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Ahora Vidal va por la Casación para extender el control sobre la Justicia penal

Es la que juzga los delitos de corrupción. La gobernadora ya domina el Ministerio Público, que inicia los procesos. La muerte del juez Domínguez deja acéfalo el tribunal donde terminan.

En los tribunales bonaerenses, a nadie se le ocurre que la presidencia del Tribunal de Casación Penal, que quedó vacante por el fallecimiento, en la noche de este lunes, de su histórico titular, Federico Domínguez, vaya a quedar bajo el control de un hombre o una mujer que no cuente con la bendición de la gobernadora María Eugenia Vidal. Al contrario: descuentan que a ese despacho llegará un magistrado o una magistrada deliberadamente funcional al plan de la mandataria de ocupar, con cuadros político técnicos propios, los principales espacios de poder institucional, especialmente en la Justicia.

 

“El control del tándem Ministerio Público - Casación sería para ella un logro de alto rendimiento político”, le explicó a Letra P un juez penal de La Plata, fino observador de los vaivenes de la relación carnal que mantienen el poder político y el Poder Judicial.

 

Claves para entender a qué se refiere el magistrado:

 

  • En la provincia de Buenos Aires, la instrucción de las investigaciones penales está a cargo de los fiscales. O sea: de ellos depende  que una causa se ponga en marcha o quede en la nada; se mueva o duerma en un cajón. El avance ulterior de los procesos está condicionado por decisiones de los jueces de Garantías, pero los fiscales tienen amplias competencias.
  • Los procesos penales tienen, como instancia superior, al Tribunal de Casación Penal, que revisa y ratifica o revoca los fallos de primera instancia y de las cámaras de apelaciones.
  • El fuero penal es, en la Provincia, el que juzga los delitos de corrupción cometidos por los funcionarios públicos.
  • Ejemplo 1: en esta rama del sistema judicial bonaerense se ventila, por ejemplo, la causa por supuesto lavado de dinero que le inició la diputada oficialista Elisa Carrió al ex gobernador peronista Daniel Scioli.
  • Ejemplo 2: tres jueces del Tribunal de Casación Penal (Martín Ordoqui, Jorge Celesia y Fernando Mancini) revisaron la decisión de dos jueces de primera instancia (Pablo Raele y su subrogante en la feria, Marcela Garmendia) de dar curso a la orden de detención librada contra Mariano Bruera, uno de los hermanos del ex intendente platense Pablo Bruera. Determinaron que la aprehensión, que además había sido avalada por la Cámara de Apelaciones, fue “un error grosero” y soltaron a Bruera, que esperará el juicio en libertad.

Vidal ya controla la Procuración General de la Corte -el Ministerio Público. Allí, después de ejercer una fuerte presión sobre ella durante un año, quebró la resistencia inicial de María del Carmen Falbo, que terminó renunciando. Sobre el filo del brindis de Año Nuevo, la gobernadora consiguió que el Senado provincial le permitiera colocar, en lugar de Falbo, a uno de los pesos pesados de la elite de juristas del macrismo. Un PRO puro. Julio Conte Grand, quien, desde el 10 de diciembre de 2015, esperaba la oportunidad en la gatera de la Secretaría de Legal y Técnica de la Gobernación Cambiemos.

 

Ahora, Vidal irá por la otra punta del ovillo de la Justicia penal bonaerense: la presidencia de la Casación, que es un órgano trascendente, además, porque fija los criterios de interpretación del Código Penal y, entonces, sienta jurisprudencia.

 

El trámite no debería resultarle complicado. La cobertura de la presidencia del tribunal, que entrará ahora, para el mientras tanto, en un sistema de subrogancias rotativas ejercidas por jueces de las distintas salas que lo conforman, requiere un concurso especial sólo para ese puesto. El procedimiento es similar al que se realiza para la designación de cualquier juez (los postulantes se presentan a las pruebas y el Consejo de la Magistratura le envía una terna con los mejor posicionados al Poder Ejecutivo, que elige a uno de ellos y envía su pliego al Senado para que preste acuerdo), aunque exige condiciones especiales a los candidatos, que deben acreditar conocimientos específicos que achican el filtro.

 

En despachos de tribunales se escuchó este martes una hipótesis que ofrece un primer nombre para el reemplazo de Domínguez: Carlos Aberto Mahiques. El hombre fue el primer ministro de Justicia del gabinete de Vidal y había sonado como candidato a la Procuración, pero pegó un portazo precoz. Un dato le da volumen a la especulación: ya integró el tribunal y ahora es juez de la Casación nacional. “No hay que descartar que Vidal le pida que se haga cargo”, le dijo a Letra P otro magistrado atento a la rosca judicial.

 

POR TODO. Como viene informando Letra P, la gobernadora también tiene el ojo puesto en otras vacantes que ofrece la Casación en diferentes salas y, al mismo tiempo, alista candidatos para la silla que dejó vacía Juan Carlos Hitters en la Corte y para una nueva vacante que aspira se produzca –trabajará para eso- en los próximos sesenta días.

 

Es significativo insistir en este dato: desde un acto que cubrió Letra P el 16 de junio de 2014 en Berisso, donde Vidal, en el gélido amanecer de su cruzada por la conquista de la llanura bonaerense, habló para 43 personas, hasta la marcha a todo vapor de su plan de copamiento integral de las instituciones de la Provincia, mucha agua ha hecho correr la gobernadora bajo los puentes.

 

Leandro Busatto se despegó del rechazo del peronismo a la reforma constitucional.
Axel Kicillof y Maximiliano Pullaro 

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