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"El Mangrullo es un espacio
integral único que por
sus dimensiones y características
arquitectónicas tiene la
versatilidad suficiente y la capacidad
necesaria para adoptar la forma
que cada evento requiera”.
Así se presenta el histórico restaurante que funciona desde hace años en Ezeiza. La frase podría graficar, además, el carácter político de su dueño, el intendente de ese distrito, Alejandro Granados.
El “sheriff”, como gusta identificarse, junto a su viejo amigo, el jefe comunal de José C Paz, Mario Ishii, el ex presidente Eduardo Duhalde y el ex intendente de Malvinas Argentinas Jesús Cariglino iniciaron 2017 con un claro objetivo electoral, en el que la gobernadora María Eugenia Vidal ocupa un rol preponderante.
Atentos a la débil unidad gestada por el PJ bonaerense y el kirchnerismo, los viejos caudillos apuestan a la conformación de un frente electoral que desanime ese orden, disperse el voto peronista y le despeje el camino para el triunfo electoral a Vidal.
Cuentan con un sello partidario que gentilmente ofreció el ministro de Justicia bonaerense, Gustavo Ferrari. Se trata del Partido Unión Celeste y Blanco (UCyB), creado por Francisco De Narváez, y que sirvió para contener las varias ingenierías electorales ideadas por el ex candidato a la Gobernación bonaerense.
Fernando Rozas, mano derecha de Ferrari en Justicia, es el actual presidente del partido a nivel nacional y provincial.
Una vez más, la UCyB, servirá para atender los reclamos de los peronistas que marcan como límite la figura de Cristina Fernández.
“Vamos a buscar a todos los compañeros que no quieren estar en ninguna falsa unidad armada con los camporistas y que pueda llevar a Cristina como candidata”, indica a este portal un dirigente de este sector.
Cuentan que son varios los jefes comunales que se entusiasmaron con la idea, pero por el momento solo arriesgan un nombre: el del intendente de San Nicolás, Ismael Passaglia.
El jefe comunal hace tiempo que comulga con Vidal, aunque, al igual que sus pares del PJ, no quiere perder la personería peronista.
Como en los tiempos de la presidencia de Carlos Menem y la gobernación bonaerense de Duhalde, El Mangrullo se ilusiona con volver a ser el lugar de encuentro del peronismo.
Allí, los barones agasajan a dirigentes, legisladores y ex candidatos, mientras les cuentan el nuevo proyecto. El convite incluye a jefes comunales de los diferentes grupos internos, como Esmeralda, Fénix y Establo.
Imaginan sumar en este plan a los peronistas de Adolfo y Alberto Rodríguez Saá, que cuentan con el partido provincial “Es Posible”; junto a anticamporistas como el diputado nacional Diego Bossio o la pata gremial a cargo de Gerónimo Venegas, con su partido FE.
“La idea es ir a ofrecer un frente peronista que garantice los armados propios tanto en las listas locales como en las secciones, sin intromisiones”, explica en reserva uno de los operadores del flamante espacio anti K.
En esta lógica, consideran que el PJ bonaerense no asegura hoy las condiciones para una interna a ninguno de los candidatos. Saben que los jefes comunales del PJ siguen buscando una figura de alcance nacional que traccione las listas locales, para evitar además la injerencia del ultrakirchnerismo y del propio Sergio Massa.
LA FOTO. Aunque el acuerdo había comenzado a gestarse a mitad de 2016, quedó rubricado el pasado 23 de diciembre, cuando los barones del peronismo, acompañados además por otras figuras, como el ex intendente de San Miguel Aldo Rico, compartieron acto Vidal en José C Paz (ver nota aparte "Vidal firma pacto con sector del PJ ortodoxo auspiciado por Duhalde").
Fue un acto peronista, donde Vidal pareció moverse sin falsos rubores.
“Nosotros vamos a ayudar a la gobernadora en todo lo que podamos, pero cada uno en su Partido” dijo ese día, tras los discursos, Eduardo Duhalde. Se notaba contento, ya tenía cerrado el acuerdo pseudo electoral con la Gobernadora, y se entusiasmaba con ser parte de esa estrategia.