Los vencimientos corren al ministro, pero el endeudamiento en moneda extranjera debe pasar por ambas cámaras. Experiencias recientes, dólares frescos y cepo.
Toto Caputo y la titular del FMI, Kristalina Georgieva
NAEl nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que Toto Caputo pretende negociar en el mediano plazo, deberá pasar por el Congreso. Si bien confían en que habrá condiciones burocráticas "flexibles", en el Ministerio de Economía ya se agita el fantasma de la política que, para la administración libertaria, le pone piedras al gobierno de Javier Milei
El equipo económico no prevé un programa fresco en un horizonte cercano. Al acuerdo de Facilidades Extendidas vigente le quedan dos revisiones que, de ser aprobadas, haría que el organismo internacional giraría poco más de u$s1.000 millones.
Este giro del FMI, se especula, iría directo a las reservas internacionales, que atraviesan su momento de peor estacionalidad. No obstante, en estos días las autoridades económicas aprovechan la primera oleada del blanqueo para comprar algo de dólares.
Recién después de ese visto bueno del organismo internacional, Argentina podría conversar un próximo acuerdo que traiga más financiamiento.
Según pudo saber Letra P, en el quinto piso de Economía se baraja no sólo unificar la novena y la décima misión técnica del FMI, sino también juntar la negociación de un nuevo acuerdo con divisas frescas.
"Son flexibles en lo burocrático", indicó una voz ministerial que también estimó que las novedades podrían llegar antes de terminar el año.
En la City porteña estiman que Caputo y su equipo esperarán el resultado de las elecciones de Estados Unidos del 5 de noviembre para saber en qué posición quedará parada la Argentina; ya sea por la continuidad de la gestión demócrata o por un giro a un gobierno republicano de Donald Trump que, para los mercados, favorecería la posibilidad de entregar más crédito.
En los despachos oficiales suman el tiempo de la política: todo nuevo endeudamiento en moneda extranjera deberá pasar por el Congreso, a raíz de la llamada "Ley Guzmán" instrumentada por el exministro de Economía Martín Guzmán, luego de la reestructuración de la deuda con el Fondo en 2022.
Milei intentó derogar esta normativa en el primer proyecto de ley Bases, pero que fracasó por la extensión del debate de la iniciativa por casi seis meses.
"La cuestión política" puede dilatar la aplicación de un nuevo programa, reconoció una fuente cercana a Caputo. La incertidumbre en despachos oficiales radican en la eventualidad de tener que llamar a sesiones extraordinarias y en las recientes experiencias legislativas por los tratamientos de los proyectos de reforma jubilatoria y financiamiento universitario, ambos vetados por el Ejecutivo.
Estos reveses gubernamentales en el Congreso hicieron que Milei llamara "degenerados fiscales" a quienes integran las bancas de las cámaras alta y baja.
El Gobierno pretende conseguir del Fondo u$s15.000 millones, la cifra que pidió Milei para levantar el cepo cambiario en una entrevista televisiva en marzo.
En el equipo económico son un poco más pesimistas y buscan una cifra menor. El exdirector del FMI Alejandro Werner aventuró u$s7.500 millones. Cualquiera sea la suma, cambiará el modo en el que Caputo decida avanzar sobre el desarme de las restricciones cambiarias.
Cuanto más dinero otorgue la entidad dirigida por Kristalina Georgieva, más de "shock" será la eliminación de la ingeniería financiera sobre el dólar. "Un monto menor al esperado, le agregará gradualidad al proceso", indicó una fuente del sector financiero.
Caputo y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, viajarán a fin de mes para asistir a las reuniones de otoño del Fondo y el Banco Mundial; pero en el equipo económico dudan de tener para entonces el trabajo de las misiones técnicas terminado y listo para presentarse en el Board que aprueba o no el envío de Derechos Especiales de Giro (DEG).
Como viene contando Letra P, el Central está negociando un préstamo con bancos del exterior que podría utilizar oro o bonos como garantía del crédito.
Según cuentan en la City, se trataría de un mix entre ambos y el Gobierno está intentando crear un balance. Cuanto más lingotes se utilicen, más barata será la tasa de interés; pero a la vez, más afectará el conteo de reservas líquidas para las metas del programa con el Fondo, el objetivo que está en duda que la administración libertaria pueda cumplir para revisiones que vienen.