La última vez que el salón de de la Bolsa de Comercio de Córdoba colmó su capacidad fue en plena campaña provincial de 2023, cuando Mauricio Macri hizo pública su impensanda alianza con Luis Juez. El Círculo Rojo quiso verla con sus propios ojos. Este viernes, la curiosidad se repitió, aunque más moderada, con Toto Caputo.
La política, el mundo empresarial e industrial de la provincia quiso auscultar de cerca al ministro de Economía, el ministro rockstar de de Javier Milei. Martín Llaryora apeló a la proxemia para marcar sus diferencias: no asistió al almuerzo, pero su ministro, Guillermo Acosta, buscó a su colega en el aeropuerto y lo escoltó hacia el Panal, lugar designado para el encuentro con el gobernador.
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Martín Llaryora recibió a Toto Caputo en la Casa de Gobierno.
Caputo se mostró calmo, buscó explicar de manera llana cada uno de sus conceptos. El hilo oculto detrás de sus palabras deja ver que sabe que tambalea la confianza de los sectores productivos, que sigue dando vuelta el fantasma del cambio que no pudo hacer uno de los suyos en 2015-2019; y que la recesión empieza a horadar la muralla productiva cordobesa.
El mensaje de Toto Caputo al Círculo Rojo de Córdoba
Es por eso que en la Bolsa de Comercio le pidió al empresariado abiertamente que mire los “hechos” de gestión como la reducción del índice de inflación y el equilibrio fiscal. Casi en una simplificación, pareció preguntarse algo así como que “si la gente lo entiende” ¿por qué ustedes todavía no?
El presidente de la Bolsa, Manuel Tagle, se encargó de remarcar el apoyo al modelo ultraliberal, pero ponderó -hacia el final y casi como un anuncio parroquial- los diez mandamientos del cordobesismo, siendo el primero de ellos el superávit fiscal y el fomento a la economía productiva. “Córdoba está en el primer mundo”, fue el golpe debajo de la cintura del contador. Parece que está todo inventado.
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Un auditorio frío, que prodigó pocos aplausos a los conceptos de Toto Caputo.
Pese la incertidumbre, la sintonía ideológica con el orador encumbrado anticipaba buena vibra con el establishment mediterráneo que regaló dos aplausos: cuando dijo que se acabaron los piquetes y que trabajan activamente para lograr una reducción de los impuestos. Las relaciones de Caputo con la organización, también.
Caputo conoce al buen amigo de Macri y e influyente empresario cordobés. Tagle encabeza el pelotón empresarial que banca la receta de Milei. Dejó bien en claro que no cree en las terceras vías.
Lazos profundos con el establishment de Córdoba
El vínculo más estrecho de Caputo es con John Walker, tesorero de la entidad y reconocido operador financiero. Comparten diálogo frecuente y alguna vez proyectos de negocios. En 2022, la empresa Dracma se asoció con Anker, la consultora de Caputo y Santiago Bausili, hoy jefe del Banco Central. El tridente lanzó un fondo de ahorro que captó sumas millonarias del blanqueo de la construcción.
El ministro también mantiene lazos con Guido Sandleris, economista en jefe del organismo, que viene elevando el tono de las críticas dentro del estricto marco técnico, en especial, sobre la estrategia oficialista que comprometería la acumulación de reservas. El debate es teórico, no político.
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Todo un gesto, aunque las tensiones de los viejos colegas no pudieron ocultarse en las preguntas picantes que hizo su reemplazante en el Banco Central en 2018. La pica está, sin dudas, en el manejo de las reservas.
La última palabra no la tuvo el ministro de Javier Milei
No es la primera vez que el ejecutor de la motosierra libertaria ingresa al edificio ubicado en Rosario de Santa Fe y Maipú, en plena city cordobesa. La diferencia evidente con aquella vez fue la convocatoria. También el “consejo” del Círculo Rojo cordobés.
En 2016, el principal señalamiento fue un pedido de prioridad a las obras de infraestructura. Este viernes, las preocupaciones se resumieron en tres ejes: blanqueo, salida del cepo y reducción de la carga impositiva.
En el segundo punto, Caputo se mostró inflexible. Directamente le dijo a su casi inmóvil auditorio -que apenas reaccionaba a las declaraciones del ministro- que no importa el cuándo, sino el cómo. Otra vez, el problema de la paciencia del sector y los tiempos de los ejecutores del programa de orden macroeconómico, que no se va a mover ni un milímetro. El ministro se encargó de dejar bien en claro ese punto, pero el Círculo Rojo tuvo la última palabra: es también con producción.