Un candidato a ministro de Macri reeditó la antinomia “civilización o barbarie"

“Quisiéramos apartar de toda cuestión social americana a los salvajes por quienes sentimos sin poderlo remediar, una invencible repugnancia”, escribía Sarmiento en 1845, cuando los liberales de aquella tierra desgarrada por la guerra fratricida entre unitarios y federales agitaban la primera de las grandes antinomias argentinas: civilización o barbarie -el autor del Facundo identificaba a la civilización con la ciudad y fundamentalmente con Buenos Aires, y ubicaba a la barbarie en el campo, en lo rural, en la profundidad del interior-. Ciento setenta años y varias antinomias criollas después, Alfonso Prat Gay, uno de los economistas que se alistan para suceder a Axel Kicillof en caso de que Mauricio Macri gane el ballotage del 22N, desempolvó la discusión: “No vaya a ser que en el 2020 estemos hablando del fulano de tal que vino no sé… de Santiago del Estero, que no lo conocíamos, que apareció de la nada, y resulta que se quedó con todo el poder”, dijo en una charla el dirigente porteño de la Coalición Cívica, el partido liderado por Elisa Carrió, una de las socias fundadoras del frente Cambiemos.