Productores reclaman certezas sobre los plazos para bajar o eliminar las retenciones. El 67% de la cosecha de la oleaginosa, acopiada. Prefieren vender maíz.
Javier Milei en la Expo Rural
NAEn un escenario de menor rentabilidad en comparación con 2023, por el derrumbe del precio internacional de la soja, el dólar retrasado y los insumos en alza; el campo le reclama al presidente Javier Milei que dé precisiones sobre los plazos para ir bajando en forma progresiva las retenciones al sector o eventualmente eliminarlas.
La estrategia de quienes producen es mantener la soja en las silobolsas y otros métodos de acopio; mientras que para los gastos urgentes, venden maíz. De invertir, ni hablar.
“La situación es durísima y los márgenes de rentabilidad son bajos. Para muchos productores esperar no es una posibilidad. Van a ser cautos con sus granos remanentes”, anticipó a Letra P Vanesa Padulles Igoillo, referente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro) en la provincia de Córdoba.
La productora agropecuaria y cooperativista de la ciudad cordobesa de Leones manifestó, sin embargo, la comprensión del sector rural con la situación que debe afrontar la administración libertaria. “Entendemos y creemos en el duro proceso que el Gobierno debe llevar adelante”, expresó.
Pese a esa definición de acompañar la política económica, el campo acopia granos con el argumento de que es un derecho constitucional no actuar contra sí mismo. Casi 32 millones de toneladas de soja están sin vender, el 67% de la cosecha 2023-2024, según cifras del Monitor Agroindustrial, elaborado por la cámara que nuclea a las grandes cerealeras (CIARA CEC).
El informe agroindustrial detalla que la tonelada de soja en Chicago está cerca de los u$s360 y cayó casi un 30% desde mayo pasado. También muestra que en julio hubo una caída fuerte de la venta de soja física, por un menor ingreso de camiones.
En mayo el promedio mensual de ventas semanales de soja fue 1,1 millones de toneladas y en julio bajó a menos de la mitad, 512 mil toneladas.
"El productor decidió tener liquidez o hacer caja vendiendo el maíz, mientras que decidió no vender la soja disponible o vender lo mínimo, para entregar la mayor cantidad de soja con contrato de precio a fijar. A la espera de una mejora futura en los precios", explica el Monitor Agroindustrial.
En las primeras tres semanas de julio, el promedio de las ventas semanales de maíz alcanzó las 962 mil toneladas ante el avance de la cosecha de maíz tardío.
En el campo no hay muchas perspectivas de un alza del precio de la soja. Las buenas cosechas de Brasil y Argentina y las expectativas positivas en Estados Unidos, hacen que haya excedentes de stocks mundiales.
Hasta julio las empresas del sector liquidaron u$s13.640 millones, casi lo mismo que en 2023 en plena sequía (u$s12.957 millones) y lejos de los u$s22.309 millones de 2022.
La tensión es indisimulable. “Lo que queda para mejorar la rentabilidad es la cuestión de las retenciones, con la soja a menos de u$s400 dólares es imposible soportar 33% de retenciones. Hay preocupación en el productor pero, por ahora, sigue acompañando al gobierno”, resumió un dirigente agropecuario consultado por Letra P.
"El gobierno no va a modificar nada de su política", se quejó en diálogo con este medio un empresario con rol dirigencial que dice no percibir que se disponga una devaluación en el corto plazo. Esto lo ratificó Javier Milei en su discurso ante el Consejo de las Américas.
El flamante presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Ignacio Korasky reclamó que “el gobierno hable de la baja a los derechos de exportación y la salida del cepo, una hoja de ruta más concreta para que el productor tome decisiones de inversiones que motoricen el interior productivo”.
“En muchos lugares la rentabilidad es nula o negativa”, advirtió el representante rural.
Milei había ganado tiempo en la Expo-Rural de Palermo. “Nadie tiene tantas ganas como yo de salir de este modelo desastroso de retenciones y cepo”, se sinceró el Presidente.
El ministro de Economía, Toto Caputo también acumula gestos de buena voluntad. Echó a Fernando Vilella de la secretaría del área y lo reemplazó por Santiago Iraeta, una persona más cercana a quienes producen; eliminó retenciones a las exportaciones de lácteos, carne porcina y algunas categorías de vacas que se venden a China; y redujo de 9 a 6,75% el impuesto a las exportaciones bovinas y aviares.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos desplegó su rol de contenedor político del sector. El miércoles el funcionario recibió en su despacho a una delegación de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) integrada por su presidente Carlos Castagnani y los directivos José Colombatto y Matías de Velazco.
La CRA le reclama a Milei que privilegie su relación con la Sociedad Rural. Después Francos también se reunió con el senador macrista Alfredo De Angeli, quien preside la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca en la cámara alta.