La letra chica del proyecto revela la estrategia del ministro. La negociación con el Fondo. De cuánto es la deuda por afrontar en los próximos años.
Toto Caputo y la presidenta del FMI, Kristalina Georgieva
En las puertas de la negociación de un nuevo acuerdo y en plena incertidumbre de los mercados por las reservas escasas, el Gobierno deslizó en el proyecto de Presupuesto 2025 un dato clave sobre la continuidad de la relación de Javier Milei y Toto Caputo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Ejecutivo planteó que tanto en el caso del organismo internacional como con la deuda que mantiene con el Club de París, "se continuarán cancelando los pagos según el calendario previsto y no se prevé ningún ingreso de fondos".
Parece una contradicción con las declaraciones de Caputo, quien en junio aseguró que "antes de fin de año" habrá un nuevo programa con la entidad crediticia y que se esperan dólares frescos.
El texto enviado al Congreso busca no adelantarse. El equipo económico está abocado a las próximas revisiones del pacto vigente de Facilidades Extendidas, que todavía está en curso y no prevé desembolsos de nuevas divisas.
Esta etapa finaliza entre noviembre y diciembre, y por lo tanto, el Palacio de Hacienda evita hacer referencia a fondos frescos en la iniciativa.
Pasada esa fecha, Caputo debería renegociar los vencimientos para el año que viene y así ganar aire financiero, cuentan fuentes con conocimiento en el tema.
Entre noviembre de este año y todo 2025, Argentina afrontará compromisos con el Fondo por u$s3.379 millones y hasta 2027, el calendario se complica acumulando u$s12.700 millones en vencimientos.
Además, buscaría conseguir del Fondo el objetivo máximo de los u$s15.000 millones para levantar el cepo cambiario.
El exdirector regional del organismo Claudio Loser estima que la cifra que aprobaría el FMI es menor, entre u$s8.000 y u$s10.000 millones.
En el proyecto del Presupuesto, la administración libertaria prevé en 2025 obtener financiamiento neto proveniente de organismos internacionales por $621.304 millones.
"La mayor parte vendrá del BIRF (Banco Mundial) y de la China Development Bank Corporation; mientras que tendrá pagos netos a la CAF y el Club de París. Efectivamente el Presupuesto prevé que, en el período 2025-2027, se continúen con los aportes de capital y contribuciones comprometidos a los organismos multilaterales de crédito (BID, BIRF, CAF, BCIE, FIDA, FONPLATA Y G24)", explicó la consultora EpyCa en un informe.
Según planteó la iniciativa que se tratará primero por la Cámara baja, "se trabajará para que los flujos financieros con los organismos internacionales resulten nuevamente positivos, con el objeto de que los desembolsos de los préstamos contribuyan a un buen desempeño del sector externo, asegurando asimismo la fluidez del financiamiento internacional en proyectos clave para el desarrollo social y productivo del país".
El vínculo con el FMI se encamina además a tomar un nuevo rumbo luego de que el director del Departamento Occidental, Rodrigo Valdés, a quien Milei había cuestionado y que podía complicarle la negociación a Caputo, diera un paso al costado.
Ahora, con Luis Cubbedu al frente de los equipos del organismo, se abre un nuevo capítulo y con las tensiones por el malestar del Presidente disipadas.
Los mercados sacaron dos grandes conclusiones del Presupuesto 2025: que el equilibrio fiscal estará garantizado y que el cepo cambiario tiene una larga vida.
"Para quienes confían o tienen en mente comparables con otros países, te da la pauta de que Argentina puede tener muchos problemas a resolver; pero, en términos macrofinancieros, se dan señales por el momento positivas", graficó un agente financiero de la City porteña.
La pauta la dio el tipo de cambio oficial que crecería sólo un 23% en el año, con un crawling peg que se ralentiza del 2% al 1,7% promedio para terminar en $1.207.
La sensación que dejó este dato en la plaza cambiaria es que Caputo y su equipo estirarán el esquema cambiario todo lo que puedan, usando el blanqueo de capitales en curso como puente hasta acordar con el FMI. Esto trae nerviosismo en otros sectores del poder económico: las empresas que están esperando poder girar dividendos a sus casas matrices al exterior.
Por lo pronto, el jefe de Hacienda canceló su viaje a Arabia Saudita que realizaría en septiembre para conseguir inversiones de parte del Fondo de Inversión Pública (PIF, por sus siglas en inglés).
Según indicaron fuentes oficiales, se "postergó por cuestiones de agenda" y todavía está en carpeta.
"Es un lugar importante para hablar de todo tipo de inversiones, pero fundamentalmente en energía", indicó un funcionario del quinto piso.