelta como una media”. José Manuel De La Sota acusó: “Macri no es creíble”. Daniel Scioli habló de una “gran falta de coherencia”.
En agosto de 2008 se trató en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación la recuperación de Aerolíneas Argentinas. Luego de una extensa sesión, la medida fue aprobada por 162 votos afirmativos contra 75 negativos. El PRO fue una de las fuerzas que votó en contra, junto a otras fuerzas como el radicalismo y la Coalición Cívica. “Nuestro voto no es positivo”, había dicho el entonces diputado Federico Pinedo.
Apenas dos meses después, en noviembre de ese mismo año, el Congreso sancionaba la estatización de la administración de los fondos previsionales. El bloque amarillo fue uno de los opositores fuertes de la medida, que recibió 75 votos negativos. En su alocución, Federico Pinedo dijo: “Creo que este proyecto de ley es muy malo y muy grave para la Argentina. Desde mi concepción ideológica, lo que importa no es quién va a administrar la plata, ya sea un privado o el Estado. Lo que importa es que se administre bien”.
Christian Gribaudo, otra de las espadas del PRO en la Cámara baja, dijo que la medida se implementaba para “comprar voluntades políticas mediante la promesa de obra pública”, y que se trataba de “una mera confiscación”. El actual ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, señaló: “Estoy convencido de que ningún jubilado de nuestro país va a festejar la sanción de este proyecto”.
La reestatización de YPF es una medida más nueva. Se sancionó en 2012 con una abrumadora mayoría en el Congreso. Incluso miembros de la oposición al kirchnerismo votaron a favor del proyecto de ley oficial. Unos pocos bloques votaron en contra de la medida, y uno de ellos fue el del PRO. En su turno para exponer, Paula Bertol dijo: “hoy decimos que ‘no’ porque, en rigor, decimos que “sí” al Estado de derecho, a la seguridad jurídica en nuestro país y a que se respeten las leyes por sobre las emociones”.
Pablo Tonelli, también del bloque del PRO en 2012, sentenció: “esta medida es innecesaria e ilegal, nuestro bloque se opone a este proyecto de ley”. Como uno de sus fundamentos, el legislador expresó: “si fuera cierto que aquí está en juego la soberanía, teniendo en cuenta que Repsol YPF solamente actúa en alrededor de un tercio del mercado, poco sería lo que estaríamos recuperando de soberanía porque los dos tercios restantes van a seguir en manos de las mismas empresas privadas que existen hoy en día”.
Por último, la movilidad de la Asignación Universal por Hijo, que Macri prometió convertir en ley sin saber que ya había sucedido cinco días antes de su discurso, recibió el apoyo pleno de la bancada del PRO. Federico Sturzenegger dijo el miércoles que se votó la medida: “este es un proyecto para acompañar”.