Mientras el consumo aún sigue sin mostrar señales de repunte, el Gobierno se ha decidido a dar un paso importante pero complejo en semejante coyuntura: ampliar el esquema de ferias municipales para acercar a los productores de alimentos y verduras a los consumidores y reducir, así, el costo de la intermediación en un contexto inflacionario irresuelto. La idea se la llevó el ex presidente interino y ex gobernador bonaerense Eduardo Duhalde a Mauricio Macri. Lo hizo a través del jefe de asesores del mandatario, José Torello, y con dos arietes: el ex ministro de Trabajo y Jefe de Gabinete Alfredo Atanasoff y Carlos Brown, hombre cercano al banfileño.
Lo cierto es que, luego de haberse iniciado en la localidad de Quilmes, ya se negocia con otros ocho municipios la instalación de ferias similares. La movida tomó a los grandes supermercados en off side: la mayor parte de los comercios nucleados en la Asociación de Supermercados Argentinos (ASU) no quiere ni oír la palabra feria, un tema con el que ya se vieron obligados a lidiar en parte ante la intentona fallida del kirchnerismo de descentralizar el Mercado Central y llevarlo a los barrios.
En el rubro dudan de que esas ferias tengan controles bromatológicos como los que les hacen a ellos, que ofrezcan tickets y que paguen impuestos por los terrenos en los que se instalan. “Todos los controles sanitarios están contemplados y en proceso y hasta hay comerciantes que venden con posnet y tienen Mercado Pago”, explicaron fuentes de la Secretaría de Comercio a Letra P. Y agregaron que el lugar donde se disponen las ferias es una decisión de los municipios y la idea es que sean itinerantes para no afectar a los otros comerciantes.
Los nuevos distritos que planean ferias son Tres de Febrero, Pilar, Lanús, Escobar, Tigre, Morón, La Plata y Mar del Plata. Todos, con intendentes de Cambiemos excepto Tigre, gobernado por el massista Julio Zamora, y Escobar, del peronista Ariel Sujarchuk.
Los supermercados ya venían enfrentados al Gobierno por otras cuestiones, como el intento de instalar Góndola Pyme, con productos exclusivos de fábricas pequeñas. Es el sector menos pensado para una enemistad con el Gobierno, teniendo en cuenta que el secretario de Comercio, Miguel Braun, proviene de una familia supermercadista y tiene buen diálogo con los sectores. Pero algunos aseveran que el Gobierno pretendía que a esta altura hubiese, por parte de los séper, más anuncios de inversiones, algo que no ocurrió.
A los fines de una contienda dialéctica, al Ejecutivo le vino como anillo al dedo la posición de Duhalde, quien públicamente les apuntó a los hipermercados por remarcaciones de precios superiores al 200%. Sin ir más lejos, al ingresar a la página web del Movimiento Productivo Argentino, que encabeza Duhalde, se observan diferentes estudios de especulación con precios y manejos de mercaderías.
Este miércoles, un alto funcionario de los supermercados se quejó en voz alta en una charla telefónica con otro colega: “Nos hacen esto ahora y nosotros tenemos cuatro de los diez primeros empleadores del país y somos los más importantes contribuyentes fiscales, no lo entiendo”, se sinceró.
Lo cierto es que, puertas adentro del Gobierno, tampoco está clara cuál es la posición, pero sí que están mirando al supermercadismo de reojo. Hace unos días, en un encuentro con empresarios, el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, volvió a quejarse del esquema de promociones 2 por 1 o la segunda unidad a mitad de precio. “Distorsionan la mente del consumidor –les dijo-, confunden a la gente, porque nadie sabe por qué le regalan un producto y el otro se lo cobran”. Los comercios aseguran que esas prácticas son globales y que si otorgan el beneficio es porque acordaron con el proveedor repartir el costo a la segunda unidad.
@leandrorenou