El Papa Francisco con el embajador de Israel ante la Santa Sede, Raphael Schutz.
La profundización del conflicto palestino-israelí tras el ataque del sábado del grupo terrorista Hamás, provocó una conmoción mundial con esquirlas de índole diversa: geopolíticas, diplomáticas y hasta religiosas. Algunas impactaron en el Vaticano y tocaron a la puerta del papa Francisco en la basílica de San Pedro.
Israel cuestionó al Vaticano por una declaración difundida por patriarcas y jefes religiosos de Jerusalén; texto que –evaluó- incluye “ambigüedades lingüísticas” y “paralelismos” que equipararían a los agresores del conflicto con sus víctimas. Lo hizo a través de dos notas firmadas por su embajador ante la Santa Sede, Raphael Schutz.
En la primera nota formal, la representación diplomática considera “extremadamente decepcionante y frustrante” el mensaje de los referentes de los credos en Tierra Santa, por poner a la misma altura moral –grafica- el asalto armado de Hamás con los esfuerzos de Israel en defensa propia; y lamenta que un documento “tan seco” haya sido firmado por personas de fe.
En la segunda comunicación, la delegación israelí describe: “Conforme pasan las horas, aún se desconoce la magnitud de la masacre, pero está claro que se trata de una catástrofe de dimensiones bíblicas. El número de víctimas podría llegar al millar, la mayoría civiles. Familias enteras, abuelos, padres y niños pequeños han sido ejecutados a sangre fría por los militantes palestinos de Hamás y la Yihad Islámica”.
En el texto cuestionado por Israel, los patriarcas y demás jefes de las iglesias de Jerusalén hacen un llamado a la paz y la reconciliación y al cese inmediato de la violencia; atribuyen la prolongación del conflicto a la “lamentable ausencia de justicia y respeto de los derechos humanos”; y piden, una y otra vez, “respetar el statu quo histórico y legal de los santuarios sagrados”.
Evitando entrar en la polémica diplomática, el papa Francisco pidió este miércoles la liberación "inmediata" de los rehenes capturados en Israel por el grupo terrorista Hamás, y se manifestó "muy preocupado" por el asedio israelí de la Franja de Gaza. No obstante, el lunes, había enviado a su mano derecha, el cardenal Pietro Parolin, a dejar en claro públicamente que el Vaticano repudia lo que definió como un ataque “terrible y despreciable” contra Israel y contra "hermanos y hermanas israelíes".
El secretario de Estado vaticano sentó la posición papal durante su discurso de apertura en la conferencia sobre "Los nuevos documentos del pontificado del papa Pío XII y su significado para las relaciones judeo-cristianas" que se reúne a expertos y teólogos en la Pontificia Universidad Gregoriana de la capital italiana.
"Nunca pensé que comenzaría mi discurso con la obediente y triste obligación de compartir y transmitir el dolor que el Santo Padre expresó el domingo por lo que está sucediendo en Israel", dijo el purpurado vaticano el lunes, sentado junto al rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni.
En ese contexto, Deborah Lipstadt, experta estadounidense en la vigilancia y el combate del antisemitismo, dijo a la agencia Reuters que "es el mayor número de judíos asesinados en un día desde el Holocausto" y recordó que el récord anterior de civiles muertos era el atentado perpetrado en 1994 contra la AMIA en Buenos Aires, donde murieron 85 personas y otro centenar resultó herida.
Jorge Bergoglio sigue minuto a minuto la evolución del conflicto palestino-israelí y entre domingo y lunes se ha comunicado telefónicamente con el párroco en Gaza, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, para conocer de primera mano la situación de la pequeña comunidad cristiana de la Franja, azotada por las incursiones israelíes tras los atentados terroristas de Hamás.
“Expreso mi cercanía a las familias de las víctimas, rezo por ellas y por todos los que están viviendo horas de terror y angustia", le transmitió el pontífice en una comunicación telefónica; mientras que el sacerdote le agradeció “el llamamiento al alto el fuego y contra toda violencia, todo terrorismo y toda guerra".
Romanelli sigue en Belén, otra ciudad en territorio palestino donde quedó varado al iniciarse los enfrentamientos; pero mantiene comunicación permanente con los fieles de la parroquia Sagrada Familia de Gaza. Las instalaciones parroquiales acogen a 150 familias que han perdido sus casas o buscan un lugar seguro de los bombardeos. “No hay muertos ni heridos en la comunidad cristiana”, dijo el religioso en declaraciones a Vatican News.
Otro sacerdote argentino, Adrián Santarelli, contó en vivo y en directo cómo estaba el panorama en Jerusalén; mientras rezaba por la paz. En un posteo en sus redes sociales, el clérigo que acompaña a un grupo de peregrinos dijo desde la zona del Muro de las Lamentaciones: “Aquí la oración judía. Del otro lado, la oración del maghrib que reza el Corán a esta hora del atardecer. Mientras tanto la guerra en Gaza, la guerra también llega a Jerusalén. Hoy llegaron misiles y fueron detenidos; sonaron las sirenas. Sin embargo, seguimos pidiendo el don de la paz”.