Aliado de las grandes compañías, la mano derecha del ministro busca formatear el sector. Vínculos políticos y sospechas de irregularidades.
Juan Pazo, la mano derecha de Toto Caputo para reformular el mercado de las aseguradoras
Juan Alberto Pazo, la mano derecha de Toto Caputo, está decidido a terminar la tarea que se propuso hacer en sus años al frente de la Superintendencia del Seguro durante la gestión de Mauricio Macri. Busca modificar las reglas de juego en el mercado de las aseguradoras, reduciendo el número de compañías y absorbiendo la administración de las ART.
Cuando Caputo aceptó la propuesta de Javier Milei para volver a la función pública, puso como condición tener capacidad plena para designar funcionarios de su confianza en los cargos clave de su ministerio y del equipo económico. Pazo, secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y de la Bioeconomía, es uno de esos nombres.
Actualmente, Pazo es el enlace del titular del Palacio de Hacienda para tratar de encarrilar la relación con las cámaras del agro. Mientras tanto, el funcionario mueve los hilos en el mercado del seguro, para el que diseñó un plan tendiente a centralizar y reducir el número de compañías del sector. Para ese objetivo cuenta con el apoyo del superintendente, Guillermo Plate, quien fue su vice durante el gobierno de Cambiemos.
Conocedor al detalle del funcionamiento del sector del seguro, el ladero de Caputo quiere que la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) deje de funcionar bajo la órbita del Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, para fusionarla con la Superintendencia del Seguro (SSN), que reporta al Ministerio de Economía.
Ese movimiento le permitirá a Pazo concentrar las decisiones en un solo organismo bajo su control y definir qué compañías pueden operar en el sector de las ART, un nicho de acceso difícil para la mayoría de las empresas. Como viene contando Letra P, el Gobierno inclinó la cancha a favor de las aseguradoras con más trayectoria, a partir de la modificación de la condiciones de solvencia que debe tener las compañías que quieran operar.
En esta línea, Pazo y Plate también buscan reducir la cantidad de prestadoras para el mercado del seguro en general, lo que despejaría el camino -advierten especialistas- a un aumento de precios de las pólizas producto de una eventual cartelización y una mayor rentabilidad de las compañías. El achique se implementaría a través de la auditoría sobre las aseguradoras para inhibirlas.
Es la estrategia que se utilizó para la inhibición de bienes dictada en marzo contra Boston Seguros y Caledonia, dos aseguradoras reconocidas a las que dos meses después se les prohibió producir nuevos contratos.
Durante su paso por la Superintendencia de Seguros, Pazo descubrió que el sector posee una gran liquidez de recursos y planes escasos de inversión financiera. En su rol de hombre fuerte del sector, se acercó a las aseguradoras principales y comenzó a desarrollar estrategias de negocios que se materializaron en 2020, una vez que dejó la función pública. El instrumento para canalizar esas relaciones es Invernea, una compañía capta inversiones para constituir fideicomisos que financien actividades agropecuarias y de la que se habría corrido a fines del año pasado, aunque no figura formalizado en el Boletín Oficial.
"Nos dimos cuenta de que el mercado asegurador puede crecer como dinamizador de la economía", dijo Pazo. Bajo esa premisa capitalizó su gestión como superintendente y las relaciones comerciales en Invernea, como lo demuestra el propio portal del fondo. Allí se consigna que son inversoras las compañías aseguradoras más importantes: el Grupo Sancor, San Cristóbal, Experta de la familia Werthein y La Caja, entre otras.
La oferta de inversión en la empresa que dirige Martín Voss, ex gerente de Coordinación General de la Superintendencia del Seguro en la época de Pazo, es tentadora. Por un lado, ofrecen tasas de rentabilidad por encima de la inflación a empresas de liquidez alta en un mercado financiero muy reducido. Al mismo tiempo, se les abre la oportunidad de diversificar o consolidar su cartera de clientes abriéndoles la puerta al sector agropecuario, uno de los mayores demandantes de pólizas.
El reaseguro de la inversión son ni más ni menos que las relaciones políticas. Pazo actúa en la actualidad como jefe de Gabinete político de Caputo, negociando mano a mano con las entidades agropecuarias; mientras se apoya en el subsecretario de Producción Agropecuaria y Forestal, Sergio Iraeta, pariente directo de Estanislao Iraeta, el encargado de las operaciones ganaderas de Invernea.
La trama detrás de la creación de Invernea y su rol oficial en el sector agropecuario no es sólo un asunto ético para el funcionario mileimacrista. En los próximos días, el diputado Rodolfo Tailhade presentará una denuncia penal por una supuesta incompatibilidad de funciones para administrar asuntos agrarios y al mismo tiempo manejar una empresa del sector.
Su actividad agropecuaria no sería el único problema. El legislador de Unión por la Patria también sigue la pista sobre un entramado de sociedades offshore y propiedades sin declarar en las que aparece el nombre de Pazo, pero que no figuraron ni en 2017 ni ahora en sus declaraciones juradas.
Se trata de su rol como directivo de las filiales de la marca de ropa Rapsodia en diferentes países de América Latina. Panamá, México, Chile y Colombia son los países donde se crearon sociedad para explotar esa marca y en las que figuran Pazo y su esposa, Josefina Helguera, y que a excepción de Chile, no fueron mencionadas en las declaraciones de bienes anteriores del funcionario.
En sus presentaciones juradas ante la Oficina Anticorrupción entre 2015 y 2019, Pazo no declaró la existencia de Harcour House 1533 Cor, una sociedad con sede en Miami que fundó junto a su esposa el 25 de octubre de 2010. Tampoco figura su cargo como presidente y director de Cleo Holding, controladora de cuatro propiedades en Miami, según el reporte anual presentado por la sociedad el 24 de marzo de 2024 ante el Departamento de Corporaciones del Estado de Florida.