Las líneas del AMBA le exigen más subsidios o una recomposición tarifaria para pagar sueldos en febrero. El modelo Jorge Macri y la brecha con el interior.
Toto Caputo recorta los subsidios a colectivos
Las empresas de colectivos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se preparan para una nueva pulseada tarifaria con el ministro de Economía, Toto Caputo. El reclamo de las transportistas de pasajeros podría poner en riesgo el plan desinflación, clave de la administración libertaria.
Con boletos y subsidios congelados desde agosto pasado, el empresariado del transporte de pasajeros volverá a presionar por un ajuste tarifario o un mayor desembolso de compensaciones estatales que le permita cubrir sus rojos operativos y hacer frente a los sueldos que deben liquidar en los primeros días de febrero.
Mientras varias líneas todavía no completaron el pago de los aguinaldos y otras recortaron sus servicios, los dueños de los colectivos metropolitanos esperan ser recibidos el próximo martes por el secretario de Transporte, Franco Mogetta, a fin de definir la hoja de ruta que prevé seguir el Gobierno frente a las medidas de fondo "urgentes" que demanda el sector.
Las empresas transportistas buscan que, como mínimo, la gestión libertaria les reconozca el impacto que tuvieron sus costos operativos por la inflación de los últimos seis meses.
En tanto, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que conduce el histórico Roberto Fernández pretende también reanudar la paritaria salarial la próxima semana.
Según los números del equipo técnico de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), la tarifa real actual sin subsidios en el AMBA debería ser de $1.393 por viaje frente a los $927 que reconoce la estructura oficial de costos aprobada en agosto pasado.
De este valor fijado por el Gobierno, quienes viajan en el transporte público pagan sólo $371 y el resto es cubierto con los subsidios que desembolsan la Nación, la provincia de Buenos Aires y la administración porteña.
La intención del empresariado es que esta diferencia de $466 entre el costo real y el admitido en las planillas oficiales, ingrese a sus cajas por el traslado a los boletos o por suba en los subsidios.
Ante este planteo, las señales que bajaron desde los despachos de Transporte es que no hay mucho margen para reconocer la totalidad de los mayores costos pasados y que los eventuales ajustes de tarifas no deberían comprometer el sendero descendente del índice inflacionario que persigue Caputo.
A priori y tal como se perfilan las posiciones de las partes, no se descarta que el segundo mes del año arranque de manera conflictiva con supresión de servicios por parte del empresariado y un paro de actividades de los trabajadores que no puedan cobrar sus sueldos.
Una posible salida para evitar el conflicto sería replicar el camino por el que optó el jefe de gobierno porteño Jorge Macri para los servicios del subterráneo, el premetro y los colectivos que empiezan y terminan sus recorridos en territorio capitalino.
Se trata de un nuevo mecanismo de ajuste tarifario que contempla un incremento inicial del 10% en marzo, junto con actualización automática desde abril que tomará en cuenta la inflación mensual pasada más un 2%.
Según el análisis del Observatorio de Tarifas y Subsidios IIEP (UBA-Conicet), con este esquema de aumentos, la administración porteña lograría durante 2025 un ahorro en el pago de subsidios de $32.550 millones en el Subte y de $12.000 millones en las líneas de colectivos.
El relevamiento del Observatorio destacó que, durante el primer año de la gestión mileísta, los subsidios al sector de Transporte (que abarca colectivos, trenes y Aerolíneas Argentinas) registraron una baja real del 38% con respecto a 2023.
En el caso de las líneas de colectivos, el recorte real en los aportes estatales alcanzó al 39%; mientras que en los trenes de pasajeros que opera la empresa estatal SOFSE, la asistencia de fondos en 2024 acumuló una caída en términos reales del 26% en relación con el último año de la gestión de Alberto Fernández.
De acuerdo con los datos relevados por técnicos de la UBA y el Conicet, la falta de actualización de la estructura de costos de los colectivos de la región metropolitana en el último semestre significó para Caputo un ahorro fiscal en el pago de subsidios de $29.600 millones mensuales.
El informe del Observatorio también resaltó que el gasto mensual en transporte público de una familia tipo del AMBA acumuló a lo largo de 2024 una suba del 382%, ya que pasó de $11.654 en enero del año pasado a una suma actual de $56.228.
En lo que respecta a los boletos mínimos de colectivos, el estudio remarcó que persiste una brecha muy significativa entre el promedio de $1.061 que cobran las líneas del interior del país y la tarifa mínima de $371 que pagan quienes viajan en las empresas del AMBA que reciben la mayor parte de los subsidios nacionales.
En el interior, los boletos más caros se registran en Bariloche ($1.613), Resistencia ($1.300), Corrientes ($1.290) y en las ciudades de Rosario, Santa Fe y Córdoba, donde la tarifa mínima es de $1.200. Donde menos se paga es en Santa Rosa ($715), San Luis ($600), San Juan ($560) y La Rioja ($300).