MIENTRAS SIGUE LA CAÍDA DEL EMPLEO

La jura de Dujovne y Caputo quedó empañada por las críticas sindicales contra Vaca Muerta

El relanzamiento del yacimiento neuquino desató especulaciones sobre una posible flexibilización laboral en marcha que empañó el juramento de los dos flamantes ministros. Aclaraciones que oscurecen.

La novela que empezó a fines del año pasado con la renuncia de Alfonso Prat Gay al frente del ex ministerio de Hacienda y Finanzas terminó este segundo martes de 2017 con la formalización del desdoblamiento de esa repartición en dos carteras. Por la tarde, el presidente Mauricio Macri les tomó juramento a los flamantes ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne y de Finanzas, Luis “Toto” Caputo, primo de Nicolás, el poderoso amigo íntimo del mandatario. La ceremonia no superó los 5 minutos, y el mayor comentario que trascendió a ese momento fue la frase “cambiá esa cara”, que le espetó Macri a Dujovne antes de que le tomara juramento.

 

Ambos funcionarios están al frente de sus cargos hace una semana. La ceremonia de juramento no cambió nada, salvo por los cuestionamientos sindicales contra el Gabinete Económico que arreciaron desde el martes por la mañana cuando el Presidente anunció un nuevo acuerdo de explotación del yacimiento neuquino de gas no convencional Vaca Muerta. El virtual relanzamiento es una extensión del Plan Gas hasta 2020, donde el Gobierno de Neuquén se comprometió a no aumentar los impuestos y a mejorar la infraestructura vial, mientras que las empresas que participarán de la extracción de gas como YPF, Total, Pan American Energy, Chevron, Shell y Dow implementarán planes de inversión por 5.000 millones de dólares en 2017, que esperan duplicar el año próximo. 

 

La tercera pieza del relanzamiento es un virtual acuerdo sindical que desde entonces desató todo tipo de críticas contra el nuevo plan y contra los dos ministros que asumieron horas después, especialmente por los planes de flexibilización laboral que tienen en carpeta.

 

Como si fuera el cable de una agencia de noticias, la Presidencia de la Nación difundió un comunicado oficial, donde el propio secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa Guillermo Pereyra profundizó la incertidumbre que empañó los juramentos vespertinos. Según dijo el sindicalista en el comunicado de la Presidencia su gremio tiene “un convenio colectivo de trabajo firmado en el año 2012 que no se toca para nada. No hay flexibilización laboral. Cuando firmamos el convenio no existía la explotación no convencional y, al no estar prevista, incluimos una adenda para incorporarla”, justificó. “Este acuerdo realmente beneficia a los trabajadores porque establece un marco regulatorio de turnos y de trabajos de noche que humaniza el trabajo para que los empleados no tengan que estar 30 días en el campo, para que trabajen 12 horas y que descansen 12 y que roten dos por uno”, aclaró el dirigente gremial.

 

Los detalles que inusualmente precisó la secretaría de Comunicación Pública de la Presidencia cosecharon aclaraciones sindicales que reverberaron luego durante la asunción de Caputo y Dujovne. “El Gobierno va a querer ponerlo como ejemplo, pero no es el mejor ejemplo. Es una relación empresarios-sindicatos que se va a adecuar a la realidad. Si se recupera el valor del petróleo, se recuperará el valor del salario”, corrigió Héctor Daer, uno de los tres titulares de la Confederación General del Trabajo unificada.

 

Otro miembro del triunvirato que salió a decir lo suyo, fue el portuario Juan Carlos Schmid que le apuntó al secretario de Empleo Miguel Angel Ponte. “Algunos funcionarios de este Gobierno parecen no comprender la situación de crisis por la que atraviesa hoy nuestro país, no es de persona seria y responsable salir a decir una barbaridad como ‘comer y descomer’, no solo una torpeza sino además una falta de sensibilidad para con la clase trabajadora, con los argentinos que día a día no solo tienen que pelear contra la inflación sino además contra el desempleo y los despidos", terció el titular del gremio de dragado y balizamiento que, además de integrar la conducción de la CGT, es el secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (Fempinra).

 

Mientras Dujovne y Caputo juraban, el dirigente planteó su preocupación por el ingreso a aguas nacionales de barcos de  bandera liberiana que está realizando navegación, carga y descarga de cabotaje nacional sin tripulación nacional. “Están liberado el mercado de cabotaje con buques que tienen que abarcar y volver, desobedeciendo las regulaciones argentinas y en clara violación al decreto 1010/2004”, denunció Schmid y advirtió que “si el gobierno nacional no protege el trabajo de los argentinos la consecuencia directa es que empiezan a proliferar este tipo de buques de bandera extranjera sin tripulación nacional”. También denunció que “se está flexibilizando de hecho, estableciendo una zona liberada, generando un precedente que pone en peligro los derechos de los marítimos argentinos, su fuente de trabajo, las normas y recursos previsionales del país”.

 

A las críticas también se sumó el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky que consideró como “inaceptable que se tome al trabajador como una pieza descartable” dentro del plan de reforma laboral que oficializó Pereyra por la mañana y que será instrumentado especialmente por Dujovne, notoriamente incómodo en la ceremonia de juramento, quizás por la tirante relación que mantiene con “Toto” Caputo, el hombre que no quiso ocupar el cargo hasta que le confirmaron que iba a ser ascendido al rango de ministro.

 

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