El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, autorizó un decreto que habilita la creación de cuatro nuevos cargos dentro de las órbitas de las Comunas para acrecentar la presencia del Ejecutivo en las Juntas Comunales, algo que fue visto como un nuevo ataque a la capacidad de trabajo y acción de los propios comuneros.
El 27 de junio se publicó en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires el Decreto 251/2014, que dispuso la creación de las figuras de Gerente Operativo de Gestión Administrativa, Gerente Operativo de Gestión Comunal, Subgerente Operativo de Participación Vecinal y Atención Vecinal Subgerente Operativo de Control Comunal y de Obras.
Para las organizaciones que defienden y pelean por la autonomía de las Juntas Comunales del Ejecutivo, esto fue visto como “un golpe institucional a las Comunas”. “Macri, apoyándose, en la ley de ministerios del Gobierno de la Ciudad, encontró una interpretación a la Ley N° 1777 para poder manejar las comunas a su antojo”, cuestionaron desde la organización Ciudadanos por Comunas.
Para la legisladora del FpV y titular de la Comisión de Descentralización y Participación Ciudadana, María Rosa Muiños, “la creación de estas nuevas figuras en la órbita comunal, con las atribuciones que se les ponen en cabeza, resulta en flagrante contradicción con el espíritu de los artículos 127 a 131 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires – referidos a Comunas -, como así también de las disposiciones contenidas en la Ley 1777 (Ley de Comunas)”.
En ese sentido, y según explicó Muiños, “se produce una modificación en el esquema orgánico de las Comunas de la Ciudad por medio de un acto administrativo del Poder Ejecutivo”.
La organización y competencias de las comunas debería regirse y estipularse por medio de una ley sancionada con mayoría de dos tercios del total de la Legislatura, pero el decreto impulsado por Mauricio Macri esquivó esa posibilidad.
“Por si fuera poco, del decreto en cuestión se desprende que previo a su sanción se le dio intervención al Consejo de Coordinación Intercomunal, con lo que deviene fundamental para este Poder del Estado tomar conocimiento del contenido de las reuniones en las que se discutiera, como así también las posiciones que se tomaron en torno a este acto del Poder Ejecutivo”, analizó la diputada kirchnerista.
Desde Ciudadanos por Comunas, sostuvieron que, con este decreto, “las competencias de las comunas estarían manejadas por las gerencias amparadas en la ley de ministerios de la ciudad”.
“Estos gerentes van a tener más poder que la junta ya que la rendición de cuentas a la junta es para la gilada porque estos responden al Ejecutivo de la Ciudad”, denunciaron.
Según esa organización, las atribuciones que van a tener los Gerentes son las de realizar la planificación, ejecución y control de los trabajos de mantenimiento urbano y espacio público comunales en coordinación con el área competente de la Secretaría de Gestión Comunal y Atención Ciudadana, que responde al Gobierno.
Ciudadanos por Comunas criticó también la información publicada en el decreto, acerca de que el Consejo de Coordinación Intercomunal tomó parte del asunto.
“Dicho consejo es el que está integrado por los presidentes de las Juntas y estos tendrían que haber debatido este planteo en las reuniones de Junta. Si hubiera sido así, se hubiera filtrado dicha disposición en vez de salir a hurtadillas”, sentenciaron desde la organización.
La búsqueda de Mauricio Macri de controlar y menoscabar el poder de las Juntas Comunales y sus autoridades no es nueva. En repetidas oportunidades, el oficialismo porteño siempre buscó la manera de restarle poder. Durante 2013, de manera imprevista, el Ejecutivo porteño impulsó una norma que descabezaba a las Juntas y solamente dejaba en pie al presidente de la Junta (actualmente todos responden al macrismo), el resto serían miembros “ad honorem”.
En septiembre de 2011, cuando entraron en acción los primeros comuneros, el Gobierno de la Ciudad, por medio del decreto 376/2011, autorizó la formación de las Unidades de Atención Ciudadana (UAC), en lo que se vio como un intento de quitarle poder a las nuevas Juntas Comunales. Una conducta repetida por el Pro.
Lo cierto es que ningún jefe de Gobierno quiso aplicarla; ni Aníbal Ibarra, ni Jorge Telerman, ni Mauricio Macri. Cada uno a su momento temía perder fuerza en algunos barrios. Se sabe que la demora en la aplicación tuvo que ver con la puja por el reparto de poder que implica la descentralización política y administrativa del distrito.
Sólo se pudo avanzar con la creación de las Comunas, que ya regía producto de que se había aprobado la ley que las constituía, una vez que la Justicia tomó parte y obligó al Gobierno porteño a sumarlas a las elecciones del 2011.
El objetivo de las comunas es facilitar la desconcentración de funciones del Gobierno de la Ciudad e impulsar la participación de los vecinos, para mejorar la eficiencia y la calidad de las prestaciones y para implementar medidas de equidad, redistribución y compensación de diferencias estructurales a favor de las zonas más desfavorecidas. Tienen capacidad para administrar ciertos temas pero en la mayoría de los casos trabajan en forma concurrente con el Ejecutivo.
Actualmente, las Juntas Comunales, elegidas por el voto popular de los porteños, sólo realizan pocas actividades que tienen que ver con el bacheo, el arbolado y el mantenimiento de las veredas. Además, las Comunas no poseen presupuesto propio, por lo que para cada cosa que desean llevar a cabo deben preguntar primero a la administración central.