La precandidata presidencial de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, coronó la larga pulseada que mantuvo con Horacio Rodríguez Larreta durante toda la campaña, una interna que se dirimirá este domingo, con la televización de los problemas que tuvo para votar con el sistema de la Boleta Única Electrónica (BUE). Después de meter los sobres, lanzó el misil a su rival, al sentenciar: "La votación en la Ciudad es un desastre". Desde la sede del Gobierno porteño salieron en busca de la máquina que utilizó la exministra de Seguridad para peritarla, con el objetivo de desmentir las acusaciones que lo que arrojaba el sistema era diferente a lo que ella había elegido.
En una virtual cadena nacional, con varios minutos de enredos sin poder sufragar, a pesar de pedir ayuda, Bullrich dejó como postal las críticas que desde el inicio de la jornada había recibido la Ciudad de parte de la jueza federal a a cargo de las elecciones, María Romilda Servini. El momento cayó como una bomba en Uspallata, donde no terminan de creer que la máquina tuviera un problema: la acusación que más les preocupó fue que ella sostuvo que quería votar por un precandidato y el sistema marcaba como si lo hubiera hecho por otro. Por eso el apuro por peritarla.
"El técnico nos va a dejar un informe sobre qué sucedió", dijeron desde el Ejecutivo porteño. Según el relevamiento oficial, al mediodía solamente tuvieron problemas 111 máquinas sobre un total de 14.306 (representante el 0,7%) que fueron desplegadas en 1097 escuelas
Al llegar a la Rural, Bullrich sorprendió con los dos bolsones que llevaba con facturas y sandwiches de miga para las autoridades de su mesa. El horario elegido para citar a la prensa fue las 12, momento que por lo general suele ser el pico en cuanto a asistencia a las escuelas. La idea de su mesa chica era que recibiera el apoyo en la fila, considerando que en Palermo es parte del núcleo duro del PRO.
El malestar por la cantidad de medios y la duda sobre si Bullrich se coló o no, quedó reflejado en las caras de quienes esperaban para votar. Si bien hubo gritos de "vamos Patricia" y algún pedido de fotos, las muestras de cariño fueron muchas menos de las que imaginaba su entorno. Al salir del predio, se repitió la caótica escena con la prensa, por lo que la custodia de la exministra de Seguridad tuvo que improvisar un corralito.
El despliegue fue tal que por el costado, sin ser notado por casi nadie, se retiró el exministro de Producción durante la presidencia de Mauricio Macri, Francisco Cabrera. Liberada de su obligación cívica, la titular en uso de licencia del PRO se retiró a almorzar con su familia y su equipo para luego ir al búnker compartido de JxC en Parque Norte.
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El exministro de Producción, Francisco Cabrera, cuando se retiraba de La Rural después de votar.
Larreta, por su parte, votó temprano en la Facultad de Derecho. Al otro precandidato de JxC lo estaban esperando cuatro personas que le reclamaron por la muerte de Facundo Molares, el exmiembro de las FARC que falleció el jueves por la noche durante una marcha reprimida por la Policía de la Ciudad. Los gritos de "Larreta asesino" fueron rápidamente contrarrestados por vecinos de Recoleta que empezaron con el cántico "Horacio presidente".
El caos por la cantidad de medios también tuvo su equivalencia en la votación de Larreta, quien por la situación se mostró visiblemente molesto. A diferencia de su rival, el jefe de Gobierno no llevó facturas ni ningún tipo de alimento para las autoridades de mesa. Tampoco tuvo que hacer fila, porque no había nadie esperando, y se retiró rápidamente.
En su mesa chica se sorprendieron por los gritos de apoyo dentro de la Facultad, ya que a esa hora imaginaban el lugar mucho más vacío; y también porque hace tiempo notan que pierden en la interna en el corredor norte de la Ciudad (que va desde Retiro hasta Nuñez, cuna del núcleo del PRO) hay un enojo con el alcalde y un favoritismo por Bullrich.
