El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, llegará este jueves a la Argentina para mantener reuniones con Mauricio Macri y otras autoridades, encabezar junto a su homólogo una reunión binacional de ministros, cerrar un seminario de la industria de defensa, asistir a un encuentro con empresarios y firmar varios acuerdos de cooperación política y económica. En el medio de esa actividad frenética de un solo día, ya que el viernes temprano emprenderá el regreso a su país, dejará una seguridad: al revés de lo sugerido desde su propio entorno político y familiar, Brasil no pretende dar marcha atrás en los acuerdos bilaterales en materia nuclear ni darle a su plan atómico un sesgo militar.
En medio de preocupaciones por la posibilidad de que se produzcan protestas contra el visitante, el Gobierno se prepara para lo que será “una continuación de la reunión que mantuvieron los gabinetes en enero, en la que se repasarán los diversos temas de la agenda bilateral”, le dijo a Letra P una fuente oficial. Eso incluirá temas de energía, seguridad y otros.
Además, los dos gobiernos ratificarán su voluntad de propiciar un cambio de régimen en Venezuela y buscarán “afinar la sintonía antes de la próxima reunión técnica” sobre el esperado acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), agregó.
Bolsonaro llegará acompañado por el jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, general Augusto Heleno, y por los ministros de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo; Hacienda, Paulo Guedes; Defensa, general Fernando Azevedo e Silva; Agricultura, Tereza Cristina; Minas y Energía, Bento Albuquerque, y Ciencia y Tecnología, Marcos Pontes.
Además de los temas económicos y de la firma de diversos acuerdos, la agenda será fuerte en lo político, con una declaración presidencial general, una relativa a la cooperación en defensa y otra, la más esperada por el Gobierno, vinculada al tema nuclear.
Esta última tendrá como excusa el 25° aniversario de la firma del Acuerdo Cuatripartito, sellado por ambos países, por la ABACC (Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares) y por la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica), y que resultó la piedra angular de la desmilitarización de los respectivos programas atómicos y el comienzo de una alianza estratégica que terminaría derivando en el proceso de integración del Mercosur.
La declaración, en lo formal, celebrará aquel hito y ratificará la cooperación bilateral en la materia. Sin embargo, en lo profundo servirá para despejar los resquemores que produjeron declaraciones de Eduardo Bolsonaro, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de Brasil e hijo del mandatario, quien declaró hace pocas semanas “a título personal” que “las bombas nucleares garantizan la paz”.
"Defiendo esa visión y me importa poco si dicen que soy agresivo o que quiero incendiar el mundo. ¿Pero por qué todo el mundo respeta a los Estados Unidos? Porque es el único país que puede abrir dos frentes de guerra en cualquier lugar del mundo", dijo quien es considerado una especia de canciller paralelo del Gobierno. Sus dichos fueron considerados poco felices en ámbitos oficiales y privados de la Argentina, donde se cuestionó que desde semejante posición de poder se pueda emitir una opinión de ese tipo.
La visita de Bolsonaro padre, entonces, servirá para dejar atrás las inquietudes que generaron esos dichos y para ratificar que no habrá cambios en la materia.
“El carácter pacífico del programa atómico brasileño está consagrado en la Constitución de 1988”, le dijo a Letra P una fuente del Gobierno argentino, también con la voluntad de despejar cualquier duda.
En lo que respecta al Mercosur, la prioridad será ratificar la voluntad de los dos países de firmar el largamente demorado acuerdo con la UE. Los dos países coinciden en que han hecho esfuerzos importantes, que el fin de las negociaciones está más cerca que nunca y que si estas se siguen demorando es solo por la vocación proteccionista en lo agrícola de países de la contraparte, en especial Francia.
En lo que respecta al Mercosur, la prioridad será ratificar la voluntad de los dos países de firmar el largamente demorado acuerdo con la UE.
Las tensiones del comienzo de la era Bolsonaro relativas al futuro del Mercosur y las advertencias sobre posibles negociaciones comerciales individuales, esto es por fuera del bloque, quedaron desactivadas por la voluntad de los cuatro miembros activos (Venezuela está excluida) de avanzar en ese sentido.
Por otro lado, tendrá especial relevancia la firma de un acuerdo en bioenergía, destinado a propiciar la convergencia regulatoria de ambos países en biocombustibles.
Bolsonaro y su comitiva llegarán al país este jueves después de las 10. Después de depositar una ofrenda floral en la plaza San Martín, llegará a las 11 a la Casa Rosada para mantener una breve reunión privada con Macri y, de inmediato, una con los ministros de los dos países.
Después del mediodía está previsto que los dos presidentes brinden una conferencia de prensa. ¿Insistirá el brasileño en su prédica a favor de la reelección de Macri y en presentar un posible regreso del kirchnerismo al poder como un retroceso?
Desde las 13 el mandatario brasileño visitará el Congreso y se reunirá con el presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz.
A las 13.40 asistirá junto a Macri al almuerzo oficial en el Museo del Bicentenario.
Por la tarde cerrará el Seminario de Industria de Defensa en la embajada de su país y mantendrá un encuentro con empresarios en el Alvear Palace Hotel.
El viernes temprano volará de regreso a Brasil.
