La mesa chica del Gobierno le ordenó al kirchnerismo duro frenar los ataques a Scioli

Letra P.- Las principales espadas de la “resistencia” recibieron el pedido de bajar la confrontación y dejar que el gobernador crezca. “No le podemos sacar una opción a Cristina”, escucharon. Por ahora vienen cumpliendo, aunque después del Mundial habrá definiciones de campaña.

Desde la mesa más chica de la conducción del kirchnerismo bajaron un mensaje claro e inequívoco a los principales baluartes del oficialismo no pejotista: cortar las embestidas contra Daniel Scioli. Les pidieron que, más allá de las diferencias políticas, le reconozcan la fidelidad que por más de diez años viene sosteniendo el gobernador bonaerense y que frenen el bombardeo contra una de las opciones que maneja la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para la sucesión en 2015.

 

El contacto fue telefónico y lo recibieron las principales espadas de la resistencia sciolista que vive en el corazón del kirchnerismo. Del otro lado de la línea estaba la voz de los más cercanos colaboradores de la jefa de Estado. El mensaje bajó para la estructura parlamentaria no alineada con la conducción del PJ y lo mismo les tocó a los referentes de los distintos espacios que componen Unidos y Organizados.

 

La conducción de Cristina

 

La tensión había llegado a su pico máximo después de la Peña Bonaerense que año a año organiza el diputado Carlos Kunkel en Villa Gessel, donde se reúnen legisladores, intendentes y dirigentes peronistas de toda la provincia. En esas mesas surgieron durísimas críticas a Scioli. Incluso, bien entrada la noche, alguno se animó a insistir con la re-reelección de Cristina.

 

De allí emergieron posiciones durísimas contra el gobernador. Incluso días antes, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, había sido claro y directo en su relación con Scioli: “A mí no me representa y no es mi candidato. Prefiero a un candidato que tenga unidad básica, militancia política y experiencia en la pelea política”.

 

Pero Domínguez, uno de los que está recorriendo el país y que armó su propio espacio político, no se la llevó gratis. Fue uno de los que recibió la “recomendación” de aflojar los misiles contra Scioli. “Yo tengo que hacer mi campaña, por eso me diferencia”, les explicó el ex ministro de Agricultura. “Hacé campaña sin agredir, como hace (Florencio) Randazzo”, le replicaron. Aunque entre los dos crece una diferencia sustancial: El ministro de Interior y Transporte tiene gestión para mostrar; Domínguez, no.

 

Una de las explicaciones que recibieron los que más resisten a Scioli y su perfil tibio, más vinculado a la Iglesia y las corporaciones que a la lucha contra el stablishment, es que no había razones para intentar bajar a Scioli antes de que crezca.

 

“Si reconocen a Cristina como la conductora, no son ustedes los que tienen que bajarle una de sus opciones para el año que viene”, escucharon. Más aún si, les guste o no, es la opción que más mide en las encuestas. Al menos hasta que la propia Presidenta elija un candidato a quien acompañar en la interna del Frente para la Victoria (FPV). Si es que elije a alguno.

 

Una voz en el teléfono

 

Scioli tampoco se quedó callado y se comunicó personalmente con algunos de los hombres del kirchnerismo que lo atacaban públicamente.  “¿Por qué me siguen atacando si yo llevo acá 10 años, sin sacar los pies del plato?”, les preguntó el gobernador.

 

La respuesta que recibió fue que si él estaba alineado con Cristina, deje de diferenciarse y ponga fin a determinadas actitudes que chocaban de frente con la línea política del kirchnerismo de paladar negro. A todos, el gobernador les respondió lo mismo: “Lo voy a intentar”.

 

Incluso los propios ataques de Cristina a Scioli, como los registrados el fin de semana pasado, encuentran su explicación. “Cuando Cristina le pega a Daniel, sabe que le suma en ese electorado propio del sciolismo, que se parece muchísimo al electorado massista”, resumieron.

 

En Unidos y Organizados, el heterogéneo espacio que reúne a las principales agrupaciones kirchneristas no atadas a los designios del PJ bonaerense, respetan este posición pero saben que se trata de una foto que puede mutar en cualquier momento. Por lo pronto, y siguiendo una lógica que rige a casi todos los partidos, esperarán hasta después del Mundial para empezar a jugar fuerte en la campaña.

 

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