Para entrar al salón del Apart Hotel Congreso donde Margarita Stolbizer relanzó el miércoles su campaña presidencial, había que pasar por un simulacro de voto. La boleta llevaba, en lugar del nombre de un candidato, el del votante. Ese, para el equipo de Progresistas, es el “Voto ganado”, su nuevo eslogan de campaña que intenta combatir el voto útil para buscar uno más ideológico, con arreglo a las convicciones.
“No nos resignamos a una campaña electoral donde algunos pretenden que nosotros tengamos una presencia meramente testimonial”, dijo la candidata de Progresistas a la modesta concurrencia en el hotel de Congreso, luego de que la escritora Beatriz Sarlo le cediera la palabra. “El naranja y el amarillo aparecen cada vez con más similitudes: en los negocios que se consiguen desde el poder”, disparó minutos después a los candidatos que encabezan las encuestas, Daniel Scioli y Mauricio Macri.
“Queremos rescatar la idea de una democracia vinculada con 1983. Queremos una democracia relacionada con el preámbulo que recitaba Alfonsín”, convocó Stolbizer. Luego de las fotos de rigor y de la exposición de los spots publicitarios con los que Stolbizer dará batalla de cara a mejorar su performance electoral para el 25 de octubre, la candidata y actual diputada nacional se reunió con periodistas de varios medios para brindar algunas definiciones.
-¿Cuál sería un buen resultado para usted el 25 de octubre?
- Ganarles a las encuestas, obtener el doble que en las PASO. Creemos que no es tan complicado. Nosotros planteamos siempre lograr algo parecido a lo que fue el 2011, donde Hermes Binner salió cuarto en las primarias y quedó segundo en las definitivas. No es razonable pensar que voy a llegar segunda ahora, pero hay un crecimiento bastante natural de la cantidad de nuevos votantes y de reparto aquellos que ya no tienen candidato. Por eso cuando nosotros definimos los nichos donde vamos a buscar los votos, apelamos a la gente que no concurrió a votar, al que votó en blanco y al que votó por candidatos que ya no están como Carrió, Sanz, De Gennaro, Altamira o De La Sota mismo. Es difícil, no digo que sea fácil. Córdoba, por ejemplo tiene la mitad de sus votantes que eligieron un candidato que ya no está. Con el cuatro por ciento estamos en condiciones de renovar los diputados nacionales. Más dificultad vamos a tener para los candidatos provinciales. El lugar más difícil es Santa Fe.
-¿Le parece que hay un acuerdo entre Daniel Scioli y Sergio Massa?
-No. Veo que Massa está fuertemente instalado en una competencia para superar a Macri y competir con Scioli, entonces mal puede estar haciendo un acuerdo. De todos modos, soy bastante ingenua con esas cosas.
-¿Usted cree que va a haber segunda vuelta? ¿De qué modo eso la beneficia o la perjudica?
Estoy convencida de que va a haber ballotage, pero nunca hice un análisis de qué va a ser más conveniente. Hay un dato: la campaña de Mauricio Macri viene mal, y a Sergio Massa no le va tan mal. Yo creo que en un país como el nuestro, con una dinámica política que hace las cosas más imprevisibles, yo no daría ningún escenario por definitivo. Lo que no vamos a hacer es tomar una decisión institucional como frente por alguno de los candidatos que eventualmente lleguen al ballotage, porque eso es decirle al votante dónde tiene que poner su voto. Cada persona tiene que ir a votar con la convicción que tiene.
-¿La van a acompañar Hermes Binner y Martín Lousteau, que ya le manifestaron su apoyo?
-Por supuesto. El problema de Binner es que por más que acompañe, la elección no fue buena para nosotros en Santa Fe, y ahí teníamos muchos diputados. Creo que hubo un error estratégico de ellos. Se equivocaron en las PASO y se volvieron a equivocar ahora. Yo tengo una discrepancia en eso, pero no tengo enojo. En una elección presidencial, cuando una persona va al cuarto oscuro busca un presidente, no define su voto por un legislador, por más que lo conozca. Ellos perdieron votos por no tener una boleta presidencial. Nosotros creemos que vamos a mejorar bastante en esa provincia. El socialismo tiene bastante historia en esto, porque en las PASO pierde siempre y después da vuelta las elecciones.
-Hicieron una apelación a la “democracia del ‘83”, ¿Apela a un sector del radicalismo para que le dé su voto?
-Lo que estoy diciendo es que yo represento ese recitado del preámbulo de Alfonsín y que no lo representa Mauricio Macri, obviamente. Nosotros convocamos con las ideas de la democracia social de Alfonsín, porque no hay que confundir a los dirigentes radicales con lo que es un votante radical, que ya no son tantos tampoco. Hoy los dirigentes están todos atrás de la posibilidad de obtener un cargo detrás de la candidatura de Macri, eso es así. El votante radical es el que no se siente conforme con esa decisión dirigencial. Nosotros a esta altura no buscamos dirigentes.
-¿Qué sabe del debate hoy por hoy?
-El miércoles hubo una reunión donde estuvieron los representantes de todos los candidatos menos los de Daniel Scioli. Los de Macri ratificaron que él va. Nosotros teníamos entendido que no iba a ser así, pero al menos en la reunión dijeron que había confirmaron la presencia. Nosotros nunca pusimos condiciones, no exigimos nada, dijimos que como fuera, íbamos. Es complicado si se bajan tanto los candidatos como los canales de televisión.
-Si no va Macri, ¿usted iría?
-No, ahí me parece que se cae. No es razonable un debate entre los tres últimos candidatos, porque si se baja Macri me parece que Massa tampoco va a ir. SI no va Scioli y van los demás, bueno, quedará la silla y debatiremos nosotros. Un problema adicional de la bajada de Scioli era la caída de los canales de televisión. En Argentina Debate están tratando de convencer a los canales para que se transmita, pero hasta ahora no hay nada garantizado. Yo reconozco que he pecado de ingenuidad en esto: siempre pensé que Scioli iba, que iba a pagar más costos no estando. El debate está tan pautado que es imposible que nadie le pueda generar una incomodidad. Él es un experto en eludir cualquier tipo de respuesta, se le puede decir lo que sea y la verdad es que siempre va a contestar lo que él quiera.
-¿No es arriesgado apelar al voto ideológico en octubre, donde se pone más en juego que las primarias?
-Nosotros insistimos en que el voto útil es si la gente vota de acuerdo a sus convicciones. Lo otro es el voto pragmático, de conveniencia. Tratamos de traducir y transmitir eso: cero especulación. A mí me decían durante toda la primera etapa de la campaña que yo hablaba de la honestidad y que eso no da votos. Bueno, sinceramente yo no hablo de la honestidad para buscar votos. Hablo porque creo que no hay solución para la Argentina si no reconstruimos éticamente nuestra sociedad. Lo digo por convicción.