-¿Cómo surgió la idea de investigar y escribir sobre el juego en la Argentina?
- Temas del día
- CFK
- Corte Suprema
- Inflación
- Axel Kicillof
- Javier Milei
-¿Cómo surgió la idea de investigar y escribir sobre el juego en la Argentina?
-Un disparador fue la discusión política en provincia de Buenos Aires porque en 2012 Daniel Scioli no podía pagar los aguinaldos. Nos llamó la atención que para conseguir plata, Scioli le renovara las licencias a los bingos por quince años más, licencias que ni siquiera estaban a punto de vencer. Investigando un poco, descubrimos que la movida la había inaugurado Felipe Solá, y que los bingos ya no eran más esos lugares familiares con bingos de cartón, sino meros centros de máquinas tragamonedas. Es decir que había toda una maquinaria detrás de esa pequeña movida política. Una vez terminado ese informe nos juntamos con Ramón, que había entrevistado a algunos de los dueños del juego para Perfil.com, y coincidimos en que había material de sobra para armar un libro.
-¿Cómo fue el proceso de investigación?
-Acordamos una serie de hipótesis de trabajo y fuimos a buscar a los principales protagonistas. Hicimos casi 40 entrevistas on the record más otros tantos encuentros en off con políticos, ex funcionarios y operadores. Siguiendo los consejos de algunos colegas, tratamos de que cada etapa política “explicara” a un empresario. Duhalde le habilita el ingreso a la empresa Boldt. Solá le blanquea el negocio de tragamonedas en bingos a Codere. Scioli permite el desembarco de Cristóbal López en provincia. Lo mismo en el interior, con De la Sota permitiendo la expansión del Grupo Roggio y Alperovich otorgándole a la empresa Ivisa la concesión de un casino hasta el 2065.
-¿Qué dificultades o trabas tuvieron? ¿Problemas políticos?
-El principal fue el acceso a las cifras. Se conoce muy poco sobre cuánto mueve el juego. Algunas loterías solo indican cuánto recauda el Estado por impuestos. Otras provincias ni siquiera tienen conectadas las máquinas a un sistema online, y reciben un canon fijo por máquina. Después, las empresas hablan poco. Sospechan. “¿Qué estás escribiendo? ¿A dónde va a salir?”. Les sorprende que alguien quiera contar esta historia. No tuvimos “problemas” políticos. La mejor herramienta de los que tienen el culo sucio es el desinterés. Pocos legisladores del kirchnerismo, del macrismo o del radicalismo tienen en su agenda el impulsar mayores controles al negocio del juego.
-El libro se llama “El poder del Juego”, ¿qué pasa con el juego del poder, cómo influye en la política?
-Bingos y casinos son cajas muy tentadoras. No necesariamente ilegales: pueden volver en forma de emprendimientos, apoyos empresarios o financiamiento de campañas políticos. Al mismo tiempo, los operadores necesitan dirigentes que impulsen sus negocios, otorguen o renueven licencias. Políticos y empresarios se necesitan mutuamente.
-¿Por qué el juego deviene en un fenómeno económico y político?
-Entre otras cosas, porque los gobernadores entendieron que el juego podía ser un enorme recurso para las arcas provinciales. Hoy en provincia de Buenos Aires el juego es la segunda fuente de financiación después de ARBA.
-¿Qué permite que el consumo sea más rentable en sectores de bajos recursos?
-La cercanía. En el libro entrevistamos a Eduardo Aching, vicepresidente de ventas de Konami -importante empresa de máquinas tragamonedas-, que nos dijo que el mercado argentino era “un mercado de casinos locales”, donde los jugadores van dos, tres, cuatro veces por semana a la sala de juego. No es Estados Unidos, donde para jugar tenés que tomarte un avión o agarrar el auto e irte a Las Vegas o Atlantic City. Nueva York no tiene un casino en la Quinta Avenida y la calle 42, pero Buenos Aires tiene una sala con 4.500 máquinas tragamonedas en el Hipódromo de Palermo.
-Entre otras cosas, porque antes de que cambie cada gobierno buscan extender sus permisos más allá de la actual administración. Lo hizo Boldt con Duhalde, que renovó todas sus licencias hasta 2009; lo hizo Cristóbal con Néstor Kirchner, que le dio la concesión de las máquinas de Palermo hasta el 2032. Cualquier gobernante que quiera cambiar el mapa va a tener que pagarles, aunque sea, una compensación por lucro cesante.
-¿Qué hace que las máquinas tragamonedas sean la principal fuente de ingresos del juego? ¿Cómo influyen las nuevas tecnologías, con Internet y las apuestas online?
-Las máquinas no son un juego bancado. Son un fichín, una computadora. No hay forma de que “salte la banca” como en la ruleta. Hay pequeñas pérdidas predigitadas que, en grandes volúmenes, terminan redondeando la ganancia del casino. Para probar nuestro punto, accedimos a documentos oficiales que el Bingo Lomas le envió al IPLyC (Instituto Provincial de Lotería y Casinos) en 2005. En una semana dada, de 127 máquinas sólo tres no le habían hecho ganar plata al bingo. El llamado “juego online” (apuestas deportivas, slots “virtuales”) es un mundo aparte. Aún no está regulado en Argentina, entre otras cosas, por la oposición de los dueños de las salas físicas. Pero hay tensiones en la industria, y más de una lotería buscó “cortarse sola” habilitando el negocio.
-En el prólogo, María O’Donnell dice que “el negocio del juego se ha transformado en una tentación irresistible para la gran mayoría de los políticos argentinos”, ¿por qué?
-¡Habría que preguntarle a María! Pero intuyo que por esto que decíamos de que volúmenes tan grandes de dinero son tentadores para cualquier gobernante. Y ojo, no digo que alguien se esté llevando plata que no le corresponde a sus bolsillos (aunque habría que estudiar ciertas denuncias). Hablo de algo mucho más estructural: el hecho de que detrás de cada nueva sala de juego los gobernadores vean nuevos tributos, la posibilidad de “exprimir” recursos de una actividad relativamente nueva.
-¿Qué repercusiones tuvieron una vez publicada la investigación?
-Tuvimos el apoyo de varios legisladores, en especial de la Coalición Cívica y del Frente Amplio-UNEN. En ese sentido, es una lástima que los sectores progresistas del kirchnerismo no se hayan hecho eco del debate. En Misiones, el titular del IPLyC, Enrique “Balero” Torres, salió a desmentir que en su provincia hubiese 102 salas de juego como consigna ALEA, la Asociación de Loterías, Quinielas y Casinos Estatales de Argentina. Dijo que en la provincia “solo” había siete casinos y 21 salas de juego.
-Sin develar los puntos más importantes del libro, ¿por qué leer “El poder del Juego”?
-Contamos la historia de un submundo poco explorado. El libro es ameno, está lleno de anécdotas. Aparecen muchos nombres. Es un laburo riguroso. ¡No se salva nadie!
El Poder del Juego, editorial Aguilar, ya está disponible en todas las librerías.