El poema, “¿Soy el Poeta de la Revolución?”; su creador, Francisco “Paco” Urondo, hombre de la cultura y la política que murió el 17 de junio de 1976 en Mendoza, tras ingerir una pastilla de cianuro perseguido por militares que terminaron su vida a patadas.
Entre conmemoraciones de un país entero después de 36 años de una dictadura atroz, la poética facilita la reflexión sobre el rol humano en el juego de la democracia.
Paco fue un intelectual comprometido, que salió a la calle para codearse con la gente, por fuera de cualquier esfera de cristal que la literatura le podía proporcionar.
Paco escribió desde la cárcel: “del otro lado de la reja está la realidad, de este lado de la reja también está la realidad; la única irreal es la reja”, en su poema “La verdad es la única realidad”.
Paco dejó dos hijos que pueden contar y reivindicar su historia, la de muchos, la de todos.
Paco, el intelectual, el poeta, el militante, el hombre, forma parte de la memoria, esa que nunca muere, que queda en la palabra con la que también se milita y se hace cuerpo.
Paco, exaltó su vida en la muerte. Dio motivos para pelear y esperanzas para forjar.
“Aunque parezca a veces una mentira, la única mentira no es siquiera la traición, es simplemente una reja que no pertenece a la realidad”, termina el poema que escribió desde la Cárcel de Devoto.
Las acciones demuestran mucho pero las palabras se hacen carne en sus emisores. Dice lo que dice y más.
Paco, el intelectual, el poeta, el militante, el hombre. Hoy y siempre.