El director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Alejandro Finocchiaro, salió al cruce de los gremios docentes que criticaron el sistema de evaluación Aprender, llevado a cabo en escuelas de todo el país. "¿Cómo pueden saber lo que piensa un docente si no saben lo que está pasando adentro de las escuelas?", se preguntó. Minimizó el reclamo al decir que los sindicalistas no son lo mismo que los maestros. Se van a discutir aumentos "cuando sea oportuno".
Estas declaraciones se dan luego de que se realice en todo el país el operativo “Aprender”, que fue impulsado por la administración macrista con el objetivo de evaluar lengua, matemáticas, ciencias naturales y sociales a 1.4 millones de estudiantes del último año de la secundaria y de 6° grado de la primaria de escuelas públicas y privadas, para conocer el nivel. Esto generó un fuerte rechazo en la comunidad docente, ocasionando nuevamente rispideces entre los representantes gremiales y el gobierno.
"Los resultados van a estar entre marzo y abril, se van a hacer públicos, se van a informar por provincia, por municipio, y a cada escuela se le va a hacer una devolución en particular sobre los resultados; este es el operativo más grande en la historia, porque no es una muestra, se les tomó a todos; en la provincia de Buenos Aires estuvimos arriba del 85%", describió Finocchiaro en Radio Provincia.
Desde el SUTEBA que conduce Roberto Baradel refutaron esta prueba por considerarla “un formato estandarizado que ubica a los docentes como meros ejecutores y a los estudiantes como objetos de estudio”. Su secretaria gremial, María Laura Torre, consideró que la prueba "atrasa" y "no sirve para saber cómo está la educación". Del otro lado, el presidente Mauricio Macri que “la evaluación educativa será histórica".
Las críticas apuntaron a que con este mecanismo, el Gobierno tendría en mente realizar un ranking de escuelas, que el funcionario bonaerense descartó, porque "lo prohibe la ley". "Nunca se pensó eso", agregó. Ahí fue cuando se enojó por la reacción de los dirigentes gremiales, y dijo: "me gustaría hacer una distinción, porque muchas veces en los medios se habla de los docentes y los gremios como si fuesen sinónimo, y no lo son. Los gremios representan los intereses de sus afiliados docentes; en la provincia, menos de la mitad de la docencia está afiliada, y además no fueron todos los gremios, sino que fueron algunos minoritarios, y algunos sectores disidentes de los gremios".
De esta forma relativizó el enojo sindical y además remarcó que "el problema son algunos sectores políticos que deben asegurar su existencia, y para asegurarla usan la pobreza para hacer política".
En ese sentido fue más allá y desafió a los gremialistas del sector: "yo les haría solamente una pregunta a todos los dirigentes sindicales que, repito, no fue todo el gremialismo docente, sino un sector más radicalizado: ¿cuántos años hace que no dan clases? ¿cómo pueden saber lo que piensa un docente si no saben lo que está pasando adentro de las escuelas, si le faltan tiza en las manos? Yo les puedo decir día, hora y aula en donde estoy dando clases".
Por último, a la hora de hablar de una futura discusión salarial que aún continúan pidiendo los sindicatos, fue tajante: se realizará "cuando sea oportuno".