Javier Milei en el despacho presidencial
La pelea por el reparto de los lugares en las comisiones del Congreso, que empezó este mismo lunes, tendrá un capítulo clave para la gestión del presidente Javier Milei: la integración de la bicameral de trámite legislativo, encargada de tratar los decretos firmados por el Poder Ejecutivo.
Por una tradición parlamentaria, las bicamerales no son presididas por miembros del Congreso que recién asumen. Cómo La Libertad Avanza (LLA) no tiene representantes con antigüedad (Milei y Victoria Villarruel abandonaron sus bancas), si esa costumbre se sostiene, el partido gobernante no podría encabezar ninguna.
La bicameral de trámite legislativo es la más importante para un gobierno. Funciona en forma permanente y dictamina sobre tres modalidad de decretos: los de necesidad y urgencia, los de delegación legislativa y los de promulgación parcial de leyes.
Está integrada por 16 miembros, ocho por cámara, quienes no deben adentrarse en el contenido de los decretos, sino en las justificaciones de por qué la necesidad y la urgencia impedían el trámite parlamentario. Las únicas medidas que no puede ser tomadas sin pasar por el congreso son aquellas referidas a cuestiones impositivas, electorales y penales.
Los dictámenes de esta bicameral son tratados en los recintos y si ambas cámaras rechazan un decreto, pierde validez. Pero si lo objeta sólo una de ellas, sigue vigente. Por caso, es lo que le permitió a Alberto Fernández aprovechar su mayoría en el Senado para prescindir del Congreso.
Es por esta dinámica que los presidentes siempre están obligados a monitorear el respaldo legislativo, aunque no tengan en carpeta enviar proyectos al parlamento. Las gestiones libertarias por las comisiones se iniciaron la semana pasada y referentes de sus bloques chocaron con la costumbre que les impide pelear por controlar la bicameral más importante para Milei.
El dato no es menor, porque quien preside una comisión maneja los tiempos de su funcionamiento. De hecho, la bicameral de trámite parlamentario no fue convocada en los últimos dos años, cuando estuvo presidida por el diputado Marcos Cleri, de La Cámpora. Además, con una representación exigua en ambas cámaras (siete bancas en el Senado y 34 en Diputados), LLA tendrá minoría y, cuando se reúna, deberá pedir ayuda para dictaminar.
En la operación ya empezó la disputa por integrar la bicameral de trámite legislativo, con la seguridad de poder incidir sobre medidas presidenciales. En su primera entrevista como jefe del bloque Cambio Federal, el diputado Miguel Pichetto definió esta comisión como "fundamental para el nuevo gobierno".
En Unión por la Patria (UP) están decididos a pedir una representación en las comisiones proporcional a su presencia en el recinto, que oscila en el 40% en Diputados y cerca de la mitad del Senado. Quieren el mismo porcentaje de las presidencias.
En el PRO y la UCR se entusiasman con un acuerdo que les permita presidir a algún miembro de esas fuerzas esta bicameral, que no es la única de peso. También debe integrarse la que supervisa las actividades de inteligencia y la mixta revisora de cuentas, que evalúa los informes de la Auditoría General de la Nación. Quienes negocian en La Libertad Avanza tratarán de torcer la tradición para no ceder el control de ninguna. Es una negociación de estos días.