Es venezolano y tiene perfil técnico-pragmático. Experiencia en reestructuraciones. El Fondo buscó bajar las tensiones para avanzar en las conversaciones.
Luis Cubeddu, nuevo negociador del FMI
NACon trayectoria en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y vínculo estrecho con Argentina, Luis Cubeddu es el nuevo negociador del organismo que se sentará con el ministro Toto Caputo y su equipo para intentar cerrar un acuerdo por dólares frescos. Es el número dos del Departamento Occidental que dirige Rodrigo Valdés, quien fue desplazado tras las críticas de Javier Milei.
En junio, el Presidente cruzó a Valdés, clave en la entidad crediticia y de relación directa con la directora gerente Kristalina Georgieva. En julio, el organismo salió a respaldarlo y aseguró que tenía "plena confianza" de la cúpula internacional.
El señalamiento de Milei complicó la relación con el gobierno libertario y derivó en un problema extra para el Fondo que tiene al país como su mayor deudor.
Ahora el FMI se vio forzado a quitarle su rol de intermediario a Valdés, quien delegó "completamente" sus tareas en Cubeddu y en Ashvin Ahuja, jefe de la misión argentina y asesor del sector.
Cubeddu es doctor en Economía por la Universidad de Pennsylvania y fue profesor asistente en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, España. Tiene un historial amplio de cargos dentro de la entidad crediticia, siempre enfocado en el análisis de mercados emergentes, como el argentino.
Fue jefe de la División de Macroeconomía de Economía Abierta, subdirector del Departamento de Estudios del FMI, jefe de la misión argentina entre 2002 y 2004. En 2019, estuvo en la transición entre los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández, en momentos en los que estaba vigente el acuerdo stand by.
En la actualidad es subdirector del Departamento Occidental.
Cubeddu es venezolano, tiene 58 años, una esposa argentina y vivió unos años en el país. Le gusta el fútbol y fue parte del equipo del Fondo. También es runner: sale a correr por los parques de Washington a la hora del almuerzo.
En sus 28 años de carrera en el FMI trabajó en programas de asistencia a Grecia, Indonesia, México y Ucrania; además de la Argentina. Muchos incluyeron reestructuraciones de deuda, como deberá charlar con Caputo los próximos meses en el marco de las conversaciones por un nuevo acuerdo que traiga dólares frescos, como pretende el gobierno.
El funcionario del Fondo ya trabajó durante las gestiones de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner. En esos años, tuvo trato con el entonces ministro de economía Roberto Lavagna y su equipo. Fue en tiempo de Anne Krüeger, extitular del Fondo con una postura muy dura frente a la Argentina.
Un exdirector del FMI contó a Letra P que se trata de un profesional de perfil tanto técnico como pragmático y alejado de posibles dogmatismos.
Esta puede ser la clave para el camino que queda por delante hacia un nuevo programa con la administración libertaria, que ya sentía las tensiones provocadas por el enojo de Milei con Valdés, a quien acusó de "hacer la vista gorda" por los puts bancarios y tener "vínculos con el Foro de San Pablo", en relación con su participación como ministro de Economía del gobierno chileno de Michelle Bachellet.
Valdés es amigo cercano de Federico Sturzenegger, actual ministro de Desregulación y Transformación del Estado. Esa relación nació en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), donde incluso compartieron director de tesis.
Caputo ya mostraba signos de querer disipar ese nerviosismo generado por el Presidente con la llegada del economista José Luiz Daza a la Secretaría de Política Económica. También chileno, de buen trato con Valdés y en una posición importante al momento de negociar con el organismo que dirige Georgieva. Con ese foco problemático resuelto, ahora el Fondo espera encauzar las negociaciones.
Ashvin Ahuja, el otro designado para el caso Argentina, lidera junto a Cubeddu las misiones técnicas del Fondo. De origen tailandés, trabaja en el FMI desde 2010 y pasó también por diversas áreas. Es economista y tiene un doctorado en filosofía y macroeconomía de la universidad de Minnesota.
El equipo económico de Caputo se encamina a cerrar las últimas dos revisiones del acuerdo de Facilidades Extendidas. De obtener el visto bueno, Argentina recibiría u$s530 millones entre septiembre y octubre. Para eso, deberá demostrar que cumplió con un superávit primario de $4,6 billones, la asistencia a cero al Tesoro y una acumulación de reservas de u$s10.000 millones.
La vocera del organismo, Julie Kozack, planteó este jueves que “los datos hasta mediados de 2024 sugieren que se cumplieron los objetivos fiscales y de reservas y que las autoridades continúan abordando los desequilibrios de larga data que enfrenta el país”.
Terminada esa etapa, el Gobierno debería estar conversando la continuidad de la relación con el Fondo. A principios de año, Milei había asegurado que se necesitan u$s15.000 millones para levantar el cepo cambiario.
En los despachos oficiales niegan una cifra concreta, aunque reconocen que esa suma facilitaría el desarme de las restricciones cambiarias.