“Que ahora trabajen ellos -Cambiemos- para conseguir los votos”, le dice un diputado del Frente Renovador a este medio. El legislador explica que el proyecto de Presupuesto con endeudamiento que busca aprobar el gobierno encabezado por María Eugenia Vidal está cerca de su tratamiento. Pero que al oficialismo aún le falta asegurarse el acompañamiento mínimo de siete votos que deberán salir de algún bloque de los tres que tiene el peronismo-kirchnerismo en la Cámara baja, donde se definirá la votación.
La cuenta es la siguiente: de 92 diputados –en caso de que estén todos presentes-, Cambiemos tiene 28 manos propias. El Frente Renovador, que luego de la luz verde a sus pedidos, acompañará, aporta 20; el GEN, de Margarita Stolbizer, le da cuatro votos más y el bloque paraoficialista llamado Justicialismo Bonaerense pone dos manos más a disposición del Ejecutivo, para llegar a un total de 54 votos. Para tener el Presupuesto alcanza, pero para el endeudamiento, no. Por eso, para legar a los dos tercios de los votos, Vidal necesitará siete más. Esas voluntades las tiene el peronismo.
Como ya explicó este medio, la estrategia de Cambiemos es quebrar la unidad que, por el momento, sostiene el peronismo en el análisis del Presupuesto.
Con el Frente Renovador ya acordó. El espacio de Sergio Massa había hecho algunos planteos que, al cierre de esta semana, ya están saldados, según le dijeron desde Tigre a Letra P.
En conferencia de prensa, el Frente Renovador había propuesto hacer una capitalización del déficit del Banco Provincia “para que no sea todo pérdida para la provincia de Buenos Aires”. Se trata de dos artículos con un pedido de deuda que llega a los 12.900 millones de pesos.
Tampoco el gobierno descarta darle lugar a la requisitoria del FR en lo que tiene que ver con el impuesto automotor. El proyecto de Ley Impositiva 2017 prevé que la Provincia administre el tributo correspondiente a los modelos patentados en los últimos 11 años (desde 2006 hasta 2017) y que el impuesto a los modelos anteriores (1990 a 2005) se transfiera a los municipios. Pero lo que administrará la Provincia se reducirá para que lleguen más fondos a los distritos.
El massismo decidió no apurar a las cámaras de juego. A cambio, pedirá que los bingos puedan cobrar una tasa de acceso, es decir, una entrada en un valor que no supera las tres apuestas mínimas. De esa recaudación, el 50 por ciento será para los municipios que tengan salas de juegos y la otra mitad para la lucha contra la ludopatía. Sin embargo, serían los jugadores los que financiarían a los municipios y no los propios bingos. El Ejecutivo también analizar dar el ok.
En estas dos últimas semanas, Vidal ató los votos fáciles. Ahora le queda la próxima semana para seguir acordando con el PJ. Como contó este medio, el peronismo podría sentarse a darle algunas manos. A cambio, deberá darle garantías: la que más le interesa -a por lo menos un sector de la oposición- es la Defensoría del Pueblo. Un diputado peronista le dijo a Letra P que fue un compromiso para votar el presupuesto anterior y que “todavía no se cumplió”.