Como era previsible, la caída de Hillary Clinton cayó como una piedra dentro del Comité Nacional del Partido Demócrata de los Estados Unidos. "Obviamente que estamos buscando a los responsables de la derrota, habrá una limpieza, estamos viendo en qué fallamos, porque las comunidades hispanas se nos dieron vuelta y votaron en contra de reformas históricas logradas por las administraciones de Barack Obama", explica Diego Molinari, argentino, nacido en La Plata, residente en Miami y hasta este martes titular del comité "Argentinos por Hillary", una instancia promovida dentro de la conducción del Partido Demócrata para seducir a los 250.000 argentinos residentes en el país con posibilidades de votar.
"Ahora ya estamos trabajando en la campaña 2018/2019, porque entendemos que en elecciones de medio término, dentro de dos años, serán una nueva oportunidad para nuestro partido", explica el operador platense que se dedica al marketing y las relaciones públicas en Miami. En su lectura electoral del súper martes que transformó al empresario Donald Trump en el 45° mandatario estadounidense, existe una contradicción compleja de interpretar.
"No quiero hacer comparaciones odiosas, pero en Argentina el kirchnerismo logró un mensaje hacia un sector importante de los votantes que le permitió consolidar una base electoral, pero en estos años, las reformas impulsadas no tuvieron un correlato en las urnas y por eso tendremos que analizar qué ha pasado", contestó Molinari a Letra P en referencia a las grandes sorpresas como la victoria de Trump en "Pennsylvania o en Carolina, donde se notó mucho ese golpe, especialmente porque falló el voto afroamericano, que era una de nuestras grandes apuestas".
"No creo que la gente pobre que lo votó se vaya a beneficiar; en Estados Unidos no existe el derrame. Sólo el reparto de algunas migajas para quienes quedaron afuera. Pero ahora Trump, que es un creyente de ese derrame que ha fracasado en todo el mundo, va por esa vía, así es que entiendo que la gran decepción que sucederá en ese electorado será una nueva oportunidad para nuestro partido", confió Molinari.
Sobre la relación con el gobierno de Mauricio Macri, que llamó a votar por Clinton, Molinari relativizó posibles efectos negativos por parte de Trump. "Yo creo que Argentina se va a acomodar, el enfoque no va a estar en nosotros, el problema será con el continente en general. Será de desprecio. No creo que vaya nunca a la Argentina. Y, con respecto a las críticas de Macri, es muy posible que Trump no se olvide, pero, salvo Rusia, casi todos los países del mundo estaban aterrados por su posible victoria", evaluó.
"Pero, ante todo, el gran desafío es para Trump: puede amoldarse al Partido Republicano, que buscará condicionarlo, pero también buscará que no se deje comer por el Tea Party, porque, si no, directamente serán una secta y eso tendrá consecuencias electorales inmediatas. Por eso digo que ya estamos pensando en las elecciones de 2018/19", analizó el hombre, considerado un "experto en estrategias de campañas políticas" que trabaja como director ejecutivo para Latinoamérica y el Caribe de Balsera Communications, firma de lobby y relaciones públicas con sede en Coral Gables, Florida.
