Perlitas de la cena en la que el Presidente desplegó su stand up. Aplausómetro y comentarios por lo bajo. Mauricio vs. Patricia y la casta que tragó saliva.
Patricia Bullrich con Javier Milei.
El presidente Javier Milei en la cena de la Fundación Libertad donde compartió salón con Mauricio Macri y Patricia Bullrich.
El presidente Javier Milei fue centro de escena en la cena de este miércoles de la Fundación Libertad. Tuvo su show de stand up, jugó en la interna PRO entre Patricia Bullrich y Mauricio Macri, disparó munición gruesa contra el círculo rojo y recibió críticas del exmandatario argentino y también de su par uruguayo, Luis Lacalle Pou.
Desde que Milei confirmó que iría al evento, la semana pasada, el organizador, el diputado Alejandro Bongiovanni, vio cómo las asistencias se multiplicaban y la cena pasaba a ser una de las más concurridas y atractivas, por los personajes y por el contexto en el que estos se verían.
Bullrich y Macri no se cruzaron hasta el momento de sentarse en la mesa número cinco del salón. Recién llegado de Dubai, el expresidente pisó primero la recepción en el complejo GoldCenter de Parque Norte. La ministra de Seguridad llegó más tarde y al entrar cumplió con los saludos protocolares, pero no cruzó miradas con el ingeniero. Aunque en la misma mesa, se sentaron bien alejados. Allí hubo un saludo formal, distante, sin la efusividad que caracterizó la relación entre ambos en épocas de campaña. Cada uno en sus respectivos lugares siguió su propia agenda.
Desde el escenario, Macri hizo dos cuestionamientos al gobierno. Para algunas figuras del PRO presentes, fue directamente un tirón de orejas para Milei. Lo escuchaban Lacalle Pou, el exmandatario español José María Aznar y el exministro de Economía de Brasil Paulo Guedes.
"Libertad también es cuidar la libertad de expresión y la independencia de la Justicia", sostuvo Macri en uno de los pasajes de su discurso, que fue el más corto de la noche. Las dos menciones apuntaron a las críticas de Milei hacia la prensa, cuyo último capítulo fue la acusación contra el periodista Jorge Lanata, a quien calificó como "ensobrado", y al rechazo en diferentes sectores del macrismo hacia la postulación del juez federal Ariel Lijo para ocupar un lugar en la Corte Suprema.
"Ambas cosas molestan a Mauricio y no se las calló. No iba a hacer un escándalo, pero, si es inteligente, Milei entendió el mensaje", dijo un integrante de la mesa chica del expresidente. Con todo, el fundador del PRO aprovechó el resto de su discurso para elogiar la gestión del jefe de Estado. "Está dando (Milei) una batalla épica, con un Estado agobiante en sus regulaciones", afirmó.
El presidente de Uruguay aprovechó la cena para exponer su visión sobre el Estado y la forma de ejercer el poder. En comparación con el discurso que luego dio su par argentino, pareció un hombre de izquierdas. Inició con un agradecimiento a Milei y a la canciller Diana Mondino por las tratavitas para el dragado del Puerto de Montevideo. Luego remarcó, como hizo en otras ocasiones, las relaciones comerciales a las que debe apuntar el Mercosur como bloque.
El momento de mayor sorpresas fue cuando reivindicó el rol del Estado y de los partidos políticos. La clave del éxito, según Lacalle Pou, se centra en la eficiencia del Estado y en la defensa de la democracia mediante los partidos políticos. "Un Estado fuerte, que no quiere decir grande, tiene que tener separación de poderes, tiene que haber una democracia fuerte. Y eso en Uruguay se lo debemos a los partidos políticos. Sin ellos, es más riesgosa la democracia", dijo el mandatario uruguayo en contraste con la lógica de Milei y La Libertad Avanza (LLA).
No fue su única frase en ese sentido. También cargó contra quienes critican el rol de los partidos políticos. "El partido te limita, te contiene y te obliga. No condiciona la actitud de un gobernante. Los partidos políticos dialogan entre sí. Nos peleamos discutimos, contraponemos, pero la sangre no llega al río", dijo y remarcó que "los outsiders (de la política) siempre terminan como tal" y que es "difícil gozar" de las libertades individuales cuando se "vive en un rancho, sin estudios ni infraestructura". Recibió aplausos tenues.
Milei no estuvo en el cóctel. Entró al lugar por una puerta lateral. Se deshizo en elogios hacia Bullrich y tuvo una escueta mención a Macri. "Genia, Patricia", dijo mirando a la mesa cinco donde también estaba Macri. Al momento de hablar del Banco Central, dijo que la única vez que funcionó correctamente fue cuando estuvo en manos de Federico Sturzenegger. "Fue el mejor Banco Central de la historia y se lo llevaron puesto", dijo Mieli cuestionando la decisión del fundador del PRO de correr del cargó al economista en 2018.
El siguiente blanco del Presidente fue el economista Carlos Melconian. Le dedicó la primera chicana en tono burlón. En ese momento, el excoordinador de equipos económicos de Bullrich se levantó de la mesa y se retiró del salón. Milei siguió con su ataque contra él aun cuando ya no estaba presente y lo mencionó en otras cuatro ocasiones. La última de ellas despertó indignación en algunos sectores del PRO.
Un rato antes, el exmiembro de la Fundación Mediterránea había mantenido una larga charla con el ministro de Interior, Guillermo Francos. "Me gusta más (Ariel) Tarico", dijo después Melconian en referencia a la imitación del Presidente.
Milei decidió hacer referencia a sus miembros del Gabinete para felicitarlos por los primeros meses de gestión. Nombró a cada uno de los que estaban en el salón y los comparó con el capitán de la selección argentina Lionel Messi. La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, no llegó a escuchar ese elogio. Se levantó de su mesa antes y volvió después. Falta de timming.
Ya casi al final de su discurso, Milei volvió a hacer mención a que si la política no le aprueba la ley ómnibus XS, él seguirá con el proceso de ajuste. “Los políticos son mucho peor de lo que pensaba”, consideró mientras lo miraban atentamente los gobernadores Alfredo Cornejo (Mendoza), Leandro Zdero (Chaco) y Maximiliano Pullaro, (Santa Fe) más la vicejefa de Gobierno de la Ciudad, Clara Muzzio, junto con los diputados Cristian Ritondo, Damián Arabia, Hernán Lombardi, Martín Yeza, Fernando Iglesias y Martín Tetaz Los integrantes de Juntos por el Cambio (JxC) venían de negociar los últimos detalles con el Gobierno para que la ley ómnibus XS, la reforma fiscal y la reversión de Ganancias llegaran a buen puerto. No salían de su asombro. “Al menos dijo oposición dialoguista”, consideró uno de los mandatarios provinciales presentes.
“Después de lo que dijo, deberíamos votarle todo en contra, pero hay que respirar profundo”, dijo una figura del PRO tras la embestida del Presidente contra "la casta". Para el macrismo y el radicalismo todavía es un problema el lugar en el que quedaron después de las elecciones generales de 2023. “La sociedad nos percibe como parte del Gobierno, tenemos a nuestra excandidata dentro del Ejecutivo, hay funcionarios del espacio de distintos rangos en la administración y no tenemos un liderazgo claro. Es imposible así”, analizó otro integrante del partido amarillo.
"Hace seis meses, el 56% del presupuesto era para pagar sueldos. Con la reversión de Ganancias, la baja de los fondos y el ajuste ese porcentaje subió al 93", afirmó un dirigente de JxC al hacer referencia a la situación en su provincia. Todo, mientras Milei hacía referencia a que el futuro será mejor.
Milei habló casi una hora, mucho más que sus antecesores, y sorprendió a los presentes por la forma de su discurso, que en el círculo del mandatario consideraron como un "éxito de stand up". Sobre todo por el rechazo a la negociación política con otros espacios y diferente a lo que plantearon Macri y Lacalle Pou.
La extensión del discurso, y lo técnico en algunos pasajes, generó dispersión en la audiencia. Para algunos, los minutos parecieron horas. A eso se le sumó las ganas de cenar.
Milei terminó su discurso, bajó del escenario y fue directamente a saludar a Macri. El abrazo fue escueto. Lo mismo sucedió con los gobernadores y algunos ministros. Con Bullrich fue todo más efusivo. Finalizado los compromisos de protocolo, el Presidente no se quedó a cenar y se retiró junto a la secretaria general de la Presidencia, su hermana Karina Milei. En la caminata, fue atendiendo los pedidos de selfies.