A 24 horas antes de la reunión de gobernadores electos de Juntos por el Cambio (JxC) en la que Jorge Macri tenía silla reservada, con una pequeña ayuda de Sergio Massa y la renuncia al ballotage de Leandro Santoro, el ahora sí jefe de Gobierno porteño podrá sentarse entre sus pares. El ministro de Gobierno larretista irá a la cumbre con la chapa de garantizarle al PRO 20 años de hegemonía en su cuna y bastión, además del regreso del apellido Macri a la sede del poder local, ahora ubicada en Uspallata. Antes incluso de saber que no necesitaría competir en una segunda vuelta, el exintendente de Vicente López ya estaba preparando su administración, con el mantra de buscar a las mejores figuras del PRO que estuvieran disponibles. El resultado del domingo, pésimo en términos generales para Juntos por el Cambio (JxC), le dejó a una de ellas disponible: Néstor Grindetti.
La decisión de Santoro de bajarse de la contienda, por pedido del candidato presidencial de Unión por la Patria (UP), le permitió a Jorge Macri sumarse a la discusión institucional que se está librando sobre el posicionamiento de JxC de cara al ballotage, un debate que al interior de la colación opositora se traduce en términos de ruptura o continuidad. El alcalde electo no sólo estará en la mesa del gobernadores electos del miércoles que se desarrollará en la Casa de Corrientes, sino que además jugará un rol clave.
Según pudo saber Letra P, a diferencia de su primo que le dedicó más de un gesto a Javier Milei, Jorge Macri pretende militar para que la mesa de gobernadores de JxC mantenga un rol neutral en la batalla nacional, a la espera de que se resuelta quién será el próximo presidente. Esta postura choca de frente con lo que este martes pidió Federico Angelini, vicepresidente del partido amarillo: “El PRO no nació para la libertad de acción, sino para dar definiciones políticas”.
Con los pies fuera del barro, Macri comienza a armar su equipo de gobierno en donde habrá un mix entre figuras cercanas y otras que sumarán de gestiones anteriores, de probado funcionamiento, pensando en cimentar un primer mandato que le permita lustrar una proyección nacional del PRO. Por eso auspiciaría el regreso a la Ciudad del intendente de Lanús, Néstor Grindetti, a quien ve como un eventual jefe de Gabinete. Sin ofrecimiento formal aún, el jefe de Gobierno electo le transmitió sus intenciones de sumarlo al excandidato a gobernador antes de las elecciones generales.
https://publish.twitter.com/oembed?url=https%3A%2F%2Ftwitter.com%2Fjorgemacri%2Fstatus%2F1716884279571919355&partner=&hide_thread=false
Con un pasado ligado a la familia Macri desde Socma, Grindetti estuvo ocho años al frente del ministerio de Hacienda durante la administración porteña de Mauricio Macri y conoce al detalle cada una de las "palancas" de la Ciudad. Para Seguridad, una de las carteras más calientes en términos de gestión, existe hoy un acuerdo entre Jorge Macri, Diego Santilli y Marcelo D'Alessandro que podría mantenerse, por lo que continuaría Gustavo Coria como ministro. En Educación pica en punta para recibir un ofrecimiento el exministro bonaerense Gabriel Sánchez Zinny, que estuvo muy vinculado con la campaña a gobernador del intendente de Lanús.
En el ranking de preocupaciones de Jorge Macri no sólo aparece el Ejecutivo: pensando en lo que será su primer año de mandato, el alcalde electo evitará tensionar más la cuerda con la UCR por la escasez de bancas que tiene el PRO en la Legislatura. Si bien la relación con el senador Martín Lousteau, a quien derrotó en las PASO, todavía no se encaminó, tampoco se intensificaría en la belicosidad para mantener un tenso status quo. Mientras eso sucede, Macri también explora un acercamiento a los libertarios a través de su exrival Ramiro Marra y el legislador Eugenio Casielles con quienes no confrontó en la campaña. El primer desafío es el Presupuesto 2024 porteño que debe tratarse antes de fin de año.
