La motosierra pasó por los haberes previsionales, los programas sociales y la obra pública en educación. Para Toto Caputo, el déficit cero "no se negocia".
Javier Milei logró el superávit fiscal
El ministro de Economía, Toto Caputo festejó en enero que las cuentas públicas alcanzaron el superávit financiero, algo que no sucedía desde 2012. Fue a fuerza de que la motosierra de Javier Milei pasó por los jubilados, la obra pública en escuelas y los programas sociales para las personas más vulnerables; en un contexto de alza del índice de pobreza.
La política económica libertaria del Presidente dejó que la inflación arrasara en esas partidas y también tuvo ayuda de la devaluación, que hizo crecer los impuestos ligados a la evolución del dólar.
El Sector Público Nacional (SPN) registró un excedente de $518.408 millones, producto de un superávit primario de $2.010.746 millones y del pago de intereses de la deuda pública, que alcanzó los $1.492.338 millones, según datos oficiales. Se trata de un 0,2% del Producto Bruto Interno (PBI). "El déficit cero no se negocia", advirtió el titular de la cartera económica en su cuenta de Twitter.
El mayor ajuste se lo llevaron los gastos de capital con una caída del 75,6%, según un análisis de ejecución presupuestaria de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). Estas partidas refieren a la inversión en obra pública entre otros ítems, que de acuerdo al informe ausencia total de inversión en los programas Infraestructura y Equipamiento de escuelas públicas y el programa Conectad Igualdad, ambos bajo la órbita de la secretaría de Educación.
Las jubilaciones y pensiones tuvieron un recorte del 32,5%. "La baja se explica por el diferencial entre la actualización de los haberes por aplicación de la fórmula de movilidad y la inflación, parcialmente compensada por la aplicación de bonos compensatorios a los jubilados y pensionados de menores ingresos", indicó la OPC.
Un informe de Idesa, la entidad económica fundada por el expulsado extitular de la ANSES Osvaldo Giordano, advierte que "la caída en el valor real del gasto en jubilaciones y pensiones es la más decisiva" de las reducciones que dieron lugar al superávit de enero. Es decir, que la premisa de equilibrar las cuentas públicas se logró a costa de la licuación de jubilaciones, en momentos en los que el haber mínimo está en mínimos históricos.
Según la consultora cordobesa:
"Estos datos muestran un persistente y profundo deterioro en el poder de compra de las jubilaciones. El monto en diciembre de 2023 es inferior al promedio de todo 2023 y se ubica cerca del menor valor que tuvo en el siglo, que fue en 2002. Dado que las jubilaciones se ajustarán recién en marzo de 2024, suponiendo que la inflación en enero sea aproximadamente del 20%, el valor real de las jubilaciones en enero 2024 será el equivalente a $88.094 a precios de diciembre 2023. En febrero seguramente se ubicará por debajo del valor real que tenían en 2002. Es decir, en febrero, las jubilaciones tendrán el menor valor real del siglo XXI", explicó Idesa.
En plena escalada de los porcentajes de pobreza, los gastos en programas sociales bajaron un 59,6% en términos reales con la pérdida del poder adquisitivo de las prestaciones y una falta de registro total de la liquidación de enero del Programa Potenciar Trabajo y las Becas Progresar, registros que ingresaron en el sistema en febrero. La atención médica a los beneficiarios de Pensiones no contributivas mermaron un 60,9% y las políticas alimentarias crecieron un 3,4% como consecuencia de la recomposición real del valor de las tarjetas alimentarias.
Según un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), en enero la pobreza trepó al 57,4%, que representa que 27 millones de personas están en esa situación. Entre febrero y marzo un 60% de la población será pobre, según las proyecciones.
Por otro lado, las transferencias a las provincias se desplomaron un 43,3% en términos reales, con el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) que paga parte de los salarios de quienes ejercen la docencia con una merma del 16,6% y los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) recortados de raíz, solo Corrientes recibió $1000 millones y significó un desplome del 82,4%.
La devaluación también ayudó por el lado de los ingresos, en especial por los derechos de exportación, que crecieron 88,5% interanual, y el impuesto PAÍS, que se aplica a la compra de dólar ahorro y a las importaciones de bienes, que se incrementó un 411,6% año a año.