“¡Pero si no tenemos frontera con Noruega!”, se indignaba el maestro Mangiacaprini, personificado por Carlos Núñez Cortés en un memorable sketch de Les Luthiers, en el que una comisión de políticos corruptos lo contactaba para encargarle una modificación del himno nacional y la invención de un nuevo enemigo para el país. “Los norueeegos… y nosoootros”, seguía aquel, señalando ampulosamente en el aire un mapa imaginario. ¿Qué nos puede resultar más lejano e indiferente? Pero, acaso, Noruega no nos quede tan lejos.
Lo protocolar fue la llave de lo más sustancioso: una agenda de inversiones y comercio con un país que cuenta con el mayor fondo soberano del mundo, resultado de un inteligente manejo de la renta petrolera estatal. La Argentina ha estado ausente en el radar de Oslo y se entiende que “equipos de mitad de tabla” como Noruega pueden ser excelentes sucedáneos cuando de Estados Unidos solo llegan malas noticias y el libre comercio con la Unión Europea sigue siendo una visión distante.
En ese marco, este miércoles a la mañana del Seminario Argentina-Noruega “Una nueva sociedad para la creación de valor”, que se desarrollará en el Salón Libertador de la Cancillería con la participación de los empresarios nórdicos. Por la tarde, llegará el turno del Seminario “Noruega y Argentina, pioneros en la Antártida” en el auditorio Manuel Belgrano del Palacio San Martín.
El trabajo técnico había sido puesto en marcha el lunes por los cancilleres, Jorge Faurie e Ine Eriksen Soreide, y por el ministro de Comercio, Industria y Pesca noruego, Torbjorn Roe Isaksen. Los temas que trataron fueron la Presidencia argentina del Grupo de los 20, el respaldo noruego a la candidatura de nuestro país a la OCDE, las negociaciones de libre comercio entre el MERCOSUR y el EFTA (el Acuerdo Europeo de Libre Comercio, alternativo a la Unión Europea y que une a ese país con Suiza, Islandia y Liechtenstein) y la marcha de las inversiones en la Argentina.
El canciller Jorge Faurie junto a su par noruega, Ine Eriksen Soreide, en una reunión de trabajo. (FOTO: CANCILLERÍA)
Las inversiones en curso son las de la aerolínea Norwegian, la sexta low cost del mundo que entró al país para hacerse fuerte en ese nuevo mercado y que prevé volcar 4.300 millones de dólares en los próximos años. En tanto, en el marco de esta gira, Miguel Gutiérrez y Eldar Saetre, los CEOs de YPF y Statoil, la principal petrolera noruega, firmaron un memorándum de entendimiento para la exploración conjunta de negocios.
Ésta es una extensión del entendimiento de enero para trabajar en el área de Bajo del Toro, en Vaca Muerta. El acuerdo supone una sociedad al 50% entre ambas compañías, por la que Statoil pagará una entrada de 30 millones de dólares y, en lo sucesivo, hará frente a inversiones por unos 270 millones de dólares.
Noruega es un país de solo 5,3 millones de habitantes, pero es el sexto más rico del mundo en términos de PBI per capita: 75.340 dólares frente a 14.340 de la Argentina, según el último World Economic Outlook del FMI.
La enorme riqueza petrolera, explotada eficientemente por el Estado, le generó a la pequeña Noruega un dilema: dejar que el flujo de dinero ingresara libremente en la economía habría provocado una versión extrema de la llamada “enfermedad holandesa”, caracterizada por una violenta apreciación de la moneda local, en detrimento de las exportaciones y de la competitividad del país. Así, decidió en 1990 volcar esos recursos a un fondo soberano que en la actualidad tiene un valor superior al billón de dólares, un 60% más que todo el PBI argentino. La idea es asegurar jubilaciones suficientes y servicios de calidad para las futuras generaciones.
El mismo cuenta con inversiones en 9.146 empresas de 72 países. Para la Argentina, deseosa de una lluvia de inversiones que nunca llega, puede ser una bendición.
En Cancillería creen que el potencial de la relación es muy grande, dado el ridículamente bajo punto de partida: el año pasado, el comercio bilateral alcanzó apenas 59,2 millones de dólares, con importaciones por 41,5 millones y exportaciones por 17,6 millones.
Entre los productos exportados se destacan pescados, vinos, maníes, limones, miel, tubos de acero sin costura y carbón vegetal. Todas esas áreas, y otras, presentan oportunidades, afirman.
En el seminario de este miércoles, el eje estará dado por las oportunidades en petróelo y turismo. Otras áreas de especial interés son energías renovables, finanzas e informática.
En tanto, el país importó de Noruega minerales, insumos tecnológicos, ecógrafos y fungicidas, entre otros productos.
El atractivo se extiende al Mercosur. A eso apunta el paso final: la exploración de un posible tratado de Libre Comercio con el EFTA.