El tercero en discordia

El juego ambiguo de Massa en el Congreso para condicionar a Macri

Apoyó la intervención de la AFSCA pero prepara un dictamen propio en la bicameral de DNU y exige reformas por ley. Se ve como el termómetro en Diputados y presiona para imponer su agenda.

Condicionar para negociar. De a poco, el Frente Renovador que conduce Sergio Massa  empieza a mostrar cuál es la estrategia que utilizará para posicionarse como actor clave en el Congreso, la misma que ya usa, por caso, en la Legislatura bonaerense. Esto quedó al desnudo con la intervención de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) para barrer de la presidencia del organismo al kirchnerista Martín Sabbatella, ordenada por el presidente Mauricio Macri. El ex candidato a presidente apeló a un juego doble: por un lado, respaldó esa decisión del Poder Ejecutivo; por el otro, mostró sus cartas en el Parlamento nacional para no terminar absorbidos por esa especie de “pan oficialismo” que Cambiemos muestra como un combo unido y homogéneo.

 

El miércoles, cuando la intervención del organismo responsable de hacer cumplir la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual ya era una realidad y frente a la fachada de la AFSCA se empezaba a descomprimir la movilización que ocupaba la calle desde el mediodía, el Frente Renovador emitió un llamativo comunicado de prensa. En ese texto se cuestionaba la reforma por decreto de las facultades de la AFSCA y la AFTIC, órganos autárquicos subordinados al Ministerio de Telecomunicaciones por el DNU 13/2015, con el que Macri reformuló el organigrama del Poder Ejecutivo y reformó la ley de ministerios. Pero, en simultáneo, se reconocía “legítima” la intervención y se mencionaba la “necesaria participación del Congreso de la Nación”.

 

Este DNU será el primero que deberá analizar la comisión bicameral de Trámite Legislativo, que se reunió para constituirse el martes en una sesión polémica y con fuertes tensiones entre el Frente para la Victoria (FPV) y Cambiemos, que no lograron acordar cuál de las dos fuerzas se quedará con la presidencia del cuerpo. En esa comisión el massismo tiene un representante, el diputado Raúl Pérez. Esa comisión, a su vez, tiene un escenario de presunta paridad: el FPV tiene ocho miembros y Cambiemos, seis, pero la alianza de gobierno considera como propios tanto a Pérez como a la senadora puntana Liliana Negre de Alonso, quien responde al ex gobernador Adolfo Rodríguez Saá. Con ese cuadro se planta ante el kirchnerismo como si la cosa estuviera ocho a ocho. Pero, como explicó Letra P, el massismo se cansó de que el oficialismo lo cuente como fuerza propia sin hacerlo partícipe de las decisiones ni de las negociaciones, por lo que empezó a marcar la cancha.

 

Durante la reunión de esa comisión bicameral quedó expuesta la necesidad que tiene Cambiemos de contar con los votos que responden a Massa. Cuando el clima se iba caldeando y el FPV anunció que presentaría su dictamen de rechazo al DNU 13/2015 con la firma de sus ocho integrantes, el presidente del bloque de diputados de PRO, Nicolás Massot, rápidamente se paró a cruzar palabras en privado con Pérez. Necesitaba saber cómo iba a jugar el peronista bonaerense ante esa movida del kirchnerismo. Atenta a ese movimiento, quien también se paró inmediatamente a hablar con “El Cabezón” fue una diputada del FPV, Diana Conti. Con eso dejaron de manifiesto la importancia de su voto: si Cambiemos más Negre de Alonso firman un dictamen de aprobación del DNU en debate, necesitarán el voto de Pérez para llegar a ocho y que no sea el dictamen del FPV el que llegue al recinto como el de mayoría.

 

Pero, desde las filas massistas, como adelantó este medio, ya trabajan en un dictamen propio que rompería con esa lógica matemática y complicaría mucho las intenciones de Macri de subordinar a la AFSCA y la AFTIC al ministerio que conduce el radical Oscar Aguad. Por ahora sólo trascendió esa intención, pero no su contenido. Un mensaje sobrevolado hacia la conducción del macrismo en el Congreso, que necesitará sí o sí del apoyo del Frente Renovador para imponer su reforma ministerial y el resto de los decretos que, en cuenta gotas, empezarán a caer en la comisión bicameral.

 

TRANSPARENCIA. En paralelo a este juego de poder en torno al DNU 13/2015 y la comisión bicameral responsable de analizarlo, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó (PRO), confirmó este miércoles, durante el brindis de fin de año con los periodistas acreditados en el Congreso, que uno de los primeros temas que discutirá la Cámara baja en 2016 será una ley de acceso a la información pública. Por ahora sólo se están analizando los varios proyectos en este sentido que duermen desde hace años en el edificio parlamentario. Pero lo importante es que esa mal llamada “ley de transparencia” es uno de los ejes de la agenda política del massismo.

 

Lo que intentarán Massa y sus hombres es condicionar su apoyo a esa ley de “consenso”, siempre y cuando el texto definitivo se parezca bastante al que el Frente Renovador presenta como propio. Así lograrán sostener la lógica de campaña del ex jefe de Gabinete: ante un conflicto, una propuesta. Y si la propuesta que resulta ganadora es la suya, conseguirá mantenerse a flote y en lo más alto del teatro político. Lo mismo podría ocurrir si finalmente se discute algún tipo de regulación de la protesta social.

 

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