El evento con 17 postulantes se picó más afuera que adentro del estudio. Saludos impensados, agites y apriete del jefe político de la SIDE.
Santiago Caputo, en la lente del fofógrafo Antonio Becerra Pegoraro.
El desarrollo del debate público de cara a las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires del 18 de mayo, donde confluyeron 17 postulantes, no dejó grandes sorpresas. El momento más álgido ocurrió fuera del estudio central del Canal de la Ciudad y no fue protagonizado por un postulante, sino por Santiago Caputo.
Cruces entres exsocios, chicanas, provocaciones y la ventaja de los locales marcaron una previa y un after que dejó más réplicas que el propio debate.
El que se llevó todas las miradas fue el asesor plenipotenciario Santiago Caputo, quien, se supone, participó en calidad de jefe de campaña del oficialismo nacional. Sin embargo, se sentó en la tercera fila, lejos de las tres butacas reservadas para el equipo de asesores de La Libertad Avanza (LLA).
Antes de que empiece el debate, se mostró en la sala donde se servía el catering, donde saludó a otros asesores y candidatos. Se detuvo en particular en Ramiro Marra y Oscar Zago, dos excomulgados de Las Fuerzas del Cielo.
Con la misma fórmula con la que sacudió la apertura de sesiones legislativas el 1 de marzo, increpando cara a cara al diputado Facundo Manes, Santiago Caputo volvió a llevarse todas las marcas antes del debate. Cuando llegó solo al canal público, el asesor presidencial buscó sin éxito esquivar al enjambre de cronistas y fotoperiodistas que esperaban en la puerta de la señal.
Una vez adentro, el fotógrafo de Tiempo Argentino Antonio Becerra comenzó a tomarle imágenes, lo que desató la ira de Caputo. Primero intentó taparle la lente y ante la insistencia del fotoperiodista, el jefe político de la SIDE tomó su credencial de reportero gráfico y le sacó una foto donde decía su nombre. Te estamos vigilando.
La puesta diseñada para el debate en el principal estudio del Canal de la Ciudad se caracterizó por las luces bajas que se mantuvieron a rajatabla incluso durante las dos pausas en las que los candidatos pudieron conversar con sus asesores y acompañantes. Eso dificultó a la prensa percibir reacciones tanto de postulantes como del público y garantizó el silencio durante las más de dos horas y media que duraron las exposiciones.
El silencio se interrumpió sólo en dos oportunidades. Una fue cuando el candidato de Es Ahora Buenos Aires, Leandro Santoro, se extendió más allá de los 20 segundo que tenía para preguntarle a Manuel Adorni sobre su opinión en el "manejo poco transparente" del Paseo Gigena, frente al Hipódromo de Palermo, que involucra a dos funcionarios nacionales. La segunda fue cuando desde el público le gritaron varias veces "facho" al candidato de LLA porque habló de enfrentar a "zurdos y kirchneristas".
Manuel Adorni llegó 40 minutos antes del inicio del debate, con el dispositivo habitual de un acto oficial: junto a un grupo reducido de colaboradores ajenos a la lista de La Libertad Avanza. Durante su camino al estudio del canal público porteño, el vocero presidencial cargó contra la existencia del Canal de la Ciudad que, aseguró, compromete 4.500 millones de pesos anuales y anticipó que si algún día gobiernan la Ciudad, lo van a cerrar. Durante el segmento dedicado a las propuestas legislativas, el vocero ratificó lo dicho en las redes y puso de ejemplo a la señal pública como una de las estructuras a eliminar.
Durante el primero de los dos breaks para que los postulantes puedan hablar con sus equipos, el vocero presidencial intercambió opiniones con las tres personas habilitadas para acompañarlo, entre los que estaban Santiago Caputo y su esposa, que siempre estuvieron rodeados por dos o tres custodios de Casa Militar que se encargaron durante toda la noche de controlar los movimientos en torno al funcionario nacional. La escena entre ambos funcionarios se repitió al final del debate, cuando se fundieron en un abrazo antes de dejar el estudio.
Silvia Lospennato ingresó sola, pero después estuvo acompañada por su jefa de campaña, María Eugenia Vidal. Jugó de local porque pese a que el Instituto de Gestión Electoral es formalmente el organizador del debate, el gobierno porteño tomó el control total de su organización. Así quedó expuesto en el estudio del Canal de la Ciudad, donde desfilaban los principales funcionarios de los equipos de comunicación de Jorge Macri.
En las redes, la candidata del oficialismo recibió el respaldo de la cúpula mayor del PRO, con Mauricio Macri a la cabeza, quien celebró sus intervenciones.
El exjefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta fue uno de las únicos candidatos que llegó al estudio del canal porteño rodeado exclusivamente de sus compañeros de lista. Guadalupe Tagliaferri, Emmanuel Ferrario y Jorge Telerman, que saludó efusivamente a Santiago Caputo, rodearon al exalcalde al que por momentos se lo vio sufriendo el vacío de sus excompañeros de partido.
“Estamos tranquilos, es el capital de la experiencia”, fue el balance parcial en el equipo de Larreta, que celebró su reclamo porque el PRO usa en campaña las obras realizadas en su gestión. En su siguiente intervención, el candidato anticipó que aunque aún no ocurrieron las legislativa, buscará volver a ser Jefe de Gobierno de la Ciudad.
El candidato de Es Ahora Buenos Aires, Leandro Santoro, fue el último que ingresó al canal, acompañado de un reducido grupo de colaboradores entre los que estaban Fernando Sapio, Nicolás Otero y Ginet Soulas, su pareja. Llegó sobre la hora, menos de veinte minutos antes de que empezara el debate. Después de un paso rápido por el camarín de maquillaje, se sumó al pelotón de candidatos. Centró su discurso en la necesidad del control
A última hora, el Frente de Izquierda y los Trabajadores resolvió cambiar su representante: por un problema de salud, Vanina Biasi fue reemplazada por Lucas Bonfante, el segundo en la lista de la izquierda. El postulante se presentó como un "zurdo" y provocó al vocero Adorni celebrando la participación del funcionario un 29, día de los ñoquis. A su turno, Adorni tomó nota de la chicana y fiel a su estilo le devolvió la gentileza destacando cuánto le gustan esas pastas.