La Plata: de la ciudad soñada a la ciudad abandonada

“Una ciudad soñada” fue el eslogan del Intendente municipal Julio Garro, en su campaña electoral prometedora. Con ese ofrecimiento llego al poder el 10 de diciembre del 2015. Han pasado dieciséis meses, y el reloj parece haberse detenido, como en una película de ficción, donde el apocalipsis está por llegar de manera inminente.  Muestra de ello son las imágenes que podemos observar en cada cuadra de la ciudad: calles rotas, barrios oscuros sin luminaria funcionando, comercios cerrados, falta de recolección de residuos, aumento del delito y una profunda crisis del empleo local.

 

Asímismo la ciudad capital, ha quedado aislada ya que poder trasladarse hacia otros puntos de la provincia o a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, resulta otro capítulo de este largometraje de ficción. Las colas para tomar los micros son interminables, donde los pasajeros van hacinados como ganado, sin poder llegar a horario al trabajo.  Hoy el Estado no encuentra solución, sabiendo bien que la salida está en poner definitivamente el tren en funcionamiento.  

 

Los vecinos comenzaron a alertar formaciones de “microbasurales” en diferentes esquinas de los barrios platenses, la recolección de residuos es intermitente. Esta problemática requiere solución inmediata por parte del municipio, la contaminación no sólo es ambiental sino que constituye un deterioro en la calidad de vida de la población en general.

 

Por tal motivo, este tema debe ser prioridad de gestión. En primera instancia considerar la separación de los residuos en origen y recolección diferenciada. Impulsar prácticas y costumbres de la clasificación de residuos en la comunidad, como también el análisis para un buen funcionamiento de los mercados del reciclado. Concretar la reducción de la basura. Para esto, es necesario implementar un sistema de gestión integral donde se eduque dentro y fuera del colegio, a través de programas que incentiven la participación de toda la comunidad. Estrechar vínculos de gestión con otros municipios para evaluar de manera conjunta la problemática, fomentando un consorcio regional que permita que las comunidades puedan concluir en soluciones similares, con el apoyo provincial y nacional. Así se podrá garantizar el uso de estrategias de gestión y tecnologías incorporadas a cada municipio.

 

El desempleo en el gran La Plata creció del 6,9 al 7 por ciento entre el segundo y cuarto trimestre del 2016. También es muy significativa la caída en las tasas referidas a ocupados demandantes de empleo (de 13,4 a 11,6) y a la subocupación demandante (de 10,5 a 7,9). Esta variable quiere decir que gran cantidad de gente ha optado por abandonar la búsqueda activa, aún aquellos que tienen un empleo que no los satisface (ocupados) o quienes tienen tiempo disponible para trabajar más horas (subocupados). Esto describe  que un amplio sector de desocupados ha decidido abandonar la búsqueda de trabajo por la falta concreta de oportunidades de empleo. A esto se le suma el cierre progresivo de comercios que ya ascienden a mil y que al no haber respuestas ni cambio de rumbo económico nacional, provincial y municipal, llevarán a una proyección sin límite.

 

Otro eslogan de inicio de gestión del Intendente actual fue “Ciudad reiniciando”, parece ser que la gestión, al igual que las computadoras, se ha quedado “colgada”. Necesitamos un municipio que tenga ideas, planifique y ejecute soluciones para y por la comunidad platense.

 

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