Aunque había trascendido que crearía nuevos ministerios, ahora el candidato a presidente por el Frente para la Victoria, Daniel Scioli piensa que, en caso de llegar a la Casa Rosada, podría gobernar con la estructura que deja el kirchnerismo. El gobernador cree que así le daría rápida operatividad a su gobierno, en vez de enredarse en una reforma que requiere la venia del Congreso, implica reasignación de partidas presupuestarias y la incorporación de una cantidad importante de personal.
A comienzos de la campaña se había especulado con que Scioli preparaba un gabinete “a la brasileña”, con más de 20 ministerios. Sin embargo, el gobernador parece haber dado marcha atrás con esa idea. En los últimos días fue dejando trascender nombres de sus posibles ministros y al mismo tiempo confirmó la permanencia de carteras que se pensaba que se desdoblarían con su llegada a la Rosada.
El primer caso fue el del Ministerio del Interior y Transporte, cartera en la que confirmó al gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri. Lo mismo ocurrió con Economía, que en la previa se especulaba con que se dividiría en tres secretarías: Hacienda, Comercio Interior y Comercio Exterior. El gobernador anunció este jueves que la elegida para suceder a Axel Kicillof es Silvina Batakis, jefa de esa área en la provincia.
De la misma manera, al Ministerio de Planificación aterrizará Diego Bossio, pese a que en los últimos días había trascendido que el titular de la Anses tendría a su cargo solo el área de Infraestructura. La creación del Ministerio de Energía –hoy Secretaría dependiente de la cartera que maneja Julio de Vido-, que iba a tener al frente al neuquino Jorge Sapag, también quedaría congelada.
“La idea es dejar los ministerios como está y, en todo caso, ir viendo con el tiempo si se crean nuevos o no”, confirman desde el comando de campaña sciolista. Para el gobernador, ésa será la manera de “evitar las reasignaciones presupuestarias y la contratación de personal” y de empezar a mostrar proactividad de forma inmediata. “Es más fácil montarse sobre las estructuras que ya existen para empezar a dar operatividad y dinámica a la gestión”, dice un hombre cercano al gobernador.
En cuanto a los demás posibles ministros, ya está confirmado que el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, conducirá el área de Producción e Industria; el gobernador de Misiones, Maurice Closs, tendrá a su cargo Turismo y Ricardo Casal pasará del Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires al de la Nación.
Respecto del área de Educación, el anuncio de que Alberto Barbieri quedaría al frente de la cartera generó un fuerte sismo dentro del kirchnerismo, donde el rector de la UBA tiene pocos amigos. Desde el mundo académico afín al Gobierno lanzaron todo tipo de críticas a esa elección: acusan al titular de la casa de estudios porteña de tener una mirada “privatista” de la universidad. El posible ministro quedó envuelto en los últimos meses en varios escándalos políticos y de corrupción que salpicaron a la UBA y en especial a Ciencias Económicas, su pago chico. Eso ya le generó varios problemas al ministro Kicillof, que tuvo que dar explicaciones ante varios de sus colegas en la Facultad.
Además, en su llegada al rectorado, Barbieri había nombrado como segundo a Darío Richarte, hombre de la SIDE en tiempos de Fernando de la Rúa. Richarte fue también abogado de Amado Boudou, aunque la limpieza que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner aplicó en ese organismo hizo que el vice perdiera a su defensor. Por eso, aunque la decisión está firme, el gobernador le pidió a Barbieri que baje su perfil, al menos hasta las elecciones.
En el lugar que ocuparía Barbieri se había mencionado como principal candidato al ex ministro Daniel Filmus, quien ahora suena para suceder a Lino Barañao en el Ministerio de Ciencia. La decisión aún no está tomada.
Además de Batakis, desde la provincia de Buenos Aires llegará al gabinete nacional el ministro de Salud, Alejandro Collia, y se especula con que Trabajo quedará en manos del actual jefe de esa cartera en la provincia, Oscar Cuartango, a quien el actual ministro, Carlos Tomada, ve como “un buen continuador” de su trabajo. Tanto el vicegobernador, Gabriel Mariotto, como el presidente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, Jorge Telerman, suenan como posibles titulares del Ministerio de Cultura.
Mientras tanto, Alberto Pérez es número puesto para la Jefatura de Gabinete, se especula con que José “Pepe” Scioli podría volver a ocupar su antiguo puesto de secretario general del Ejecutivo y que Sergio Berni pasaría de ser secretario a ministro de Seguridad. La Cancillería quedaría en manos del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey.
En cuanto al Ministerio de Agricultura, todo apunta a que quedará en manos de Omar Perotti. De ser así, Scioli esperará a después de las elecciones para hacer el anuncio, ya que el santafesino es candidato a senador por su provincia y debería renunciar a su banca para asumir como ministro, lo que lo convertiría en un candidato testimonial. Aunque en el sciolismo aún no lo confirman, señalan a Perotti como “el referente en temas relacionados con economías regionales”, una clara pista sobre su futuro.
Respecto de los nuevos ministerios con cuya creación se contaba, por ahora Scioli solo estaría pensando en el de Derechos Humanos, que podría quedar en manos del secretario bonaerense del área, Guido Carlotto. Tanto el Ministerio de Ciudades, que espera el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, como el de la Economía Popular, que el gobernador le había prometido al Movimiento Evita, tendrían en una primera etapa una estructura diferente. Economía Popular podría ser un área dentro del Ministerio de Desarrollo Social -cuyo posible titular aún no está definido - mientras que Ciudades podría ser una secretaría.
Al compás de la reducción de ministerios anunciada en Brasil por Dilma Rousseff para achicar el gasto público y en función del presupuesto que aprobará el Congreso para 2016, Scioli piensa ahora en una estructura que le permita salir rápido a mostrar un equipo con gestión.