“Los principales destinos turísticos del mundo se hicieron a base de inversión: Disney era un pantano, Las Vegas y Dubai un desierto. La oferta crea la demanda”, afirmó Daniel Loyola, el presidente del Ente Municipal para la Actividad Turística (Ematur), que desarrolla el turismo en la ciudad de La Plata, la capital de la Provincia de Buenos Aires.
La actividad de hoteles de la capital bonaerense volvió a crecer (+14,3%) durante el segundo trimestre del año y allí se alojaron casi 15.500 pasajeros, un 20% más que el año pasado. La actividad de las Agencias de viaje creció 20,2% interanual durante el segundo trimestre de 2023.
El sector turístico ya ocupa a 22 mil personas en forma directa e indirecta en la capital bonaerense en una cadena de valor que busca dar respuesta al crecimiento. Actualmente, las actividades turísticas alcanzaron una participación del 5,8% del Producto Bruto Geográfico (PBG) y recuperó los niveles pre-pandemia.
Loyola era presidente de la Cámara de empresarios del Turismo de La Plata, cuando en 2020 el intendente local, Julio Garro, lo convocó para desarrollar el turismo en la capital bonaerense. Un lugar que, pese a todo su patrimonio arquitectónico, histórico, cultural y deportivo, nunca se afianzó como destino, a pesar de estar apenas a 60 km del principal ingreso de turistas internacionales de Argentina.
Así, la ciudad que creó Dardo Rocha luego que la Provincia cediera su propia capital, está emergiendo en el panorama turístico nacional, incluso internacional. Una política de desarrollo de nichos específicos, desde la masonería, a Favaloro y el flamante Estadio I de Estudiantes de La Plata, a las convenciones y congresos profesionales.
El Ematur usa para la promoción de la ciudad el 40% del impuesto de publicidad que recauda el municipio. Dentro del ente autárquico conviven el sector público y el privado de la ciudad. Junto a la UNLP, desarrollaron el Índice de Actividades Turísticas. Se trata de una herramienta que, según Loyola, "permite gestionar con precisión el área, porque hay indicadores claros de la actividad turística en la ciudad”.
El turismo, al frente del crecimiento de la ciudad
El índice marcó que en el segundo trimestre de 2023 las actividades turísticas de La Plata crecieron un 10% respecto del año pasado y acumulan 9 trimestres consecutivos. El sector crece por encima del promedio del resto de los indicadores económicos del municipio, que se ubica en el 2,6% interanual.
Loyola explicó que “desarrollamos una política de turismo pensada en nichos, por ejemplo estamos en la Ruta Argentina del Art Nouveau con edificios, palacios y casonas. La Plata fue declarada como Ciudad Masónica, la masonería del mundo vista La Plata, que es una catedral de la masonería, si se mira la ciudad desde arriba se divisan la escuadra y el compás, símbolos masones”.
También está desarrollando el nicho del turismo en bicicleta, con el programa "Bicitando la Ciudad" con varios circuitos como el que recuerda al cirujano René Favaloro. Además está trabajando con influencers de redes sociales que también promocionan la ciudad en sus contenidos.
La Plata tiene la única obra en la Provincia de Buenos Aires que fue declarada como patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que es la singular construcción realizada en la Argentina por el arquitecto suizo Le Corbusier, diseñada a pedido del médico Pedro Domingo Curutchet.
El salto en el crecimiento de la actividad turística está relacionado con que La Plata fue sede del mundial sub 20 de fútbol. Acumulado al primer trimestre de 2023 las actividades características del turismo representaron el 5,5% del producto bruto geográfico de La Plata.
Las agencias de viaje fueron las que más crecieron y el rubro Restaurantes el que mayor incidencia tuvo en la variación total del indicador durante el segundo trimestre de 2023.
Loyola explicó que el Ematur sigue el modelo de desarrollo turístico de la ciudad española de Bilbao que surgió cuando España ingresó en la Unión Europea y se cerró el astillero estatal Euskalduna, ubicado en el centro de la ciudad. El casco urbano de Bilbao quedó abandonado.
Los comerciantes le pidieron al alcalde administrar conjuntamente las tasas municipales del casco urbano histórico, dedicarlo a la iluminación de fin de año. También promovieron la Gastronomía, el patrimonio arquitectónico, y una intensa campaña de promoción. Así nació el boom turístico de Bilbao y su anclaje gastronómico de trascendencia mundial. También se construyó el Guggenheim de Bilbao y completo el perfil turístico y cultural que identifica a la ciudad.