Las críticas internas que resuenan por lo bajo en distintas dependencias contra el jefe de Gabinete Nicolás Posse, por su intervención directa en múltiples sectores del Gobierno, ahora salen desde la misma Secretaría General de la Presidencia, que comanda Karina Milei. "El Jefe" le reclama al ministro coordinador un "mayor dinamismo" en la gestión, mientras mastica cierta molestia porque muchas designaciones y presupuestos de su área están pisados.
Los dos reproches que ahora toman como propios en el entorno de Karina son el padecer reiteradas demoras en los giros de fondos y el congelamiento de designaciones de distintos funcionarios, muchos de los cuales trabajan alrededor la hermana presidencial aún sin firma y sin cobrar desde el 10 de diciembre. Todo ello se suma a los auspicios de Posse a la hora de nombrar su propio personal, mucho más ágil, lo que genera cierta suspicacia en la mesa chica presidencial.
Por eso, la hermana de Javier Milei decidió tomar - todavía más - protagonismo en la Casa Rosada, que quedó de manera explícita este jueves cuando encabezó una reunión con diputados y diputadas del PRO, que serán claves en el posible regreso de la ley ómnibus a la cámara baja.
Las razones de la amarilla de Karina Milei
En concreto, la hermana presidencial le molestó la demora en las publicaciones de decretos en el boletín oficial. Uno de los ejemplos más recientes tuvo que ver con el traslado del manejo de la pauta oficial desde la Secretaría de Comunicación y Prensa de Eduardo Serenelli -que está en la lista negra de Karina Milei- a la Subsecretaría del vocero presidencial Manuel Adorni, el funcionario que se mueve bajo su estricta tutela.
El caso testigo, acusan en la oficina de "El Jefe", se suma a un largo listado de personas que trabajan en la Secretaría General de la Presidencia y que aún no fueron designadas de manera oficial. Es decir, falta la autorización final de Posse, que se hace esperar.
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La prueba de fuego de Posse
La lectura interna en la Casa Rosada es que la administración libertaria se encuentra estancada en términos generales, lo que pone aún mayor peso sobre el postergado informe de gestión que Posse dará ante el Congreso el próximo miércoles 15 de este mes. Será la primera vez que el ministro coordinador hable en público para responder alrededor de 2300 preguntas de los legisladores y legisladoras de la oposición. Su defensa será una verdadera prueba de fuego.
"Falta dinamismo. Tenemos que estar llamando por teléfono para que resuelvan cosas", se quejó al respecto una fuente de diálogo habitual con Karina Milei.
La molestia, sin embargo, no se hace extensiva a todo el que trabaja en el primer piso de Balcarce 50. Quienes rodean a la secretaria general de la Presidencia suelen ponderar a José Rolandi, que oficia de vicejefe de Gabinete, y que se puso al frente de muchas de las negociaciones de la ley ómnibus y el paquete fiscal, a tal punto de ir a defender ambas iniciativas en dos oportunidades al Congreso, algo que, todavía, su jefe directo no hizo.
Después de las marchas y las contramarchas que obligaron al oficialismo a retirar la primera versión de la ley ómnibus, se suponía que el jefe de Gabinete iba a tener un rol mucho más activo en el barro de la política. Finalmente, ese rol continuó a cargo del ministro de Interior, Guillermo Francos, y el lugar vacío que dejó Posse lo terminó ocupando el influyente asesor Santiago Caputo, que se encargó de tender puentes propios con Martín Menem y también externos con distintos actores de la política, desde Mauricio Macri hasta el radical Emiliano Yacobitti.
El pase de la motosierra en la Casa Rosada
Hasta hace poco, Posse ostentaba un récord como verdugo de varios funcionarios: desplazó a Guillermo Ferraro (Infraestructura), Omar Yasín (Trabajo) y Enrique Rodríguez Chiantore (Servicios de Salud). Con los tres mantenía diferencias desde hacía tiempo, pero a todas luces perdió un poco esa influencia sobre el organigrama libertario, que ahora, de a poco, comienza a ser potestad de Karina.
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Para muestra, un botón: en la reunión de gabinete de este jueves, en la que no estuvo el Presidente, fue encabezada por su hermana y Posse quedó como escolta, según difundieron de manera oficial. Unas horas más tarde, Karina Milei organizó también una reunión con diputados y diputadas del PRO, entre los que estuvieron Cristian Ritondo, para acordar una agenda legislativa conjunta.