La inflación, la principal preocupación de los argentinos.
El presidente electo, Javier Milei, anticipó que al arranque de su plan económico habrá " estanflación" y, como estimó durante su campaña electoral, reiteró que tardará entre 18 y 24 meses en bajar la inflación. ¿Cuál es la diferencia entre inflación, hiperinflación y estanflación?
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) mide la variación mensual de los precios de los bienes y servicios representativos del gasto de consumo en los hogares de una zona determinada. El Instituto de Estadísticas y Censos (Indec) también publica la variación interanual que sirve para comprar el aumento o la disminución de los precios de un año a otro. Cuando se registra un aumento sostenido y generalizado del IPC se puede hablar de inflación. Es decir, cuando mes a mes se necesita más cantidad de dinero para pagar los mismos bienes y servicios.
La estanflación combina la inflación con una caída de la actividad económica. Esto significa que no sólo continuarán aumentando los precios, sino que empresas y comercios frenarán su actividad, lo que llevará a una suba del desempleo y una baja del consumo. Sin sueldo para pagar, las ventas de todas las áreas caerán. Si Milei también cumple con su promesa de desfinanciar la obra pública, este sector también reducirá su mano de obra contratada.
Mientras que la hiperinflación es una inflación acelerada que puede implicar aumentos de precios en menos de 24 horas o de un día para otro. Tiene lugar cuando la ciudadanía quiere deshacerse de la moneda local y aumenta la demanda de bienes y servicios porque los consideran más valiosos y útiles. Esto provoca que comercios y empresas aumenten sus precios para evitar el desabastecimiento y generar más ganancias en un contexto económico adverso.
Las declaraciones de Milei no son una novedad para quienes venían siguiendo el tema. Este martes en Letra P, Marcelo Falak explicó "el ajuste que el presidente electo propone desde el día uno generará una recesión severa, la que coincidirá con aumentos de los precios de los alimentos, los combustibles y el transporte que ya se esbozan y que se harán incluso más agudos. Habrá recesión e inflación en alza, el peor de los mundos".
"El clima social se caldeará velozmente. A lo mencionado se añadirían una liberación de los alquileres y un esperado ajuste cambiario, con pronóstico ominoso para el mes próximo. ¿Para qué complicar más las cosas con dogmatismos que traben el comercio y paralicen inversiones en curso y por venir?", cerró Falak.