El dilema de Juntos por el Cambio: ser una oposición dialoguista de pocas palabras
Mantienen el debate sobre cómo pararse ante Milei, más allá del decretazo. Responsabilidad de gestión y rosca. Sensación de suerte atada al gobierno de LLA.
Las principales figuras deJuntos por el Cambio (JxC), independientemente del cargo que ocupen, comparten un dilema: cómo ser oposición cuando perciben que a los ojos de la sociedad son parte de la administración del presidente Javier Milei, una creencia fundada en el Pacto de Acassuso. Esta presunción que atraviesa a gobernadores, intendentes y representantes legislativos generó que se "calmaran" las voces más críticas con la Casa Rosada. "Si le va mal (al jefe de Estado), va a ser muy difícil despegarnos", remarcó un dirigente del PRO con mucha ascendencia en la provincia de Buenos Aires. En laUCR, por ahora, están más tranquilos con el perfil que tienen, pero observan un escenario similar.
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La lógica de "oposición responsable, pero no cogobierno" que aplicó desde un inicio el grupo de diez gobernadores de JxC se mantiene, pero encontró su primer obstáculo por primera vez en los 30 días que lleva Milei en Balcarce 50. En los últimos veinte días, el debate sobre cómo pararse ante el oficialismo estuvo presente en las charlas entre mandatarios provinciales, intendentes y legisladores del espacio. Y no sólo por la negociación parlamentaria por la ley ómnibus y el mega-DNU, sino también por lo que podría venir más adelante.
Con responsabilidad de gestión y arcas vacías, siempre que pueden, los gobernadores dejan en claro que su postura frente a la Casa Rosada permanecerá inalterada. El mantra es: negociar y apoyar las medidas que consideren correctas mientras que, a la par, explicarán las veces que sean necesarias su lugar de "oposición responsable". Los mandatarios radicales creen que en su espacio el escenario es menos complicado respecto del PRO, en virtud de los diputados amarillos que responden a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La discusión por el presupuesto bonaerense graficó el tenso equilibrio que genera la falta de una postura clara en JxC. Una vez que la tropa legislativa de ambas cámaras bonaerenes llegaron a un acuerdo, con los intendentes detrás de ellos, Mauricio Macri estalló de bronca al ver que dirigentes de su espacio le daban al gobernador Axel Kicillof la llave para subir impuestos en un 200% y endeudarse en pesos por el equivalente a US$ 1.800 millones.
Quien intentó calmar al expresidente fue su primo, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. Le remarcó que había alcaldes que tenían compromisos de gestión y que debían ser responsables, independientemente de que la ayuda pareciera un guiño al peronista. "La suba impositiva fue 20 puntos por debajo de la inflación", bramó uno de los intendentes de la UCR ante las críticas de Macri.
El episodio representó, en escala provincial, el primer roce que generó el dilema de la imagen de JxC. Pero el ingeniero no es el único que experimentó la disyuntiva de la coalición en carne propia. El exjefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta se posicionó como un crítico en los albores de la gestión de Milei por las formas del decretazo, sin meterse con el fondo de la cuestión. La última vez que se expresó el exprecandidato presidencial fue el 21 de diciembre y luego se llamó a silencio. Al menos dos de los integrantes de su mesa chica, pudo saber Letra P, le recomendaron sacar el pie del acelerador en su embate contra la Casa Rosada por haberse "apurado" en un momento en el que es mejor "esperar y ver".
Los radicales, mientras tanto, coinciden con sus pares del PRO en que la sociedad por ahora los percibe como socios de Milei, en un grado menor que al macrismo. Y esa diferencia es lo que les permite, según explicó un gobernador de ese partido a este medio, tener un margen de acción más amplio. "Eso no quiere decir que nos veríamos beneficiados si le llegara a ir mal al Gobierno", aclaró enseguida el mismo mandatario.
Con la elección por la titularidad de la UCR definida con la victoria del senador Martín Lousteau, la suerte en el Congreso del decretazo y la ley ómnibus se sumarán a la licuadora por la pelea partidaria que se viene dentro de JxC, que es por la conducción del PRO. Definido quien sucederá a Bullrich, la neblina de la coalición debería empezar a despejarse para tener más en claro cómo pararse ante Milei.
