El tramo más importante de la reunión que encabezó el presidente Mauricio Macri con los principales dirigentes de la UCR no sucedió en la mesa preparada en Olivos con mantel blanco y claveles rojos. Sucedió antes de la comida, cuando el jefe de Gabinete, Marcos Peña, les presentó la situación económica junto el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne; su par de Finanzas, Luis Caputo, y los dos coordinadores del Gabinete Económico: los secretarios Gustavo Lopetegui y Mario Quintana.
"Obviamente estamos preocupados por la marcha de la economía, porque sin un repunte el horizonte electoral se puede complicar", explicó a Letra P el vocero de uno de los integrantes radicales del auditorio que escrutó las explicaciones del elenco económico. Ellos fueron el titular del Comité Nacional de la UCR, José Corral; su antecesor, Ernesto Sanz, y los dirigentes con peso territorial que la Rosada considera como interlocutores, como el gobernador correntino, Ricardo Colombi; el mandatario mendocino, Alfredo Cornejo; su par jujeño, Gerardo Morales, y el vice bonaerense, Daniel Salvador. También tuvieron su silla los titulares de las bancadas de Diputados, Mario Negri, y del Senado, Ángel Rozas, y la presidenta de la Convención Nacional del partido, Lilia Puig de Stubrin.
"Ése es el radicalismo real y la reunión fue para analizar la marcha de una alianza de gobierno exitosa. No es una alianza a disgusto, es todo lo contrario, y era lógico que hubiera una reunión para definir cómo será el calendario electoral, pero ese esquema no definirá la gestión", confió una fuente del Gobierno para desmentir quejas radicales sobre la evolución de la economía.
"No somos un grupo de socios dóciles. Estamos preocupados por la efectividad de las medidas económicas, pero creemos que es mejor hablarlas dentro del marco de Cambiemos que por los medios", retrucó un dirigente radical con un pie en el avión de regreso a su tierra, luego de reconocer que también hablaron del nuevo tarifazo que anunció este martes por la mañana el ministro de Energía, Juan José Aranguren.
Por el macrismo participaron, además de Peña, la vicepresidenta Gabriela Michetti, el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal; el alcalde porteño porteño, Horacio Rodríguez Larreta; su vicejefe, Diego Santilli; el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el titular del PRO, Humberto Schiavoni.
Durante el encuentro, ninguno de los presentes escuchó quejas por las declaraciones del ex carapintada y actual director general de Aduanas Juan José Gómez Centurión, pero fuentes del Gobierno confiaron que hubo planteos previos, antes de la cena. "Los radicales ahora se quejan de estas cosas cuando salen por los medios, pero, si no, lo dejan pasar", explicó un funcionario que, antes de cerrar el comentario, aclaró: "Para el Gobierno, el peso lo tienen los dirigentes territoriales y legislativos; los demás no tienen trascendencia para este momento", dispararon en referencia a las quejas del dirigente Emiliano Yacobitti y del ex diputado Ricardo Gil Lavedra. En rigor, las quejas existieron, pero en un marco donde la economía es la que despierta las mayores inquietudes sobre el futuro de la alianza, un término que dentro del Gobierno ya no niegan con la vehemencia que invertían hace un año atrás.