Se agotaba el día y en la cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires quedaban pocos trabajadores. Apenas un puñado de legisladores y no mucho más. En los primeros días de febrero el ritmo legislativo baja considerablemente a partir de las 15. Por eso pasadas las 19 ya quedaban pocas personas en el edificio cuando producto de un corto circuito en la sala del conmutador se tradujo en un principio de incendio.
La sala está ubicada en el segundo piso del edificio. En ese mismo pasillo sólo está el despacho del vicepresidente del bloque del FpV, Walter Abarca y una oficina anexa que también corresponde al legislador. El humo y el olor a quemado hicieron salir rápidamente a algunas personas que quedaban en ese segundo piso.
Primero alertaron al personal de seguridad. Como ya era tarde y no había nadie, el personal de seguridad -en vez de llamar a los bomberos- esperó definiciones del jefe del área. El responsable de seguridad, no llamó a los bomberos. Marcó el 911 y entonces llegó la policía. Al arribar la policía, sin mayores conocimientos en acciones ignifugas, tuvieron que dar aviso al cuerpo de bomberos. Antes se encargaron de evacuar el edificio.
Sin embargo no podían entrar al sitio desde donde salía el humo. Es que el personal de mantenimiento se había retirado a las 15 y no había llave de la sala del conmutador. Debieron abrir la puerta a la fuerza.
En el patio que da sobre calle 8 aguardaban algunos trabajadores que se mezclaban con diputados. Uno de los legisladores –opositor- le quitó dramatismo a la situación y verborrágico aseguró: “El humo debe ser Ottavis que está pensando”, despertando así algunas risas los que rodeaban.
Tras la intervención de los bomberos se controló el principio de incendio. El humo y el olor a quemado sin embargo quedaron flotando por los pasillos de Diputados. El hecho agitó un poco el ritmo post vacacional que viene teniendo la legislatura por estos días.