El momento político de la capital bonaerense es especial. Luego de la tragedia del 2 de abril, hecho que conmocionó al país e hizo desembarcar las fuerzas militantes del kirchnerismo más puro en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, el futuro para el bruerismo empezó a condicionarse.
En la inauguración de un centro político y cultural, el “Taca” abrió la incógnita sobre su futuro, y sobre todo, en la relación que mantiene con el cuestionado Intendente platense. Con un ingreso por la ventana al cargo, el legislador llegó como el candidato muleto al puesto en lugar de Santiago Martorelli, quien es calificado como un traidor no sólo en las filas kirchneristas, sino también por las de Quebracho, espacio en que militaba hasta que, como explican desde las altas esferas de la agrupación, a partir del 2003, “se enamoró del poder”.
Pero el lanzamiento genera dudas sobre el papel que juega en éste cuadro, sobre la relación que mantiene con el llamado Proyecto Nacional, espacio que responde al ex titular de la AFSCA, Gabriel Mariotto, y así, la pregunta gira sobre dónde busca pararse el bruerismo en nuevo panorama político-electoral.
Lo que más ruido hace en el papel del Senador, que hasta se animó a criticar a la máxima empresa argentina y una de las banderas kirchneristas como lo es YPF, cuando deslizó un supuesto cierre de compuertas en la inundación platense, hecho que terminó desmentido por las autoridades de la refinería en Ensenada, quienes plantearon, tiempo después, que “no existe ninguna compuerta hidráulica que la empresa pudiera operar en los canales, motivo por el cual no hubo alteración en curso natural de las aguas hacia el río”.
Igualmente, lo complejo del panorama es saber si se trata de otra jugada más del bruerismo, acostumbrado a poner referentes de segundas líneas en la oposición, como lo busca hacer en el Concejo Deliberante para blindarse y no ceder terreno en un lugar clave de gobernabilidad, o es una ruptura de una figura que trascendió en el mundo político por el apoyo de la lista oficial a la que los hermanos Bruera lo anexaron sobre la hora.
Por eso, en las diagonales políticas de La Plata se pregunta si López Muntaner quiere arrojar la toalla de la fidelidad o es un huevo más en otra canasta, bien al estilo de su padrino político.