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Inédito acuerdo de Europa con Facebook, Google y Twitter

Aceptaron, por primera vez, exigencias de defensa de usuarios y consumidores representados por la Comisión Europea. Es un paso hacia la regulación de las prácticas de las plataformas digitales.

En un acuerdo sin precedentes que despeja dudas sobre la capacidad de las regulaciones estatales para intervenir sobre los gigantes globales digitales Facebook, Google y Twitter, la Comisión Europea (CE) dio a conocer el compromiso alcanzado con estas compañías que, en el plazo de un mes, deberán modificar sus “términos y condiciones de servicio”, es decir, las cláusulas que imponen a los usuarios de sus plataformas en temas tan sensibles como la jurisdicción válida para resolución de conflictos, la remoción de contenidos creados por los usuarios o las políticas de privacidad. “Deberán adaptarse a las normas europeas”, indica el comunicado oficial de la CE.

 

La Comisión Europea es el órgano ejecutivo de la Unión Europea y en los últimos años viene lidiando con fuertes quejas de usuarios, organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos y empresas del Viejo Continente que consideran abusivas ciertas prácticas de los intermediarios globales de Internet que, hasta ahora, se escudaban en términos y condiciones definidos unilateralmente por los conglomerados digitales y, en caso de controversia, someterse a la jurisdicción de los tribunales de California, Estados Unidos.

 

El acuerdo es trascendente: se trata del primer reconocimiento público de la capacidad de intervención regulatoria por parte de un poder político fuera de Estados Unidos a este nivel, desbarata la prédica “anarcocapitalista” que impugna la soberanía de los estados a la hora de representar los intereses de la sociedad ante los actores dominantes de la economía digital y se anuncia en un contexto de creciente preocupación en todo el mundo sobre la asimetría entre el poder e influencia que lograron Facebook, Google y Twitter, basados en la gestión de datos personales de miles de millones de personas y organizaciones y la falta de transparencia y reconocimiento de los derechos de esas personas y organizaciones cuyos datos manejan. Es el mismo contexto, aunque los motivos no son idénticos, que motivó la comparecencia de los líderes de las tres compañías tecnológicas ante el Comité Judicial del Senado norteamericano en noviembre pasado.

 

 

Según informó la propia Comisión Europea, el acuerdo es pleno en la mayoría de los aspectos con las tres compañías que en los próximos 30 días deberán modificar sus términos y condiciones, pero aún quedan pendientes exigencias que algunas de ellas se resisten a aceptar. Facebook, Google y Twitter consintieron la propuesta europea en temas clave como la jurisdicción y ley aplicable (que será la de cada estado miembro donde el usuario de cada plataforma tenga residencia y no la de California); los derechos de consumidor serán los vigentes en Europa; la identificación clara del contenido de índole comercial; los cambios unilaterales de los “términos y condiciones del servicio” serán limitados y deberán contar con previa notificación al usuario, que podrá ejercer su derecho a reclamo por considerarlos injustos; la finalización del contrato de adhesión de los usuarios a las pataformas, entre otros aspectos.

 

En cambio, no hubo pleno acuerdo en temas sensibles como las políticas discrecionales que aplican las plataformas (sobre todo Facebook) en la remoción del contenido generado por los usuarios, lo que involucra, en la práctica, un poder de censura que Facebook ejerce eliminando contenido que considera inconveniente más allá de las leyes de libertad de expresión y de acceso a la cultura (así, por ejemplo, censuró la histórica foto de “la niña del napalm” en Vietnam tomada por Nick Ut).

 

El acuerdo llevó meses de negociaciones y las compañías de Internet tendrán un mes para concretar sus compromisos. La posición dominante -monopólica, en varias de las plataformas que gestionan- que ejercen en el espacio público digital obliga a crear nuevos instrumentos para garantizar los derechos ciudadanos de los usuarios, evitar las prácticas abusivas de la competencia y mejorar la rendición de cuentas. La Comisión Europea dio un paso fundamental en las tres direcciones, desafiando el sentido común acerca de la imposibilidad de razonar con Facebook, Google y Twitter.

 

El autor es investigador del ICEP-UNQ (http://icepunq.wix.com/icepunq). En Twitter: @aracalacana

 

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