Después de caminar por la calle Sáenz Peña, el intendente explicó que se dieron las peores condiciones: fuerte sudestada del Río de la Plata, enorme caudal de agua que llegó desde el oeste de la Provincia, y las tormentas que desde el miércoles no pararon.
“Lamentablemente varias localidades de la Provincia se inundaron. La situación en San Isidro se resolvió bien gracias a las obras y a toda la infraestructura”, afirmó Posse. Y concluyó: “Los 172 kilómetros de conductos fluviales, los 10 kilómetros de la defensa costera, los reservorios, las estaciones de bombeo, el trabajo del personal capacitado y las obras preventivas evitaron que en San Isidro tengamos que lamentar los problemas que la lluvia provocó en otras localidades bonaerenses”.
Por su parte el presidente del Concejo Deliberante de San Isidro, Carlos Castellano, que acompañó a Posse explicó que Si los municipios o la Provincia no planifican, en definitiva, son los vecinos quienes se perjudican. Por eso, hay que trabajar en estas obras para construir reservorios y albardones, y prevenir con alertas y equipos capacitados. Todo es importante para que, ante situaciones de riesgo, la gente esté protegida.
Según la información que manejaba el municipio por la sudestada, el sábado a la 1 de la madrugada, el agua alcanzó –en su punto máximo–una altura de 3,50 metros. En general, durante el fin de semana, la crecida del río se mantuvo con una variación de entre 2,80 y 3,30 metros.
Mientras que en cuanto a la cantidad de agua caída, entre el viernes y el domingo, se produjo una precipitación de 60 milímetros, con ráfagas de viento hasta de 75 kilómetros por hora. En la madrugada del lunes, entre las 12 y las 10, las precipitaciones ascendieron a 106 milímetros de agua acumulada. San Isidro fue uno de los municipios menos castigados por la inclemencia del tiempo.