Aprevide, los códigos de la política, el fútbol y la vuelta de la familia a la cancha

Por Matías Moscoso tw @matomosco

Hace poco más de tres meses que en la provincia de Buenos Aires nació la Aprevide (Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte), tras la desaparición del CoProSeDe. Así, con el surgimiento de este nuevo organismo, el desafío de erradicar a los violentos de las canchas de fútbol se renueva e invita –una vez más-, tanto a funcionarios, como dirigentes y fuerzas de seguridad a sacarse las caretas y luchar verdaderamente contra los delincuentes, domingo tras domingo. El fútbol y la política; un inseparable y complejo mundo de relaciones de poder en el que conviven buenos y malos. Barras bravas, complicidad, corrupción, demagogia y el verdadero compromiso de algunos para terminar de una vez por todas con este flagelo. “Estamos convencidos de que esta lucha se puede ganar”, se esperanza Luis Morales, el titular de Aprevide, quien recibió a Letra P en su oficina y habló de todo el trabajo diario, con el objetivo de que “vuelva la familia a la cancha”.

 

Cuando se creó el organismo dijiste que tenías bien en claro la realidad y sabías muy bien dónde estabas parado para empezar a trabajar ¿Cómo es hoy esa realidad?

 

Yo creo que cambiamos un montón de códigos y parámetros que había en el sistema de seguridad deportiva en la Provincia. Creo que Scioli eso lo notó en su momento y por eso hizo el giro este; no sólo sacar del área de Seguridad la gestión –si bien nosotros tenemos la pata operativa, que es la conducción de los operativos policiales, tenemos la pata política-, o sea, politizó la gestión de seguridad en el fútbol. Y lo que principalmente se hizo fue comprometer a los dirigentes, sentarlos con nosotros; respaldándolos por un lado, pero a su vez comprometiéndolos. A los dirigentes se les puede decir simplemente “yo te apoyo”, o meterse de lleno realmente y trabajar en conjunto, desde adentro, acompañándolos en el día a día, estando encima. Lo que más me sorprendió a mí fue la naturalización de un montón de cosas; cosas que veo desde la platea: tipos que en la mesa de su casa al nene no lo dejan decir ni una mala palabra, pero en la cancha son capaces de festejarles si el hijo escupe a un policía. En la cancha se naturaliza todo, porque está permitido todo. ¿En la cancha qué estaba permitido? Tirar una bengala y no ir preso. La intención nuestra es empezar a cambiar todo esto –con la aplicación de la ley, eh-, sin cambiar leyes, sin bajar ley de imputabilidad, nada de eso.

 

La ley está…

 

Es insistir e insistir para que los jueces la apliquen, para que la policía la aplique. Es jodido eh, ojo. Nosotros entendemos cómo es la situación: el comisario que tiene una disputa con “el Gordo Richard” tiene que también perseguir a los delincuentes que roban en Avellaneda. Yo conozco eso, yo conozco la realidad de la seguridad. Así que nos encontramos con eso que te decía: la naturalización en la cancha de un montón de cosas que no tienen que ser naturales. ¡Tirar un encendedor no es natural! Si vos no dejás que tu hijo insulte en la mesa, tampoco que lo haga en la cancha.

 

Es todo un desafío tratar de combatir esos detalles, por decirlo de alguna manera, porque tiene que ver con la idiosincrasia muy argentina de lo que pasa adentro de una cancha.

 

Y… bueno… es que es “muy nuestro”, y es muy complicado. Y se dice que es culpa de la política, de los gobiernos; y yo me hago cargo de todo eso, me hago cargo de todos los gobiernos; yo soy peronista, soy un tipo de la política, yo me hago cargo de este gobierno y de los anteriores, de lo bueno y de lo malo, me hago cargo de todo. Así que bueno, sí, la política naturalmente que es responsable. Más que nada como movilizador social.

 

Y separar al fútbol de la política es imposible.

 

Sí. Separar al fútbol de la política es imposible porque son movilizadores sociales, y todos los movilizadores sociales generan que haya intereses alrededor, tanto en la política como en el fútbol. Estos tipos se pelean en las tribunas porque hay un botín. Es muy jodido. Por eso te digo, nosotros como organismo político ahora, si bien no descuidamos la parte operativa, laburamos más que nada la cuestión política, que es precisamente ir contra la desnaturalización de la que te hablo. Yo creo que el impacto de “tiro una piedra y voy preso”, es un estímulo. Esto es un tema. Ya sea en un club de Primera B, en Primera A, o en un organismo, la seguridad en el fútbol es un tema para trabajar al menos 15 horas por día; no sólo hay que estar presente los días de partido.

 

Obviamente el trabajo de Aprevide está dentro de la órbita provincial, pero toda esta cuestión de la naturalización y la idiosincrasia “muy nuestra” en las canchas se da en todo el país ¿Hay una política nacional de unidad acorde a lo que estás planteando?

 

Yo creo que hay una movida en el ámbito nacional de modificación de todo esto. Nosotros con los organismos nacionales laburamos permanentemente; tenemos quizás algunas cuestiones distintas, por ejemplo el tamaño de las banderas u otras disposiciones mínimas, pero las cuestiones de fondo más gruesas son iguales. Por ejemplo, cuando va Almirante Brown a Capital Federal, yo coordino el trabajo con la Subsecretaría de Seguridad de Nación cómo van, cómo está el clima interno; lo mismo con Nueva Chicago, por ejemplo, cuando viene para acá les consulto cómo viene, cómo es la situación, en caso de que el clima interno esté complicado nosotros no permitimos que vengan para no generar problemas, y demás. Todo esto me parece que es en cierta manera una nacionalización de la política de seguridad en el deporte. En la provincia de Buenos Aires, al ser el estado más grande del país, ya que por ejemplo tenemos más de 400 partidos por fin de semana… al tener eso naturalmente que repercute muchísimo.

 

¿Cuál es la diferencia de este trabajo con el del CoProSeDe?

 

Primero, que todos los que integramos el directorio de Aprevide somos civiles. El CoProSeDe estaba conducido por personal policial y había miembros no estables: iban rotando los representantes en las Cámaras de Diputados y Senadores; ahora tanto ellos como el Ministerio de Seguridad tienen que designar un miembro fijo. Y está el secretario general (yo), que es el que dicta las medidas de seguridad. Se labura a un ritmo mucho más vertiginoso que el CoProSeDe, porque ellos tenían que sesionar y demás. Nosotros tenemos medidas de seguridad que se van estableciendo partido a partido, o sea que sería imposible sesionar todos los días; nosotros tenemos fecha entre semana, Copa Argentina y demás, y se van estableciendo las medidas de seguridad y las calificaciones de los riesgos de los partidos. Y además de todo eso, somos un organismo político: tenemos la parte operativa, pero también la parte política; eso es lo que te mencionaba, que más ha cambiado. Y algo clave: antes era un organismo del Ministerio de Seguridad y ahora es un organismo de la Secretaría de Deportes, o sea que es parte de la política de deportes de Scioli.

 

¿Y cuál es el rol de Ricardo Casal?

 

El contacto y la articulación con él es permanente. Si bien el presidente del directorio de Aprevide es el Secretario de Deportes y yo soy un Subsecretario de esa Secretaría, articulo permanentemente con el ministerio de Justicia y Seguridad a través de la Jefatura de Gabinete. Primero porque toda la estructura de Aprevide es la estructura que tenía el CoProSeDe: el personal, los autos, la nafta, la casa, etc., y las fuerzas de seguridad que trabajan en los estadios están conformadas por gente de las departamentales que dependen de Casal. Lo que se cambió fue la mirada y la perspectiva de origen, pero la seguridad es parte de la política de deportes hoy por hoy en la provincia de Buenos Aires: una política más social y menos policial.

 

Volviendo a los clubes. Me hablaste del diálogo constante con los dirigentes ¿Cuál es la realidad de esos clubes? ¿Con qué te encontraste?

 

Hay dos grandes divisiones: una cosa es la A y el Nacional B (nosotros tenemos 16 equipos en la provincia de Buenos Aires entre esas dos categorías, que por la televisación de los partidos y un montón de cuestiones más tienen una realidad económico-social. También porque sus operativos son mucho más grandes en lo que respecta a materia de seguridad, porque tienen público visitante); y otra las categorías hacia abajo, que no tienen público visitante por disposición de AFA desde hace varios años.

 

¿Qué pensás de eso?

 

Hoy por hoy, la violencia en el fútbol se da mayormente por casos en las internas de una misma hinchada: River, Boca, Chicago, Merlo, Independiente, en su momento Estudiantes, y demás. La asistencia o no del público visitante podría, en las categorías del ascenso sería –a largo plazo- un tema para trabajar; primero porque hay muchos clubes que en estos últimos años no han crecido ni han generado su infraestructura para poder recibir hinchas visitantes, segundo que en el ascenso hay clubes que son muy pobres, con muy pocos ingresos, y por ende les costaría muchísimo llevar adelante un operativo o las mismas obras de infraestructuras para poder recibir público visitante. De hecho, en el Nacional B mismo hay posiciones encontradas: hay dirigentes que quieren seguir jugando con público visitante pero otros que no, y eso ya es una cuestión interna de AFA.

 

¿Pero esos clubes que están a favor de jugar sin público visitante lo hacen por una cuestión de imposibilidad económica para afrontar los gastos de los operativos y las obras, o es porque están resignados a combatir la violencia y por eso se simplifica la cuestión evitando a las hinchadas rivales?

 

Ninguna de las dos cosas…

 

Convengamos que es una verdadera lástima que en un partido de fútbol sólo haya el color del local y la tribuna visitante vacía…

 

Totalmente. El gobierno de la provincia de Buenos Aires es partidario que en algún momento se vuelva a jugar con dos hinchadas; que vuelva el público visitante y que vuelva la familia a la cancha. Ahora, ¿los clubes qué dicen? Tener que movilizar a mi hinchada o tener que generar la infraestructura y el operativo para poder hacer ingresar público visitante, obviamente que es un gasto, porque cuando uno recibe público visitante el operativo que se paga arranca desde el acompañamiento del público, y eso lo paga el local. Y aparte tiene que tener la tribuna, los accesos, todo absolutamente en condiciones para recibir gente. Pero bien, la política de estado nuestra es que vuelva la hinchada visitante, de hecho en los torneos del interior y en el torneo Argentino se juega con público visitante.

 

¿Están en contacto además con organizaciones no gubernamentales y otros grupos de gente que también se encargan de trabajar e investigar esta cuestión de la violencia en el fútbol?

 

Hay varias ONGs, y nosotros hicimos contacto con ellas, entre las que por ejemplo está Salvemos al Fútbol, una vez iniciada nuestra gestión, poniéndonos a disposición. Más allá de eso, también nos pusimos en contacto con las universidades. Por ejemplo, hoy por hoy tenemos en marcha un trabajo en conjunto de violencia en el fútbol con el Observatorio de la UNLP y el doctor Szeinfeld, entre otros. Tenemos muchas reuniones y estamos trabajando hacia adelante, estamos haciendo una revisión de la legislación para actualizarla, si fuese necesario en algún punto, porque naturalmente va mutando el método de transgresión de un delito. Y a su vez para adquirir experiencia de lo que ellos han investigado, con la información recibida de los lugares de otras partes del mundo. También estamos trabajando en conjunto –y esto se diferencia muchísimo del anterior organismo- con 220 alumnos de la carrera de Diseño en Comunicación Visual de la Facultad de Bellas Artes de la UNLP: ellos nos están diseñando toda la campaña gráfica para el año próximo, que se va a lanzar seguramente durante el torneo de verano. Ya hicieron la presentación de los más de 200 trabajos, los profesores hacen una preselección de alrededor de 30 o 40 trabajos que luego se van a exponer posiblemente en AFA y en el Estadio Único, y a su vez, entre esa cantidad se va a seleccionar uno –en un jurado integrado seguramente por el Gobernador y el Secretario de Deportes- y se va a difundir masivamente. O sea, toda nuestra campaña y publicidad gráfica está siendo diseñada por jóvenes estudiantes de entre 20 y 23 años de edad; es muy importante, por algunos de los chicos son muy futboleros y otros no entienden nada, y trabajan de la misma manera, con un gran entusiasmo y compromiso. Yo di la conferencia y después me quedé hablando con los chicos, y hablamos de todo. La apertura del gobierno de Scioli da esa posibilidad, con su decisión política. Es innovador.

 

Si te digo “violencia en el fútbol”, ¿qué se te viene a la cabeza?

 

Violencia. Violencia en el fútbol es violencia, es exactamente lo mismo. Es un segmento más de la violencia. Igual que el delito; el que aprieta a un jugador, el que tira una piedra adentro de la cancha, el que le roba la camiseta a un pibe que va a la tribuna; eso es delito, está en el Código Penal y hay que combatirlo. Nosotros cuando asumimos el 8 de agosto planteamos que la persona que delinque en la cancha es un delincuente, en donde el ámbito de la cancha es un ámbito más. Ese tipo es un delincuente los 7 días de la semana. En cuanto es la cuestión organizativa de una barra brava, por ejemplo. A ver, para nosotros no hay barras bravas, hay delincuentes, dentro y fuera de las canchas. Se da en la mayoría de los casos, cuando algún barra brava es detenido, generalmente es un tipo con antecedentes penales o es un tipo que fue detenido en un marco fuera de la cancha.

 

Pero el tema de la violencia en el fútbol es distinto al accionar de un delincuente que roba un almacén, porque en las canchas entran otro tipo de consideraciones y actores que se relacionan entre sí, y que incluyen a gente de poder, como dirigentes, policía y hasta dirigentes políticos. Son otros códigos…

 

Creo que no, porque generalmente son los mismos. El delito va cambiando. En su momento había robo de blindados, secuestros extorsivos, salideras bancarias, y demás. Ahí están nucleados muchos barras bravas: “Bebote”, “Loquillo”… están en las salideras, secuestros extorsivos; dicen: “me agarró el corralito, no hay más guita en la calle. Listo, secuestros extorsivos. O robamos supermercados, blindados, camiones”. El pirata del asfalto, el que roba blindados, al que le dicen “el ladrón profesional”, ha visto una veta importante en esto, porque hay un botín. Al haber un botín, los tipos van atrás de eso. Naturalmente, uno de los objetivos a mediano plazo es laburar en que dejen de existir los botines; llámese entradas, estacionamiento, cuestiones de droga, o lo que sea.

 

Por los últimos hechos, hoy la gente es muy pesimista con respecto a la erradicación de los violentos en el fútbol ¿cómo ves esta situación de descreimiento y resignación?

 

Cuando se generó el descreimiento de la gente en la política fue porque la sociedad, o mejor dicho el país había tocado fondo. Hoy, con respecto a la violencia o delincuencia en el fútbol también estamos en la misma situación. Hoy por hoy nosotros tenemos una participación de gente joven en la política, que creo es un momento único en la historia del país; lo mismo puede lograrse con la participación de la gente, aportando su grano de arena, en la lucha contra la violencia en el fútbol. Por supuesto que los organismos del Estado son los responsables, y ellos tienen que garantizar la seguridad; pero no ser parte del círculo vicioso, que la gente logre concientizarse y se aparte de ese círculo vicioso a nosotros nos va a permitir que se genere un círculo virtuoso: dirigentes comprometidos, Estado respaldando, la decisión política ya tomada, la policía haciendo su trabajo, los jueces aplicando la ley y la gente –la familia- pudiendo ir a la cancha.

 

Cuando Cristina y Randazzo presentaron el sistema touch, en esa conferencia de prensa la Presidenta dio la sensación de que relativizó y minimizó la cuestión de las barras bravas ¿Hay realmente un compromiso por parte del Estado? ¿Hay una decisión política de colaborar para ponerle fin a todo este problema?

 

Muchos me hicieron ese comentario, incluso una de las primeras notas que hicimos fue con Gustavo Grabia, y también me lo preguntó. Cristina lo que hizo fue destacar y reafirmar la expresión de la pasión en la cancha; pero ella también es una persona que permanentemente deja en claro algo: que dentro de la ley todo y fuera de la ley nada. Nosotros somos partidarios de la existencia de hinchadas, hasta que uno dice que es “el jefe de una hinchada”. Y esa es otra de las diferencias de Aprevide con CoProSeDe; nosotros no tratamos con jefes de hinchadas, tratamos con los dirigentes que son hinchas legitimados por sus socios para conducir un club. Nosotros coordinamos los acompañamientos, la cantidad de micros que salen de una sede o de un estadio con los dirigentes, con el área de seguridad. Cristina lo que hizo fue eso, destacar la cuestión pasional que naturalmente existe en el fútbol. Obviamente que se desvirtuó, se dijo que respalda a los violentos, pero no, dijo que “a las hinchadas yo las banco” y a mí me encanta cantar, me encanta que vayan las banderas, y yo cuando voy a la cancha canto. Por supuesto, cuando alguien tira un encendedor, o escupe a un policía, o transgrede una norma, deja de ser un hincha común. Nosotros vimos lo que pasó el otro día en la cancha de Independiente, pensamos que eran más tipos los que ocasionaron todo el problema, pero después cuando vimos los videos eran cuatro o cinco. Y pusimos los videos a disposición de la Justicia, y una vez que la Justicia dispuso todas las medidas, tomaron estado público a través del club.

 

Lo que choca es que estos mismos personajes que ocasionan los problemas, son utilizados paralelamente en actos políticos, incluso como fuerza de choque, y hasta se los identifica por responder a mismísimos funcionarios y dirigentes políticos…

 

Acá te reitero: la política y el fútbol son los grandes movilizadores sociales de la Argentina. Nosotros en una tribuna tenemos delincuentes que se dispersan con una camiseta en una tribuna de fútbol, en un acto con una camiseta de un partido político. Por supuesto que el compromiso político del estado provincial está; y tiene que estar del de todos: dirigentes políticos y dirigentes de fútbol. Y va quedando evidenciado quiénes son los dirigentes que están comprometidos y quiénes son los que hacen la vista gorda. Creo que en estos días eso se está viendo de una manera interesante. Por ejemplo, si un dirigente no pide aplicar el derecho de admisión, nosotros no podemos aplicarlo, ya que es una potestad del dueño de casa. Lombardi (presidente de Estudiantes) es uno de los dirigentes que viene jugando muy bien con este tema, lo que pasa que es menos mediático que Cantero en Independiente. En estos tres meses se han sumado muchos dirigentes.

 

¿Estás desmintiendo a quienes aseguran que Cantero está solo en esta lucha?

 

Cantero no está solo. Por suerte hay muchos Cantero; tienen menos prensa, pero hay muchos. Independiente es un club que está muy mediatizado; institucionalmente ha estado muy mal y Cantero está trabajando muy bien, está haciendo un esfuerzo gigante. Lo que pasa es que cuando los resultados deportivos no te acompañan, es todo peor. Yo creo que los dirigentes tienen que hablar con los hinchas; no legitimar barras eh, al contrario, nosotros no hablamos con ninguno; pero sí los dirigentes y las áreas de seguridad de los clubes tienen que trabajar en contacto con los hinchas, las comisiones de fútbol, que pueden llegar a generar un registro de banderas, o algo por el estilo. El diálogo permanente es importante. La conducción de un club de fútbol es un laburo de 7 días a la semana, en todas las áreas.

 

El presidente de Boca, Daniel Angelici, fue uno de los que en su momento confrontó con Cantero porque dijo que no había barras en su club.

 

Antes de que Aprevide iniciara su gestión, Angelici presentó un listado de 66 o 67 hinchas de Boca con aplicación de derecho de admisión, y hoy está vigente eso.

 

Otro tema muy importante son las sospechas de corrupción existentes en muchas áreas, que incluso tocaría de cerca a la policía, por ejemplo.

 

Corrupción existe en todos los ámbitos de la sociedad, privados y públicos. Naturalmente, yo como hombre de la política, te digo que hay corrupción en las personas, no en las instituciones. Yo estoy seguro que la política no es corrupta. Que hay políticos corruptos es otra cosa. Hay buenos y malos maestros, buenos y malos árbitros, buenos y malos políticos, buenos y malos policías. Lo que sí, quienes conducimos las instituciones tenemos la responsabilidad de que el eje de marcha, o el horizonte, el rumbo, no tiene que ser modificado por algún individuo o caso aislado de caso de corrupción. Y por supuesto, a la corrupción hay que aplicarle la ley. La mera aplicación de la ley es lo que a nosotros nos va a permitir poder alcanzar el objetivo, y obviamente una persona corrupta tiene que ser alcanzada por la ley, porque eso está tipificado y es delito, ya sea para inhabilitarlo o para lo que sea, quizás para ser dirigente, o funcionario público, por ejemplo.

 

¿Cuál es el mensaje que les dejás a los hinchas de fútbol, desde el rol que te toca ocupar?

 

Para nosotros lo más importante es brindarle la tranquilidad al hincha de fútbol de que el estado provincial, con el Gobernador a la cabeza, está comprometido y convencido de que esta lucha se puede ganar. Pero naturalmente necesitamos el acompañamiento de los dirigentes, los jugadores, los dirigentes, los árbitros, los periodistas, los plateístas, los hinchas que van a la popular, en función de no acompañar ni avalar -en mayor o en menor medida, cada uno con la responsabilidad que le compete-, cualquier acción de violencia en un estadio. Y por supuesto nosotros vamos a trabajar para que cada uno aporte su grano de arena y cumpla su deber al momento de ir a una cancha. Este proyecto político ha logrado revertir muchas realidades negativas y sin dudas podrá algún día erradicar la violencia en el fútbol. Nuestro máximo objetivo es que la familia pueda volver a la cancha.

 

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