Superar el estigma que carga la ciudad más poblada de la provincia, la meta de Maximiliano Pullaro y Pablo Javkin. Una obra emblemática para cerrar el círculo.
El gobernador Maximiliano Pullaro y el intendente Pablo Javkin, en coordinación para pacificar Rosario.
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, se propone para Rosario todo lo que desechó su antecesor, Omar Perotti. Desde una considerable baja en la cantidad de homicidios hasta la puesta en marcha de obra pública de tenor. El radical, en alianza con el intendente Pablo Javkin, busca devolverle brillo a la ciudad más poblada de la provincia.
Rosario viene de atravesar años dramáticos. La ciudad quedó sometida al despliegue de bandas narcocriminales que produjeron muertes, amenazas, extorsiones e intimidaciones: una espiral interminable que derivó en un estigma muy difícil de remontar. El miedo le ganó a la calle con motivos suficientes.
Perotti nunca pudo gobernar Rosario durante sus cuatro años de gestión. Nunca pudo conducir la ciudad. El exmandatario provincial alega una falta de apoyo del gobierno de Alberto Fernández. Razón valedera, pero no la única para explicar, por ejemplo, los 261 homicidios que se cometieron en Rosario en 2023. El rafaelino no le encontró la vuelta al problema de la violencia en la cuna de la Bandera.
Pullaro, al asumir, y respetando su contrato electoral, puso a la seguridad por sobre todas las áreas. A nadie le gusta escupir para arriba, pero en los primeros siete meses de 2024 hay un tercio de los homicidios que en 2023. El dato es lapidario, 58 a 158. Hay que decirlo, hay un abordaje de la seguridad sin fisuras por el momento.
En el gobierno provincial prima la prudencia, pero la comparativa tiene mucha potencia. Menos muertes, más patrullaje, controles más duros a los presos de alto perfil, son medidas que traen como consecuencia un mayor control de la calle y una pacificación de la ciudad. Así se le gana al miedo.
El plan “Recuperar Rosario” también contempla obra pública de nivel. En coordinación con Javkin, Pullaro anunció hace 20 días que el gobierno provincial financiará diez obras de fondo en diversos puntos de la ciudad.
Javkin hace su aporte desde la gestión municipal, le pone su impronta a la cosa. Sin pandemia ni azote de violencia, el intendente, en su segunda gestión, se permite una agenda más propositiva.
Como corolario, hay que sumar la primicia que publicó Letra P este viernes. El gobernador envió una comitiva a Río de Janeiro para avanzar en negociaciones para construir el Puerto de la Música, un complejo que pensó Hermes Binner y diseñó el arquitecto brasilero Oscar Niemeyer.
Se habló y discutió durante años y años sobre esa obra. Incluso hasta tuvo un cambio de emplazamiento, pero nadie –ninguna administración– arrancó con la construcción. Hacerlo contribuye a la gestualidad, al relato de darle a Rosario mucho de lo que perdió.
El gobierno provincial ya tiene asegurado el financiamiento de la obra. La comitiva que lideró el secretario de Vinculación Institucional, Julián Galdeano, dialogó en Brasil con la Fundación Niemeyer, sus familiares y el estudio de arquitectura asociado. Como el proyecto original lleva la firma del célebre arquitecto, la Casa Gris necesita la aprobación de esa tríada. Además, también precisa el aval para la relocalización, ya que ahora se proyecta en el Parque de la Cabecera, en el límite con la ciudad de Granadero Baigorria.
El plan es superambicioso, cuatro veces la extensión de Puerto Norte, un desarrollo rosarino frente al río Paraná. Como involucra a otra localidad, también viajó con la delegación el intendente peronista de Baigorria, Adrián Maglia. Se sumó, a la vez, el arquitecto rosarino Eduardo Bressan.
El gobierno santafesino ansía contar este mes con el aval de los arquitectos de Niemeyer y, a partir de ahí, definir el masterplan de la obra junto al Ente de Coordinación Metropolitana (ECOM), Javkin y Maglia.
De fondo, semejante obra contribuye a un relato que Rosario necesita recuperar. La ciudad del río, la cultura, las obras y la gente sin miedo en la calle.