Por medio de una carta remitida al presidente del máximo tribunal Bonaerense, Arias consideró que el conflicto salarial que mantiene paralizada a la justicia bonaerense “no puede hallar solución en la prevalencia de unos intereses en desmedro de otros, con imposiciones unilaterales y compulsivas hacia los jueces, y menos aún con deducciones salariales o delaciones hacia los empleados judiciales”.
Aunque el magistrado expresó su “satisfacción” por la intervención de la Suprema Corte, consideró que la orden del presidente del cuerpo “lejos de contribuir a un desenlace satisfactorio del conflicto, pueden profundizar aún más las desavenencias”.
Finalmente Arias, quien se ofreció para “mediar formalmente en la disputa, a fin de contribuir a una solución consensuada tendiente a armonizar los intereses en litigio, y restablecer sobre esa base, el servicio de justicia” indicó, respecto a la orden de Eduardo De Lázzari, que “Puestos en colisión los derechos al trabajo, de huelga y a la tutela continua y efectiva, el primer deber de los jueces es procurar su armonización, evitando en lo posible, que el ejercicio de uno, neutralice la vigencia de otros, a cuyo fin es menester facilitar el diálogo y entendimiento, para alcanzar acuerdos, sólidos y duraderos, sin imposiciones unilaterales”.