El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, le tomó el gusto a la grieta. Después de patear el tablero del protocolo político de la paz y el amor con su pronóstico retroactivo sobre la pandemia en manos de Mauricio Macri, el clon joven del presidente Alberto Fernández se colgó del video explosivo que difundió este lunes la vice, Cristina Kirchner, para denunciar que el gobierno de Cambiemos, a través de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), "contrató narcotraficantes" para hacer atentados y persiguió a dirigentes de la oposición y del oficialismo. ¿Se convirtió al kirchnerismo, Cafiero? ¿Habla él o habla el jefe de Estado a través de su hijo político?
"La democracia necesita un servicio de inteligencia que trabaje para el país. Nunca más el Estado debe hacer espionaje sobre ningún ciudadano o ciudadana fundado en cuestiones personales o políticas", dice el mensaje que le puso el jefe de Gabinete al retuit del posteo que subió CFK con el video en el que vuelve al gran amor de la confrontación personal con Macri mientras viaja en auto a Lomas de Zamora para presentarse como damnificada en la causa por el espionaje ilegal de la inteligencia macrista, denunciado la semana pasada por la interventora de la AFI, Cristina Caamaño.
Cafiero venía con envión. El sábado, en una entrevista con Marcelo Bonelli en Mitre, le adjudicó "intencionalidad política" a "sectores marginales" que cuestionan la cuarentena y después entró con el skate a la cristalería . "Esta pandemia con Macri gobernando hubiese sido una catástrofe", soltó. El modo zen que cultiva el Gobierno, un poco por convicción -Fernández pretende ser el presidente que cierre la grieta- y un poco por necesidad y urgencia en el marco de una crisis sanitaria sin precedentes, se hizo añicos con una sola frase.
Se sabe: Cafiero es Fernández. Lo dicen todos y lo ha dicho el propio presidente. Cafiero piensa como el jefe de Estado. Por eso, la flamante virulencia del jefe de Gabinete, asediado en el último mes por operaciones externas e internas que buscaron limarlo pero cubierto por el toldo presidencial, es un dato político de consideración.
