El Gobierno está convencido de que el primer desembolso de dinero correspondiente al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es clave en la estrategia oficial de recuperar indicadores positivos vía normalización de la macro economía. En ese contexto, el ministro de la Producción, Francisco “Pancho” Cabrera les contó a empresarios de diferentes rubros que esa inyección de 15.000 millones de dólares se dará el próximo 27 de junio.
Relató además que en las últimas horas, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, le pasó revista al pleno del gabinete sobre las bondades del convenio. Y les aclaró que las cartas del Ejecutivo están puestas en corregir las distorsiones actuales con el monto del Fondo, que permitirá mediar en la tensión existente entre las Lebacs y el dólar.
Fuentes de Hacienda, más optimistas, deslizan que el ingreso de los dólares del FMI podrían adelantarse al miércoles 20.
Lo escuchaban atentamente referentes de diferentes actividades: Gustavo Weiss (CAMARCO), Adelmo Gabbi (Bolsa), Miguel Acevedo (UIA), Jorge Di Fiori (CAC), Martín Rappallini (UIPBA), Leandro Mora Alfonsín (FAIMA), y Damián Altgelt (AEA), entre otros.
Cabrera, en la reunión con los empresarios.
En esa misma mesa, el presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, confió que la expectativa oficial es que este desembolso permita relajar las tasas del Banco Central (BCRA). En una conferencia posterior a la reunión, en la que Cabrera y González Fraga anunciaron un paquete de estímulo a pymes por 33.000 millones de pesos, el banquero aseguró que “esperamos que entre julio y agosto bajen las tasas”. Cabrera le agregó que “seguramente será en agosto”.
Si bien la premonición parece ir en contra de las ideas que manifiesta públicamente el jefe del BCRA, Federico Sturzenegger, los funcionarios nacionales saben que la súper tasa generó un fuerte enfrentamiento entre los industriales y el Gobierno. Y que esa situación, en un contexto de caída de la actividad y pérdida de mercados, es insostenible.
Luego del mensaje de una coyuntura macro más favorable, que es lo que espera el Gobierno para recrear los niveles de actividad, los empresarios le aclararon a Cabrera que hay vida después del convenio rubricado con la francesa Christine Lagarde. Y que la realidad impone desafíos que van más allá del financiamiento. De hecho, le mencionaron que hay que estar atentos a qué se hará con los dólares del Fondo y moderar la expectativa sobre el efecto en el dólar. Es que luego del anuncio, la divisa se disparó fuerte, como no reaccionando a lo que el Gobierno vendió como un gesto de confianza del mundo para con la Argentina.
En ese escenario, algunos de los industriales pasaron revista de la situación de la producción nacional. Cabrera admitió allí que “los sectores más golpeados son los textiles, del calzado, curtidores, a los que les ha caído la demanda interna”. Le contestaron que no es solo eso, sino que está pegando la importación. El ministro intentó explicarles que lo ideal sería que ocurra algo similar que con los electrónicos: que el ingreso de importados modere los precios y active la demanda.
El sinceramiento de Cabrera puertas adentro contrastó con la posición pública que manifestó en el anuncio de pymes, que compartió con el secretario del área, Mariano Mayer. Ante la pregunta de un periodista del interior sobre la marcha de las pymes, aperturas y cierres, arriesgó sin arrojar datos: “No estamos viendo cierre de pymes. Hay algunos elementos que nos permiten ver que lo que nosotros creíamos podía ser una caída fuerte en la tasa de actividad, no ocurrió”.