CONGRESO NACIONAL

El massismo planta postura propia en la bicameral de los DNU

Preparan un dictamen propio para la bicameral que revisa el decreto que dejó a la AFSCA y la AFTIC en la órbita de Aguad. Rompería la paridad de votos y dejaría el rechazo del FPV como el de mayoría.

El massismo empezará a marcarle la cancha a la alianza Cambiemos en el Congreso. Su primer jugada será desde la comisión bicameral de Trámite Legislativo, responsable de revisar los DNU firmados por el presidente, Mauricio Macri. Ahí, luego de la polémica reunión del martes en la que el oficialismo y el Frente para la Victoria (FPV) no lograron acordar la presidencia del cuerpo, el kirchnerismo firmó un dictamen propio rechazando el DNU 13/2015, con el que Macri reformó la Ley de Ministerios, afectando la autonomía de la AFSCA y la AFTIC, entre otras medidas. Pero ahora el Frente Renovador (FR), espacio al que el macrismo consideraba como parte de su propia estrategia parlamentaria, se prepara para jugar una carta en soledad que por ahora mantienen guardada bajo siete llaves.

 

El problema en esa comisión es matemática: el FPV posee ocho miembros contra seis de Cambiemos, uno del FR -el diputado Raúl Pérez- y uno del Peronismo Federal, la senadora Liliana Negre de Alonso. En esa puja de poder, la alianza de gobierno se sentó a negociar la conducción de la comisión planteando un escenario de paridad, tomando como propios los votos de Pérez y Negre de Alonso, lo que desató la bronca en el massismo. Por eso, desde las filas que comanda Sergio Massa, preparan un dictamen propio que podría facilitarle al kirchnerismo que su propia resolución de rechazo consiga ser la de mayoría.

 

Desde el FR confirmaron a Letra P que en las filas massistas se comenzó elaborar un dictamen propio, ya que no adhirieron al dictamen presentado por el FPV. Pero ahí es dónde empieza a tallar la cuestión matemática: el dictamen del kirchnerismo cuenta con ocho firmas; sea cual sea el de Cambiemos, tendría siete asegurados, entre los seis propios y el voto de la puntana Negre de Alonso. Pero si Pérez parte la lógica y emite un dictamen particualr del FR, dejaría a la resolución del FPV como la de mayoría.

 

Son varias las claves detrás de la jugada massista. Una es que al no tener autoridades confirmadas la comisión, PRO y la UCR se mantenían tranquilos porque especulaban con un escenario de paridad: ocho firmas en el dictamen de rechazo y ocho firmas en el de aprobación del decreto macrista. Al no haberse elegido un presidente, no habría nadie para romper ese empate. Pero si Pérez finalmente emite un dictamen propio, no se necesitará desempate y, haya o no haya autoridades definidas en la comisión que revisa los DNU, el dictamen del FPV será el de mayoría. Es decir, el que llegará para ser discutido en los plenarios del Senado y de la Cámara de Diputados.

 

Lo que tensó la relación entre el massismo y Cambiemos es que la alianza de gobierno negocia cargos y situaciones políticas con el kirchnerismo considerando al FR como un apéndice de su propio espacio, pero sin mecanismos de consulta para esas negociaciones con Massa. El caso de la bicameral es un botón de muestra: el acuerdo que habían sellado entre la UCR, PRO y el FPV era que el senador Luis Petcoff Naidenoff (UCR) quede como presidente de la bicameral de Trámite Legislativo a cambio de que Rodolfo Urtubey (FPV) siga al frente de la comisión de Acuerdos del Senado, por la que tramitan todos los pliegos que requieren acuerdo de la Cámara alta. Esto es, desde ascensos militares a ministros de la Corte Suprema de Justicia.

 

Ese pacto se rompió porque los diputados del FPV en la bicameral no convalidaron lo que habían sellado sus compañeros de Diputados, pero también sirvió para exponer la jugada de Cambiemos: negociar con el kirchnerismo en un escenario numérico de paridad, pero sin consultar al massismo, fuerza a la que necesitan para conseguir ese hipotético escenario de paridad.

 

Este martes, el FPV apuró su dictamen rechazando el decreto 13/2015. Según su posición, el Poder Ejecutivo posee la facultad para reformar el organigrama del Estado por decreto, pero en esa decisión Macri reformó organismos como la AFSCA o la AFTIC, responsables de aplicar las leyes de Medios y de Telecomunicaciones, a los que dejó al mando del ministro de Telecomunicaciones, Oscar Aguad, y se gestó una especie de “reforma educativa”, desconociendo leyes educativas aprobadas durante la era kirchnerista. Entre ellas, la ley de Financiamiento Educativo, que fija en 6% del PBI la inversión mínima anual para la educación.

 

Así las cosas, el FR se prepara ahora para dar una muestra de fuerza ante el macrismo y el radicalismo. Su primer jugada, sería con la emisión de un dictamen propio en la bicameral de DNU que dejaría expuesta la debilidad de Cambiemos ante la mayoría del FPV en el Senado y la potencia, aunque en minoría, que aún sostiene el kirchnerismo en la Cámara de Diputados.

 

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