El diputado nacional e hijo de Cristina Fernández de Kirchner, Máximo Kirchner le pidió al Gobierno “estar tranquilo” porque “millones de argentinos dependen de su inteligencia”; además estimó que lo que está por delante “no es un River-Boca”, sino discutir “en qué clase de sociedad queremos crecer, desenvolvernos y vivir”. A seis días de las Primarias aseguró que en las elecciones “hay una oportunidad grande”, de ponerle un límite a Cambiemos.
Kirchner cerró un plenario/acto de campaña de Unidad Ciudadana en La Plata. La capital provincial es un electorado complejo para el kirchnerismo a diferencia de lo que sucede en la Primera y –sobre todo- Tercera sección electoral. Es el conurbano la región que muestra una fuerte inclinación hacia la figura de Cristina y la que Cambiemos eligió dejar relegada, al menos en términos electorales, para apostar a los votos de las grandes ciudades del interior. Por eso la presencia del hijo de Néstor Kirchner y Cristina Fernández este lunes en la ciudad de las diagonales sirvió, también, para reunir en una misma actividad de campaña a la precandidata a concejal Victoria Tolosa Paz con la precandidata a diputada provincial, Florencia Saintout. Ambas postulantes hablaron, compartieron escenario y se saludaron frente al micrófono. Máximo lo logró.
El acto mantuvo la estética que siempre acompañó al cristinismo. En la previa sonaron canciones de Los Palmeras, Estelares y Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota. Máximo subió al escenario con el tema “Juguetes Perdidos” -del tándem Solari-Beilinson- sonando de fondo como para darle un marco épico a la cosa. Y así cerró su discurso. Fue una arenga propia de un director técnico.
Dijo que para estas elecciones la llegada de Cristina al Congreso es “tener una senadora que ustedes ya saben no tiene jefes”. También remarcó que su madre “no miró una sola encuesta”, al momento de definir su candidatura. Lo concreto es que hasta este fin de semana la mayoría de los sondeos daban a la ex presidenta encabezando el global de intención de voto.
Máximo no hizo referencia al resto de los postulantes al senado y antiguos funcionarios del gobierno del Frente para la Victoria, Florencio Randazzo ni Sergio Massa. Como contó Letra P, la omisión forma parte de una decisión de CFK. El líder de La Cámpora fue directo contra el gobierno. Recordó la fatídica respuesta del precandidato a senador oficialista, Esteban Bullrich, y el supuesto crecimiento de las Pymes porque hay mayor producción de cerveza artesanal.
También le pidió al Gobierno “que no se quede en la chiquita”, y lamentó que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal esté preocupada “en si Cristina usa calzas o usa jeans”.
En su discurso, el diputado nacional bordeó la autocrítica. “Nos faltó, es cierto”, dijo. Sin embargo aseguró que las políticas que llevó adelante el gobierno que encabezaron su padre y su madre “siempre pensó en medidas hacia lo más postergados”. Ejemplificó con la instauración del plan Conectar Igualdad y las Asignaciones Universales por Hijo. Cuestionó también el recorte a los jubilados.
Criticó el “blindaje mediático” con el que cuenta del Gobierno y emparentó la situación con la derrota de Néstor Kirchner en 2009 a manos de Francisco De Narváez. “Me costaba entender cómo había sido derrotado una persona que daba todo”, en referencia a su padre.
“Lo central y lo importante es que no nos vuelvan a dividir. Desde la verdad y la alternativa de que todos los que integran esta lista poder cumplir una síntesis superadora pero no para elegir cargos, para poner un límite, para hacer escuchar la voz tener la capacidad de tener una alternativa”, decía.
Cerró con aplausos y la gente de pie. “Hay una oportunidad grande, hay otros tiempos por venir. A construir una gran victoria” dijo. El acto había terminado. No se cantó la marcha peronista.
